viernes, 25 de diciembre de 2015

domingo, 29 de noviembre de 2015

Noviembre, un mes en imágenes

Aquí estamos de nuevo, casi a punto para inaugurar el mes de diciembre con un paseo por los ventisqueros que nos llevará a reencontrarnos con Caleta Olla, Seno Pía...

Tal vez os preguntéis qué hemos hecho el mes de noviembre. La verdad es que mi primera respuesta habría sido deciros que nada, que ha sido un mes de tranquilidad y relax después de muchos meses de ruta, pero buscando fotos para el blog me he dado cuenta que no hemos parado!!!!!

Para variar este mes... os lo contamos con imágenes:

Yo personalmente, lo recuerdo como un mes para nosotros mismos,
para relajarnos y leer

Como hemos conseguido estar en una boya, Ushuaia se ha convertido en un centro base tranquilo y apetecible. Con un escenario de ensueño, rodeados de picos nevados y con todas las comodidades!

En la marina, la gata Yoko, nos estuvo visitando para los desayunos durante días... 
un día dejó de venir, ¡había tenido una preciosa camada! 
Visitar a los gatos en la oficina del club ha sido una cita diaria


Una tarde, buscando una pieza para el motor, nos encontramos por casualidad a 
una pareja excepcional; Sebastián y Nicole han decidido recorrer todo
 el continente con una combi con solera, con ellos estaba estos días una 
amiga y como no, por la noche tuvimos encuentro viajero en el Alea


No nos costó mucho armar otro encuentro y un par de días después estábamos
 en una zona de acampada preparando una barbacoa (o asadito) con nuestros amigos
 (podéis seguir su aventura buscando en facebook Esperanza en el rumbo)


Cuando te invitan a una barbacoa y después te cuentan que son vegetarianos, 
te descolocas un poco, pero la verdad es que el resultado fue impresionante.
 Claro que lo importante es la compañía y el día fue excepcional


Un pequeño resumen de un gran día


Qué bien sienta de vez en cuando pasear entre los árboles


Yo hasta pensé cambiar de medio de transporte!!


Pero me duró un momento, no cambio a Alea por nada!!


Las laderas invitan a dejarse deslizar... por lo menos con la imaginación


Vistas desde el fondeo


Como no siempre es fácil y aquí se nos daba la oportunidad 
he aprovechado para hacerme algunos chequeos en el hospital. 
El tema de la salud navegando merece un capítulo a parte y sabéis
 que nos ha supuesto algún que otro susto. En el hospital
 de Ushuaia nos han atendido bastante rápido, muy bien
 y por precios razonables. 


Todavía faltan unas pruebas, pero parece que la cosa pinta bien



Aprovechando que tenemos una buena comunicación a internet, 
Johan ha hecho diversos cursos a través de la red de las más variadas cosas. 
La mar de entretenido y pronto forramos la pared de títulos.



A mi, me ha dado por buscar recetas nuevas, experimentar 
con la cocina que es lo que me gusta.




Algunos días el viento ha estado muy castigador!


Las olas en la bahía... día sin desembarcar


Días así son buen momento para ir revisando cada rincón del velero,
para tenerlo listo y a punto



Yo, mientras tanto, a lo mío


Un día nos encontramos una pareja que quiere recorrer toda Sudamérica con una preciosas bicicletas de bambú. Querían imperiosamente cruzar a Puerto Williams -desde dónde salían hacia Punta Arenas con el ferri- y no encontraban transporte, nos preguntaron si los llevábamos, pensamos que por qué no... y nos fuimos con ellos a pasar unos días a Williams


El desembarco!






¿a qué va a ser Johan el que cambie de medio de transporte?
Williams nos recibió como siempre: con los brazos abiertos.
Sin embargo ha empezado la temporada turística y la marina está a tope.
Barcos que entran y salen y salen y entran.
Por la disposición del amarre (tres líneas partiendo del Micalvi y todos abarloados)
cada vez que alguien sale, tienen que moverse un montón de veleros
¿divertido? ¿estresante?

Eso sí, te encuentras vecinos la mar de innovadores en su diseño


a nosotros nos estresa mucho más de lo que nos divierte estar en el muelle
la próxima sin duda nos vamos a la boya
que para eso están trabajando duro para renovarlas.



La ciudad bella como siempre, o más bella que nunca. Pájaros por cada esquina
Hay montones de caballos por todas las calles.
Tienen propietarios pero andan sueltos sin más.
Barcas, pesca, caballos, pastos... primavera!


Hasta un castor despistado estaba dando vueltas por el Micalvi

Los chiquillos de la escuela de vela - la más austral del planeta- incansables con sus optimist
Si han estado navegando todo el invierno ¿qué no harán con la llegada del buen tiempo?



