lunes, 3 de agosto de 2015

Chapuzón!



Teníamos el velero con un cabo a tierra por proa y otro por popa, nos faltaba asegurar la proa. Había un arbolito flaco pero verde y sano, suficiente, a penas unos metros arriba en tierra. Había una pared que parecía tener un buen desnivel donde clavar el pie para subir, fácil.
Remé hasta el sitio, até el cabo a la rama donde teníamos el primer cabo de proa y miré el camino. Puse un pie en la grieta y me resbalé. Me había pasado antes, pero normalmente fondeamos en zonas cuyo fondo sube progresivamente y un patinazo supone algo de agua en la bota, pero aquí la pared caía a plomo unos 5 metros así que al perder pie, me fui sin remedio al agua.

Johan dice que fue como a cámara lenta, pero ¡zas! sumergida hasta el cuello. Y antes de que pudiera entender bien qué había pasado ¡bluffff! el chaleco salvavidas de disparó y me quedé “cómodamente” arropada y flotando pero con la movilidad bastante reducida.

El agua estaba a 2° de temperatura. Mi primera intuición fue salir lo antes posible subiendo a tierra; sin punto de apoyo y con el agua empapando mi ropa, llenando las botas... al segundo intento vi que era imposible, pero ya llevaba dos o tres minutos malgastados en el agua. Johan gritaba “nada al barco, nada al barco ya!”, pero yo pensaba que no podía dejar la auxiliar allí, que íbamos a necesitarla, lo pensé un poco y vi que podíamos intentar acercarla con el bichero largo, o acercar el barco hasta la pared y recuperarla, o buscarla enfundados en el neopreno (otros tres preciosos minutos más desperdiciados).

Johan seguía gritando -impotente ante mi falta de reacción para nadar hacia el barco- y yo de repente me di cuenta de que en ningún momento había soltado el cabo que tenía que llevar al árbol, así que le pedí que tirara de mí.

Él ya había preparado la driza que usamos para subir la auxiliar a cubierta de modo que me podía sacar del agua lo más rápido posible -bastante tiempo había perdido yo sola- pero mis manos ya no respondían como para abrir y cerrar la carabina (estaba cada vez más rígida y acartonada). Me pasó el superbichero y con el me llevó a popa (yo solo lloraba “llévame a popa, sácame de aquí, sácame de aquí”) y me bajó la escalerilla de baño. Yo para entonces ya era incapaz de mover un dedo, me costaba coger la escalerilla, me costaba subir un peldaño, me costaba todo. Johan me gritaba como si fuera una niña chica desobediente, serio, firme: “coge la escalera, mano derecha YA, sube un pie...”. Creo que sin sus gritos no habría sido capaz de salir del agua.

Llegué a cubierta y Johan me desvistió a una velocidad digna de aplauso, y allí, desnuda a 5° de temperatura, me pareció que todo era mejor, que se estaba genial.

De un salto Johan ya estaba dentro y me había preparado la ducha. Órdenes precisas: empezar con agua fría y llegar solo a templada. Me secó diligente y me llevó a la cama arropándome con todas las mantas imaginables.

Con el bichero y algo de paciencia recuperó la auxiliar; se fue a poner el bendito tercer cabo (a un árbol distinto), aseguró el fondeo y puso agua a hervir.

Se acostó para darme calor con su cuerpo y al ratito me sirvió una infusión caliente.
Dos horas después del incidente estábamos tomando un vinito (para celebrar) y pensando en cómo nos íbamos a reír de esto cuando fuéramos viejitos.

Resumiendo:
estuve en el agua a 2° durante 10 minutos, al menos 6 de ellos innecesarios
mi caída fue de tira cómica, mi reacción poco sensata (no importa la auxiliar, no importa nada, hay que salir del agua cuanto antes)
la reacción de Johan fue de manual de rescate (y eso que soy yo la que se ha inflado a hacer cursillos de primeros auxilios)
tuvimos/tuve mucha suerte porque a veces llevo el cabo hasta 50-80 metros lejos del velero, esta vez a penas eran 10 metros
Siempre llevamos chaleco salvavidas ¡gracias a Dios!
Estadísticamente creo que no debería caerme más veces :-)

En algún lugar hemos leído que si te mueves en un entorno con ausencia de virus y bacterias, a pesar de las bajas temperaturas, las posibilidades de enfermar son menores; no sabemos si es cierto pero yo estoy fenomenal, ni una tos, ni un estornudo.

Por lo demás Mostyn ha demostrado ser tan bonita como nos contaron y más segura de lo que esperábamos, hemos pasado tres días en los que la meteo hablaba de 20 nudos y nosotros no hemos tenido más de dos. Hemos remado y disfrutado del paisaje!



Pero teníamos que seguir porque la meteo seguía buena (aunque con vientos leves del este, muy flojitos) que nos hacen ir a motor pero sobre un estrecho de Magallanes plano y sin ola.

Nuestra siguiente parada, caleta Notch, a 26 millas de Mostyn. Es de nuevo una entrada larga hasta la cabeza de un fiordo que se adentra en las montañas;



hay un punto angosto que está perfectamente señalizado para hacer una enfilación.



 Únicamente nos ha sorprendido que la mitad del camino fiordo arriba toda el agua estaba cubierta por una fina capa de hielo... después de una semana de sol y temperaturas sobre cero!!!!

Los fondeos que señalan las guías son para los vientos predominantes del N-NW, pero Johan ha encontrado un recodo precioso bien protegido para el Este que esperamos mañana (53º22'9S 072º 48'4W). Ancla en 6 metros, 50 metros de cadena y ¡cabos a tierra!

No penséis que la experiencia me ha dejado traumatizada. He remado a popa -quebrando con los remos la fina capa de hielo-, he buscado un buen árbol y he atado sin problemas (no me habría ido mal llevarme el machete), después un segundo y todo perfecto.



 Este rincón parece genial. Nos quedamos aquí un par de días antes de ir hacia el Paso Tortuoso, que ¡menudo nombre tiene!

Saludos nevados y frequitos!

4 comentarios:

Jorge Mora dijo...

Menudo susto!! Imposible saber lo que hubiese hecho yo en una situación parecida... Nunca estamos ágiles de reflejos cuando la situación nos supera... Y menos a 2°!!! Lo importante es que estáis los dos bien y seguiremos disfrutando de vuestros relatos!!

Buenos vientos y suerte!!

Daniel dijo...

Me alegro que solo quedara en un susto, parece que Johan es tu angel de la guarda.
Saludos y cuidaros.

Alberto Garfias Pérez dijo...

Que alivio! Solo fue un susto.

Es muy peligroso lo que hacen, pero están bien preparados para ello.

Hoy, 5 de agosto, el país esta siendo afectado por un frente de mal tiempo que durará 3 día por lo menos, Dios quiera que no los afecte mas de la cuenta.

Un abrazo y cuídense!!!!

MYTHOS dijo...

Excelente reacción y muy buena tu crónica , aprendemos de tus experiencias
Saludos