sábado, 28 de enero de 2012

Grenada 1ª parte

Después del cruce, la travesía entre Tobago y Grenada fue como para recongraciarse con la navegación. Salimos a las 17'30, al mismo tiempo que nuestros nuevos amigos del Cupido que partían rumbo a Carriacou (con mejor ángulo de viento que nosotros!).


Como todo es relativo, si en Grecia una travesía de más de 50 millas me parecía una enormidad, ésta de 84 millas nos pareció un paseo. Una noche de guardias (el cuerpo todavía estaba acostumbrado) y al amanecer ya estábamos tocando nuestro destino. La isla nos recibió con chubascos y lo que nos sorprendió según nos aproximábamos a Pirckly Bay fue ver la cantidad de barcos que se podían divisar en cada fondeo ¿estában aquí todos los veleros del mundo? ¿habría algún huequito dónde echar el ancla del Alea??


Y sí, desde luego que había un huequito para nosotros. Después de dejar atrás la bahía de Charlotteville con sólo dos veleros, en Pirckly Bay había alrededor de cien... y cabían unos cuantos más!!


Echamos el ancla a las 08.00h justo para desayunar tranquilos en un nuevo país y nos fuimos a hacer los papeleos de la entrada. Fueron sencillos y rápidos y previo pago de 35 euros éramos legales en el país y podíamos bajar la banderita amarilla.



En el par de días que teníamos antes de que llegaran Ana y José Luis, nos dedicamos a buscar las tiendas náuticas y rebuscar cosillas -que cada uno tiene sus vicios y aficiones- y a conocer la capital a la que se llega fácilmente con un bus/furgonetilla que los lugareños conducen tal si estuvieran participando en una carrera de Fórmula 1... sin reglas!!!


También llenamos la despensa que estaba poco provista de producto fresco. Lo primero que nos sorprendió fueron los precios, para nuestro gusto muy caros... A ver: una docena de huevos cuesta alrededor de 3 €, un cartón de leche unos 2 €, una manzana (¡una!) 60 céntimos de €, una lata de cerveza (en un super) 1'1€; casi no hay carne en los supers (mejor en Grenada que en las siguientes islas) y la que hay es casi toda congelada (casi todo pollo -muslos y alitas, todavía no he descubierto qué hacen con las pechugas que es lo que a mí me gusta- y salchichas de frankfurt), un tarro de café solubre de 250 gr puede costar unos 8 €, lo mismo que un bote de mayonesa... pero la fruta es abundante y riquísima, hemos descubierto una verdura que se llama calalloo y que parecen espinacas y está muy buena pero no hemos visto más que algún pimiento y berenjena ocasional y nada de calabacines u otras hortalizas. En resumen, que nos hemos ido adaptando a los productos del lugar y nos hemos ido acostumbrado a los precios lugareños (no os queda otra!)




Eso sí, mirad lo que encontramos!



Y después nos dedicamos -ya con nuestros amigos a bordo- a descubrir la isla.

Primero fuimos a la capital... con Alea, para poder pasearla sin prisas por la noche. Decidimos entrar en la marina (hay dos: Grenada Yacht Club -la barata- y Port Louis -la cara); pagamos... bueno, os explico primero cómo fue nuestro arribo al pantalán para explicaros cuánto y por qué lo pagamos.

Es de todo el mundo sabido que yo con las boyas no me llevo muy bien (sí, sí, falta de práctica, pero mientras practico... doy penita) y al llegar vimos que había que coger una boya por proa; teníamos que pasar nuestro propio cabo e ir largándolo -tenía que ser un cabo largo- hasta que la popa lleguara al pantalán.

Justo cuando llegamos hacía un viento de narices y ahí estaba Johan intentando llegar a la boya y los otros tres intentando pescarla; por proa ni pensarlo (la cogimos, perdimos un bichero, lo recuperamos pero no hubo forma de pasar el cabito de los ***) así que nos fuimos a cogerla por popa ¡y la cogimos a la primera! A todo esto os tenéis que imaginar a Johan a la rueda, el viento, y a nosotros paseando con con 50 metros de cabo por todo el barco hasta llegar a la proa... Johan nos iba gritando órdenes y yo lo entendiéndolas todas del revés. Resultado, cuando Ana estaba a punto de pasar los amarres por popa (o sea, que ya estábamos en el sitio), en proa perdimos el dichoso cabito... y teníamos que volver a empezar.

