martes, 24 de febrero de 2009

Camino a Lampedusa

Después de unos días de observar el tiempo de este invierno loco ya habíamos aprendido que las borrascas se suceden casi sin cesar y a su paso forman un ciclo estable: borrasca (35-40-45 nudos de viento); cola de la borrasca (15-20 nudos de viento pero mal revuelta); post borrasca (sin viento)… y vuelta a empezar.

La única forma de salir era optar por ir a vela con buen viento pero olas o hacer toda la travesía a motor (bueno, también nos podíamos quedar hasta la primavera como casi todo el mundo!)

Para el día 15 la previsión era de 15-20 nudos de viento durante unas 30h, viento del oeste ideal para ir a Lampedusa y decidimos madrugar para salir tempranito; la travesía que teníamos por delante era de unas 15 horas.

Ese mismo día salía un velero de 50 pies con base en Lampedusa que había pasado una semana de vacaciones en Monastir; nuestros vecinos del Dhama que salían y regresaban a Túnez para solucionar el límite de 3 meses de estancia en el país; una pareja de ingleses a bordo del Fidelity y nosotros.

El despertador a las 7 de la mañana. Antes de que sonara ya estaba despierta (nervios??) pero el viento soplaba mucho, no hacía falta mirar para saber que demasiado. Johan, sin apenas abrir los ojos, me dijo

-No salimos, puedes seguir durmiendo!

Nos levantamos a las 8 y los aguerridos italianos lo tenían todo preparado para salir a pesar de la que soplaba; los del Dhama habían cancelado la salida y lo mismo la pareja del Fidelity… nosotros esperábamos a ver cómo evolucionaba el tema (fieles a nuestra fe en el Ugrib pero sin quitar el ojo a lo que teníamos delante) y a las 11, con el viento amainando, decidimos ir a realizar los trámites de policía y aduana.

Supuestamente los trámites son de apenas 10 minutos pero en Túnez se hacen laaaargos. Con todo OK nos acompañaron al barco un representante de emigración y otro de aduanas. Tras comprobar que no llevamos armas ni ilegales a bordo se sentaron tranquilamente a tomar un café y sin que se les moviera un pelo del tupé preguntaron cuál era el regalo que teníamos preparado para ellos (muchos veleros tienen preparada una botella de vino para cada uno para estas circunstancias). Les dijimos que no teníamos alcohol ni cigarrillos… abrí la nevera para guardar algo y vieron nuestras latas de refrescos (limón y tónica) y uno de ellos me dijo que aquello podía servir… se acercó y me pidió que pusiera las latas en dos bolsas de plástico!

Ya podíamos salir.

Besos, abrazos e intercambios de mails con todos los amigos que dejamos ahí y que tal vez algún día volvamos a encontrar y por fin otra vez hacia el mar abierto.

Apenas unos minutos después, al intentar levantar la mayor, algo no funcionaba bien. La sal en los carros no dejaba subir la vela y decidimos poner rumbo al puerto para solucionarlo.

De repente una granizada se nos vino encima!!! Al llegar otra vez al puerto (sólo 10 minutos después) la lluvia ya nos había solucionado el problema. Aun así, por haber vuelto, tuvimos que volver a recibir a la policía para que comprobara que no habíamos embarcado a nadie.

El viento era perfecto -15 a 20 nudos del noroeste- pero había olas de 2 o 3 metros, el barco se movía de aquí para allá… y me mareé!!!! Nada grave, pero incómodo-. Me pasó algo parecido al salir de Tabarca. Parece ser que acepto bastante mal las olas justo en el momento de partir, porque he hecho alguna travesía con más viento, con mar y sin problemas…

Si este blog lo escribiera Johan os podría explicar que hay una pequeña isla al este de Monastir; se puede pasar por el sur a través de un canal -las aguas ahí son poco profundas- de ese modo te ahorras unas 10 millas, pero el canal tiene una profundidad de 3 metros, nosotros calamos 2,20 y nos comentaron que las boyas de indicación a veces se mueven… pasamos por el norte.

También os explicaría la emoción de ver un delfín muy grande jugar con el Alea pasando una y otra vez ante nuestra proa.

O como cambió los planes de pasar Lampione (una pequeña isla ya perteneciente a las Pelagie, en la que sólo habitan conejos) por el norte ya que el viento había rolado al norte y era mejor abordarla por el sur.