Hemos encontrado un barcito junto a la parada del ferry en Williams
Puerto Luisa se llama, tomar un cafecito relajado por la mañana
es simplemente un gustazo para los sentidos!


Si alguien se pregunta si nos aburrimos... Johan necesitaba una pequeña
pieza de conexión eléctrica, teníamos muchos tamaños pero nos faltaba el 8.
Preguntamos en 4 veleros, nada
Francisco del Micalvi nos buscó en sus arcas, nada
Fuimos al pueblo visitamos dos ferreterías y la tienda de la gasolinera, nada
Nos mandaron a hablar con el capataz de una obra que amable nos llevó a su bodega
de material donde rebuscó sin éxito. Nos mandó a otra obra.
En la tercera de las bodegas de trabajo un electricista nos "fabricó" la pieza.
La gente es tan amable que cuesta de creer.
La búsqueda nos llevó un día y pico, pero lo tenemos!


Johan, metódico, ha seguido repasando el motor, cambiando
aceites, filtros, vigilando las baterías...

Yo feliz, a lo mío

El sol y el verano ya se sienten por todos lados
Por fin hemos podido retirar las dobles ventanas que nos
han acompañado todo el invierno para evitar condensaciones
y hemos ventilado el barco por horas y horas

Incluso hemos vuelto a disfrutar de la comida en la bañera!
Después de unos días estupendos en los que nos hemos despedido
de los amigos del Galactic, nos hemos reencontrado con los amigos
del Angelique II, hemos reído con Cecilia, conocido a Ricardo, un
gaditanos que se ha instalado en Williams... decidimos volver a Ushuaia

Navegamos de nuevo junto al llamado faro del fin del mundo, lugar muy visitado por las excursiones de día desde Ushuaia... en realidad no es el faro del fin del mundo
pero nadie puede decir que no es un bellísimo lugar
Como diría el cantante, tenemos el corazón partío
Williams nos tiene robado el corazón
Ushuaia nos enamora
Los gatos creciendo. En su día acordamos que no queríamos llevar
animales a bordo... que si no...

Los días siguen pasando tranquilos, a ratos trabajamos un poquito
A ratos nos dedicamos a recorrer las calles en tranquilos paseos
Ya tenemos todo a punto para pasar un mes vagabundeando
por los canales. Despensa hasta arriba!


Esto ya no parece primavera sino verano... los pájaros se han hecho
los dueños del lugar

Uka, el encargado del club náutico, ha fabricado una barbacoa
hoy toca estrenarla, asadito con las gentes de otros veleros


Cada día son más los vecinos

Así que como veis, el mes ha sido tranquilo pero no aburrido.
Si alguien quiere compartir un poquito de este paraíso...
 nosotros os esperamos "con las alas abiertas"

domingo, 22 de noviembre de 2015

lunes, 26 de octubre de 2015

Isla Redonda

Dejamos el parque Nacional para ir a Isla Redonda, donde los amigos del Manta nos habían contado que había un fondeo seguro y caminatas preciosas... no nos lo íbamos a perder.

En menos de una hora ya estábamos con la maniobra de fondeo.



Añadir leyenda
Elegimos la bahía en la que está la Oficina de Correos del Fin del Mundo. Es un lugar que recibe muchos paseos de día en lanchas locales y suponemos que esa es la razón para que hayan dispuesto una línea que cierra la entrada al saco de la bahía pero que permite amarrarse fácilmente a un buen número de embarcaciones. 

Nosotros preferimos, si se puede, ir lo más atrás posible... pero la línea nos pareció perfecta. Ancla -en buen fondo-, atrás y con el bichero pescamos el cabo, pasamos nuestros propios cabos de amarre y en un momentito estábamos fijados y perfectos.



¿perfectos? bueno, lo de amarrar a una línea que no es la tuya y no conoces siempre da un poco de respeto, de modo que no contentos con lo que teníamos, echamos dos amarres nuestros directamente a un par de buenas rocas que tenían aspecto de no ir a moverse para nada. Después, comprobando la línea que hay fija, vimos que era suficiente y segura; pero somos así, de los de prevenir y prevenir!

Comprobando amarres, añadiendo amarres, o sea, bien amarrados!