Como diría nuestro buen amigo Theo ¡tragedia!

El marinero se acercó en su zódiac (podía haberse acercado para ayudarnos en la maniobra... pero no) para sugerirnos que amarráramos de costado y yo con ojos suplicantes le pedí a Johan que aceptara aunque fuera más caro... así que lo que tenía que costar 22 euros nos costó 30; yo sigo aprendiendo (despacio).

El precio de la marina es por la medida del barco y la otra marina tiene una tarifa de justo el doble que la de Grenada Yacht Club donde pernoctamos nosotros.


Sant George's es una ciudad, mmmm, no sé bien cómo definirla ¿caótica? ¿colorida? ¿divertida? ¿bulliciosa? ¿un poco sucieta? ¿aromática?, esta es la isla de las especies y el olor a nuez moscada y canela está por todos lados, ¿viva? ¿joven? ¿escandalosa? ¿pobre? ¿la suma de todos los anteriores?



Nos perdimos por los supermercados, por el mercado de fruta y verdura, por los baretos de los lugareños, por las callejuelas que suben y bajan, encontramos el CSI del lugar, y en el super que hay frente a este edificio, la prueba de que no se andan con chiquitas!,


paseamos por el Carenage donde nos tomamos un zumo en un bar precioso, y de vuelta a casa!



Dicen las guías que manejamos que Sant George's es el puerto más bonito de todo el Caribe. Bueno, para gustos los colores, no diría yo tanto, pero sí es cierto, que desde la terracita del bar, las fachadas de colores pintando la ladera verde de la montaña hacían de la vista un lindo espectáculo



Otro de nuestros destinos -al volver de Carriacou- fue la bahía de Hog Island. Llegamos con las justas en domingo por la tarde porque nos habían dicho que había una barbacoa en un barcito en la isla; fondeamos al son de la música y sin más demora nos fuimos a la islita... y desde luego nos integramos en el medio!!!




Era un poquito tarde para la comida, pero aun encontramos algunos restos del menú (lo que veis en la foto 15 $EC; 1$EC=1/3€ más o menos)



Nos echamos unos bailes



Y confraternizamos con los otros navegantes que abarrotaban el lugar!





Desde Hog Island es fácil llegar con la auxiliar hasta Court Clark Bay y desde allí hacer alguna excursión... porque Grenada es especialmente bonita para perderse por su interior. Así que desde ese punto decidimos alquilar un coche e ir a visitar las famosas cascadas, fábricas de chocolate y demás. Pero eso sin duda... gue una aventura que merece capítulo propio.





domingo, 22 de enero de 2012

Tobago

Cuando desperté el primer día y saqué la cabeza por el tambucho me sorprendió ver la jungla que prácticamente bajaba hasta la playa y que las luces que veíamos la noche anterior no eran más que un pequeño pueblo de pescadores.






Mi primera impresión fue que estábamos en el sitio más cutre de todo el Caribe: casas con tejados que se venían abajo, gente desocupada por todos sitios, gallinas campando por las calles. Cinco minutos más tarde me había enamorado del lugar: el colorido de sus casas, la sonrisa de sus gentes, su cerveza fresquita, las palmeras en la playa, la música saliendo de las ventanas, los olores a bosque húmedo, la ausencia de hoteles, no ver a penas turistas… tal vez en este rinconcito todavía hayamos encontrado ese “Caribe auténtico” que nosotros estábamos seguros de que había desaparecido.







Ya en el pantalán en el que dejamos el dingy una pareja de americanos, propietarios de uno de los 6 veleros que estamos en la bahía (¡solo 6 veleros!) nos indicaron dónde podíamos hacer los trámites de inmigración.


Estábamos contentos porque era lunes y no nos tocaría pagar el plus de llegada en día festivo. Llegamos a las oficinas y no había nadie. Dimos vueltas y nada, todo estaba abierto pero no había que atendiera. Un rato después apareció el funcionario.