O que ha sido una de las travesías en que menos tráfico hemos encontrado pero en la que más veces ha tocado trimar las velas.

Pero como escribo yo sólo puedo deciros que al salir de Monastir, le hice una foto de despedida



Me acosté en el salón apenas empezamos a navegar


y me levanté para ayudar en la maniobra de atracar cuando ya ondeaba la bandera italiana en nuestro velero, estábamos de nuevo en Europa!!!


La comunicación con el puerto de Lampedusa fue un poco complicada porque no había quien hablara inglés y tuvimos que apañarnos con mi poco italiano… nos decían que echáramos el ancla frente a un edificio en el que había un letrero que ponía Guardia Costera. Nosotros buscábamos un rótulo de neón, una planta baja, vueltas y vueltas dentro del puerto, hasta que vimos que justo por donde habíamos entrado se levantaba un pequeño montículo, sobre él un edificio y allá arriba un letrero pintado con la dichosa inscripción de la guardia costera.

En lugar de echar el ancla nos amarramos al muelle… y nos fuimos a dormir. Habíamos tardado 14 horas en recorrer 90 millas; un promedio de 6,5 nudos no está nada mal para el Alea, los tres nos merecíamos un descanso.

lunes, 23 de febrero de 2009

marinas en Túnez


Por fin un huequecito de buen tiempo nos ha dejado salir de Túnez y hemos vuelto a desplegar las velas!!!!


Antes de explicaros nuestros nuevos rumbos y nuestros nuevos descubrimientos (que siempre son geográficos y humanos y eso es el mayor de los regalos del viaje) quería cerrar el capítulo de Túnez donde nos hemos sentido estupendamente, tanto como para no ver con malos ojos volver a pasar otro invierno si seguimos con los planes de no escaparnos por Suez y dar toda la vuelta al Mediterráneo para volver hacia España y después remontar en busca de los mares del norte de Europa... pero eso queda muy, muy lejos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


A lo que iba, para los que penséis en navegar hasta Túnez, cuatro cosas sobre las marinas y los precios por si os pueden ser de utilidad.


A lo largo de toda la costa tunecina hay diferentes puertos de pescadores. En todos ellos se puede amarrar y pasar unos días, el precio es el mismo en todo el país, si no recuerdo mal la fórmula 0,45 dinares * metro de eslora de registro * día; para nosotros eran unos 5 dinares/dia (2,75 €) más impuestos. No en todos ellos hay servicio de agua y luz y cuando lo hay, el precio no está incluido.

Normalmente hay reservado un determinado número de plazas (en el puerto de pesca de Monastir un pantalán, en el de Mahdia cabían un par de barcos) y no son demasiado atractivos -son puertos de trabajo en los que no encontrareis bares bonitos- pero son un buen lugar en el que pasar unos días conociendo ciudades menos turísiticas.


En cuanto a las marinas de recreo, los precios varían algo de unas a otras. Creo que la más cara es Sidi Bou Said y la que tenía fama de más barata (por lo menos en invierno) Monastir -no tengo en cuenta aquí Tabarca que es un híbrido entre marina de pesca y de recreo, pero ya comenté los precios más arriba-.


Nosotros comparamos precios por internet (hablo del 15 de diciembre más o menos) y en Monastir, en temporada baja, para un velero de 13 m de eslora, el precio -previos impuestos y sin agua y luz- era de 220 dinares al mes. Sin embargo cuando llegamos (25 de diciembre) nos recibieron con la sorpresa de que los precios del nuevo año, o sea la tarifa que nos iban a aplicar, no contemplaban la diferencia entre temporada alta y temporada baja y que el coste del mes eran 440 dinares. Además el agua y la luz a parte.


Después de oir las quejas de un montón de gente -la unión hace la fuerza- han cambiado nuevamente los precios que han quedado en algo más intermedio: 320 dinares el mes!!!! Este es el precio que hemos pagado para segundo mes, pero ni hablar de corregirnos lo cobrado por el primero.


Los precios de Hammamet en temporada baja 450 dinares mes (para nuestro velero de 13 m; el agua y la luz no están incluidas pero son más económicas) y un precio similar en Al Kantaoui.