Desde el fondeo era muy fácil dejar la auxiliar en el muellecito del correo y disfrutar de un día de caminatas. Hablando del Correo, nos ha llamado la atención lo bien que se organizan las gentes de esta zona para pasear a los turistas ofreciéndoles cosas que te hacen sentir que llegaste a donde pocos llegaron. Es muy popular venir a Isla Redonda a enviar alguna tarjeta para que quien lo reciba sepa que le llegó desde el lugar más recóndito del mundo.
Sin embargo, se trata de la oficina de correos situada más al sur de Argentina, no del mundo. Unas millas más al sur, Puerto Williams dispone de oficina de correos y sabemos (porque una vez nos dio por investigar posibles trabajos en lugares remotos y encontramos una oferta para este lugar) que hay un puesto de correos en la Antártida. También se ofrecen excursiones de día para ver el faro del fin del mundo (un precioso faro a escasas millas de Ushuaia) cuando hay faros más al sur... en fin, que hay que quitarse el sombrero sobre el modo en que esta gente sabe trabajar el turismo; algo que no se ve ni por asomo en la parte chilenas, a penas unas millas más allá. No nos parece que una opción sea mejor que otra (vivir del turismo, vivir de la pesca) pero es algo especial poder ver los dos modos de hacer tan distintos y a la vez tan próximos en el espacio.




En Isla Redonda hay un puesto de la Armada Argentina y uno de los senderos te conduce hasta allí, así que pensamos que lo más educado era empezar saludando a las autoridades. Además de los militares, en la isla hay un par de perros juguetones que nos han acompañado en cada pasito que hemos dado.



Los caminos están profusamente señalados... tanto que nos daba la risa ver tantos palitos  y piedras y flechas indicando el camino (la isla es tan chiquita que cuesta pensar que uno se pueda perder).



Los caminos se pierden entre los árboles para volver a dejarte ver el mar. Os podemos regalar unas cuantas fotos pero lo que no podemos transmitiros es el increíble olor a tierra mojada, a hierba fresca y a la vez a mar.





Porque sí, sí, sí... la primavera está rompiendo en cada rincón y la nieve ha dejado espacio a las flores que empiezan a salir por todos los lados. Sol, sol, sol.




Llegamos a la casa de la prefectura en una media horita... no porque esté demasiado lejos, solo porque nos tomamos el camino con calma, haciendo un poquito la cabra, jajaja.




En la Prefectura nos encontramos con las tres personas que hay destacadas allí. La casa es preciosa, pudimos constatar que el funcionamiento del destacamento es también muy distinto al de los puestos que habíamos visitado en Chile: si allí se destina a un oficial durante todo un año y acompañado por su familia, aquí -por estar tan cerquita de la ciudad y con una comunicación tan fácil- están destinados solo por uno o dos meses, sin familias.


Nos comentaron que uno de los senderos circunvala la isla (que como su nombre dice es redondita) y preguntamos si el camino era fácil o no y el oficial nos dijo que era un poco dificultoso pero que habían cabos para ayudar en los tramos más difíciles y que ellos cada día le daban la vueltita a la isla en cosa de 20 minutos. Nos pareció accesible y allá que nos fuimos: subiendo y bajando, siguiendo los palitos, bajando por las laderas...


Cada vez la cosa se ponía más empinada!!!

si os fijáis bien, allí abajito se ve amarrado el Alea
Hasta que llegó un momento en que perdimos de vista cualquier palito (tanto como nos habíamos reído), cualquier sendero, cualquier señal... y nos tocó desandar lo andado. Para entonces, llevábamos andada más de una hora; si el oficial lo hace en 20 minutos debe estar hecho un supermán!!!


En nuestro nuevo -y derrotado- paso por Prefectura nos dieron cuatro indicaciones que no acabamos de entender... y nos dijeron que lo más fácil era empezar en el fondeo y llegar hasta el punto más alto de la isla (precisamente hasta donde habíamos llegado ya) porque desde ahí sabríamos continuar. Ya teníamos tarea para el día siguiente.

Iniciamos la ruta como nos habían indicado y disfrutamos del placer de pasear la cara expuesta al viento. Unos paisajes increíbles.


Y esta vez lo conseguimos -aunque nos costó un buen rato...- y si lo hicimos fue porque Johan tiene buenas dotes de orientación. Yo tiraba derechito por donde se me antojaba y él miraba, miraba y decía: hay tres caminos, el más transitado va por aquí pero hay otros dos por allá... ¡tres caminos! yo volvía a mirar con más atención y sólo veía piedras y hierbas... no hay como viajar bien acompañada!


Como el sol no ha dejado de acompañarnos hemos seguido andando todos y cada uno de los senderos  una y otra vez. Felices de poder disfrutar del paisaje, del sol, de la naturaleza. Felices.


Hasta que decidimos que nos apetecía volver a la ciudad.., y sin mucha literatura, soltamos amarras, pusimos las velas y en un ratito estábamos de vuelta en Ushuaia, esta vez amarrados a una boya.


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Si tienes previsto venir por la zona y no dispones de muchos días, podemos hacer una salida del día hasta Isla Redonda, o un par de días combinando Isla Redonda y el parque nacional de Lapataia. Hay mil rincones que descubrir!