Teníamos que llenar montones de papeles y lo que más nos sorprendió fue que –a pesar de que tenían ordenador e impresora, de que había una flamante fotocopiadora- nos dieron cuatro impresos iguales y con papel de calco los llenamos todos a la vez (ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que vi papel de calco). Resulta que el día 2 de enero era fiesta nacional! Empezábamos bien nuestro plan de gasto mínimo; inmigración nos cobró 100TT dólares por ser festivo, en días laborables es gratis. Tuvimos que volver a las 14.00 h para los trámites de aduanas. Ahí pagamos la tasa básica de 9TT ( 1TT=1/8€) y ¡¡290TT extras por ser festivo!! En fin, ya éramos legales. Los trámites habían sido sencillos y los funcionarios amables.


Nos fuimos a tomar nuestra primera Carib




Buscamos internet y encontramos un centro que reúne la lavandería y el servicio informático del pueblo. Al día siguiente dimos con la biblioteca donde el internet es gratis sin limitación de tiempo (bueno, hasta que alguien más solicite el servicio supongo) y nos vamos poniendo al día de los correos.
La biblioteca se parecía a la primera en la que trabajé y realmente me emocioné: había bastantes niños, un silencio más que aceptable y un montón de libros para una población que a mí me parecía pequeñita… todo era absolutamente precioso.






Al día siguiente fuimos a la oficina de turismo para planificar algún paseíto por la isla; la señora que atendía el local se mostró cualquier cosa menos amable (pero nos hizo reír, de hurtadillas para no enfadarla más) y nos pareció que la mejor opción era el bus que nos podía llevar a la capital –aunque no alcanzamos ni de lejos a entender los horarios-.


Intentamos reponer la despensa pero el super no tenía a penas nada (casi nada… pasta y diferentes botes de tomate con aliños diferentes, algo de pan y poco más; queríamos huevos y nos dijeron que tal vez en tres días…) pero un simpático señor nos vendió nuestras primeras frutas tropicales: papayas, mangos…









Comimos en el restaurante de los turistas (los menús del restaurante local no acabaron de inspirarnos) y volvimos a bordo.




Sólo hacía unos días de nuestra travesía y para ser sinceros lo único que queríamos era dormir y dormir y dormir. Menos mal que después coincidimos con una pareja francesa que había llegado 15 días antes que nosotros y nos dijo que a ellos el cansancio del cruce se les pasó después de unos 10 días de hacer poco o nada.






Mirando el calendario nos dimos cuenta que nuestros planes implicaban llegar a Grenada –donde íbamos a recibir a José Luis y Ana que iban a pasar una semana a bordo- también en horario festivo (o sea, de pago extra) y finalmente decidimos adelantar nuestra partida de Tobago: necesitábamos descansar y podríamos visitar la isla en otro momento (o tal vez no) pero no queríamos llegar con el tiempo justo ni seguir pagando extras. Llenaríamos los depósitos de gasoil (en Tobago es increíblemente barato, menos de 0’30€ el litro) y saldríamos hacia nuestro próximo destino.






Al día siguiente desembarcamos con Aleita en el pantalán que hay habilitado para las auxiliares. Fuimos a preguntar a la gasolinera y nos dijeron que no había gasoil, además no sabían cuando habría porque el camión que lo distribuía estaba estropeado… sin esperanzas de una rápida recuperación. Nos conformaríamos con llenar el pequeño tanque de gasolina para el motor fuera borda de la auxiliar.

Volví al pantalán a buscar el tanque de gasolina ¡y el pantalán había desaparecido!!!!