Monastir tiene la ventaja de estar muy próximo a la población; en apenas 10 minutos puedes estar en el mercado del pueblo, hay supermercados y el puerto tiene bares, restaurantes...


Hammamet es una marina más moderna y con todos los servicios, pero está a 7 Km del pueblo; hay que coger un autobús para ir a hacer las compras... o comprar en el super del puerto que es un poco carete.


Port Al Kantaoui está cerca del núcleo urbano pero es un enclave mucho más turístico...


Ah!!! y recomendaros que llaméis antes para aseguraros que hay plaza; un velero que llegó a Monastir cinco minutos después que nosotros se tuvo que dar media vuelta.

Nosotros procuramos escribir un mail para tener constancia por escrito que hemos hablado para reservar un amarre... puede que suene un poco exagerado, pero, tenéis que creerlo ¡Túnez está lleno, pero lleno de barcos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Pues hasta aquí nuestra primera recalada en Túnez.


Hoy escribo desde Malta. Justo al final del pantalán donde nos encontramos hay un restaurante que ofrece un simpático servicio: disponen de wifi y puedes comprar una conexión (te dan la contraseña) por 2,5€ día o 12€ semana. Te dan un papelito con el pasword y puedes utilizar el importe pagado en consumiciones en el bar; o sea, que tenemos pagados 12 € de cervezas y conexión rápida por lo menos esta semana. No tengo excusa para no explicaros pronto como fue la travesía y la estancia en Lampedusa........ ¿me dais un par de días??????


saludos cada vez más marinizados

jueves, 12 de febrero de 2009

Monastir

Aunque la mayoría de gente que se dedica a esto que se llama “hibernar en un puerto” pasa cinco meses amarrada en el mismo pantalán –cosa muy inteligente económicamente hablando y para la que nosotros salimos demasiado tarde, pagar por todo el invierno es mucho más barato que pagar mes a mes aunque sea temporada baja- esperando que pase el mal tiempo antes de reemprender la navegación… nosotros (y digo nosotros incluyéndome a mí por extraño que me suene a mí misma) estamos deseando desplegar las velas YA y cambiar de lugar. NAVEGAR otra vez.

Nos gusta Túnez y estamos muy a gusto en este puerto, la compañía es buena, la camaradería entre los tripulantes estupenda; aun así tenemos ganas de mar y de conocer nuevos lugares!!!

Pero el tiempo no nos acompaña demasiado. El viento sopla y sopla. Esta noche nos hemos tenido que levantar para comprobar que todo estaba bien ya que el viento rugía como un león, había rachas que superaban los 40 nudos.





Sin embargo parece, según Ugrib que es nuestra página de cabecera en materia de meteo, que entre el sábado y el domingo se abre un huequecito y por ahí nos queremos escapar!!! Ponemos rumbo a Malta, posiblemente haciendo una escala de un par de días en la isla italiana de Lampedusa.

Parece que no somos los únicos que hemos descubierto es rayito de sol porque de nuestro pantalán seremos cuatro veleros los que partiremos con el mismo rumbo el mismo día!!!!

Algunos de los veleros que sí han decidido pasar todo el invierno acostumbran a hacer una escapada a Lampedusa (es la isla no tunecina más próxima desde Monastir) o a Pantelleria (si el puerto base lo tienen más al norte) porque como turista puedes permanecer 3 meses en Túnez. Pasado ese tiempo tienes que salir y volver a entrar o bien solicitar una prórroga del permiso de permanencia (que cuesta 10 dinares por persona y semana). La mayoría de gente se regala una navegadita… nosotros no llegaremos a consumir los tres meses, aunque cerca nos quedamos.
Mientras esperamos que llegye el día de partir, estamos trabajando a mejor ritmo en el final de los interiores (las crónicas –aunque con algo de retraso están en nuestro blog del brico-barco http://www.sailingalea.blogspot.es/), estamos acabando de hacer la web en la que aparecerán todos los datos –rutas, fechas, precios- para la gente que nos quiera acompañar un ratito en cualquier momento, y paseamos por esta ciudad y sus alrededores…

Hoy os dejo algunas instantáneas de Monastir…


el cementerio


la mezquita



el Ribat



el complejo del mausoleo


un mercado gigante que hay los viernes y sábados
donde puedes comprar ropa (nueva, de segunda mano...)


y montañas de vegetales frescos



volvemos a pasarnos por aquí prontito














lunes, 2 de febrero de 2009

Johan ha ido a visitar a la familia durante 15 días. Yo me he quedado como “capitana en funciones” del Alea.

Por lo menos de momento hemos decidido viajar a casa por separado y quedarnos siempre uno en el barco (es lo que tiene proceder de países distintos) y tal vez más adelante probemos otras formas para comparar. Por ahora nos gusta no dejar a “la niña” sola!!

Tengo que decir que en estos días he podido comprobar que cuando hibernas en un puerto, pasas a formar parte de una pequeña familia; casi todos los vecinos sabían que estaba sola y me han invitado a cenar, me han “vigilado” por si necesitaba cualquier cosa, me han visitado, me han mandado mensajitos al móvil antes de dormir!!

Además de toda esta vida social… he hecho más cosas y me han pasado más cosas… empecemos por lo último.

Apenas un par de días después de irse Johan hubo una tormenta con mucho, pero mucho viento (rachas de más de 40 nudos dentro del puerto). Normalmente en este puerto el viento sopla del norte o noreste y tal y como estamos amarrados es perfecto ya que tiende a alejarnos del pantalán. Tuvo que esperar a que yo estuviera sola para soplar del sur!!! A lo que íbamos, a pesar de que el barco está amarrado a una distancia más que adecuada del pantalán, el sitio en el que estamos está pensado para un barco más pequeño y el muerto nos queda un poco –mucho- cerca por lo que no hace demasiado bien su trabajo. Si a esto le sumamos que el viento era importante el resultado es que yo veía cómo el barco iba acercando su proa al hormigón.

Lejos de quedarme con los brazos cruzados me puse a buscar alguna solución… y a falta de resultados inmediatos me fui a pasear por los pantalanes para ver qué hacían los demás. La mejor idea parecía amarrar una defensa en el pantalán a la altura a la que previsiblemente iría a dar la proa. Así lo hice. Debían ser las 9 de la noche, todos los vecinos debidamente recogiditos en sus hogares...

Cada ratito salía a comprobar la idoneidad del invento hasta que me pareció que una defensa no iba a ser suficiente e intenté colocar una segunda. ¡Demasiado tarde! Nuestras defensas son muy grandotas y no cabía una segunda. Era imposible tensar los cabos con la que estaba soplando. Me encomendé a los santos para que la cosa no fuera a más y me metí dentro.

CLONC !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

El ruido de un golpe seco me dejó como si yo me hubiera caído escaleras abajo. Salí corriendo y vi que había tocado el pantalán en una de las embestidas. En ese momento –demasiado tarde- vi que el vecino tenía unas defensas pequeñas que serían perfectas!!! Le pedí una prestada, mejoré mi invento y a dormir (poco) con la sensación de que era yo la que se había roto algo.
A las 3 de la mañana el viento había amainado y me levanté a tensar los amarres y alejarme adecuadamente del hormigón.

A la mañana siguiente pensé en lo sencillo que habría sido trabajar ayudándome con el motor, poniendo marcha atrás con la colaboracion de algún vecino, y así haber puesto dos defensas desde el primer momento… pero así sucedió y así os lo cuento…

NO ME GUSTA SER CAPITANA, por lo menos no antes de aprender a ser una buena tripulanta!!!

Apenas fueron un par de desconchones superficiales de la pintura que ya han sido debidamente reparados. Parece que yo soy de las que aprende de las equivocaciones ,con lo fácil que debe ser aprender de la observación, de los libros, de…

Además de ir aporreando el barco contra las paredes, en estos días me he dedicado a ir terminando el salón que ahora luce pintadito, con cortinas, tiradores nuevos en el mueble de cajones, etc, etc.
antes
despues


Ya que experimentaba con la máquina de coser, he hecho un mantel grande, unos individuales, unos cojines…
Y desde luego he cultivado mis dos hobbies favoritos: leer y cocinar. He aprendido a hacer una riquísima mermelada de naranjas siguiendo la receta de Genevieve (una de mis vecinas francesas) que ha quedado exquisita… si algún día os animáis a venir a bordo estoy segura de que os vais a chupar los dedos

besitos de una feliz tripulanta que vuelve a tener a su capitan a bordo!!!