Había una cuadrilla de trabajadores que nos explicaron que estaban restaurando el pantalán… y en ese momento estaban en la fase destructiva! Nuestro dingui descansaba unos metros más allá, inaccesible. Decidimos darles tiempo y nos fuimos a comer un roti (comida típica del lugar, muy baratita, de esa que en todas las guías te dicen que te alejes y ni la pruebes) con nuestros vecinos franceses; pasamos un rato estupendo. Regresamos a buscar a Aleita y la cosa no había mejorado; Los trabajadores se ofrecieron a acercarla pero ya nos pareció feo ir a por gasolina y volver…

Volvimos a bordo, cenamos en la bañera disfrutando del paisaje de Charlotteville, maravilloso y nos prometimos volver algún día… posiblemente antes de lo que pensábamos en ese momento















miércoles, 18 de enero de 2012

Bien, tengo que empezar disculpándome por la tardanza en escribir... será el ritmo caribeño que nos esta invadiendo. Lo cierto es que hemos tenido a José Luis y Ana de visita y entre conquistar una playa desierta y darnos un baño en una cascada se nos han ido los días.

Pero voy a respetar el orden cronológico, voy a escribir el post prometido de la cocina en el cruce y -palabrita- prometo sincronizar la realidad y el blog y en una semanita intensa ponerme al día.

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Como mi papel principal –o favorito- es el de cocinera a bordo, el tema de los menús me había preocupado mucho mientras preparábamos el viaje. Johan estaba haciendo cosas importantes como instalar electrónica, comprobar el estado de las velas, repasar este cable y aquel tubo, y yo buscaba blogs en los que explicaran qué menús habían comido en la travesía… con poco éxito porque es un tema del que no se habla demasiado (con alguna honrosa excepción, que algún buen cocinero ha escrito cositas; un besito para Urtzi), así que me dediqué a hacer esquemitas y menús antes de ir a hacer las compras.

Hay que apuntar que nosotros vamos a estar por aquí toda la temporada, así que mis compras no estaban tan orientadas al cruce como a llenar el barco con todo lo posible, que nos habían dicho que en el otro lado las compras no eran siempre fáciles.

Con esto os quiero decir que mi lista de compras no sirven como orientación (compramos 40 litros de vino!!!) pero sí comentar que compramos producto fresco para los primeros días (tuvimos fruta hasta casi llegar, verdura durante 15 días o un poquito más) y después tanto carne en lata como frutas y verduras envasadas que nos iban a hacer llegar bien comidos.

Y aquí os dejo nuestros menús diarios

DÍA 1
desayuno:
comida:
cena: no preparé nada de cena porque estaba malita... Johan se apañó con unas mandarinas

DÍA 2
desayuno: zumo, café con leche, pan con embutido (una tostadita) y con chocolate (otra tostadita)
comida: yo seguía malita y Johan comiendo fruta
cena: yogourth con musli y fruta

DÍA 3
desayuno: zumo, café con leche, tostadas (el desayuno es el mismo durante toda la travesía)
comida: cous cous con carne a la boloñesa ´
cena: ensalada

DÍA 4
desayuno: zumo, café con leche, tostadas
comida: arroz hervido con atún a la plancha
cena: brocolí hervido con jamón york y nata líquida gratinado

DÍA 5
desayuno: zumo, café con leche, tostadas
comida: dorada a la plancha con ensalada
cena: yogourth con musli y fruta (es la cena más habitual hasta que se acabó el yogourth)

DÍA 6
desayuno: zumo, café con leche, tostadas
comida: ensalada con embutidos
cena: yogourth con musli y fruta

DÍA 7
desayuno: zumo, café con leche y tostadas
comida: pasta con verdura fresca y lomo a la plancha
cena: yogourth...

DÍA 8
desayuno: zumo, café con leche y tostadas
comida: guacamole con atún y tostadas con queso camembert
cena: yogourth...

DÍA 9:
desayuno: zumo, café con leche y tostadas
comida: empanadillas caseras de atún y tomate frito con huevo revuelto
cena: yogourth












DÍA 10

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida:"paella" de dorada

cena: yogourth...




DÍA 11

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: dorada macerada con adobo canario y judías verdes hervidas

cena: yogourth.... (y yo un mini bocata de fuet, que una tiene sus debilidades)


DÍA 12

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: arroz frito con piñones y dorada a la plancha

cena: yogourth...


DÍA 13

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: dorada a la plancha y cous cous con crema de roquefort

cena: pan de pita con virutas de dorada (desde luego) y crudités de verduras (esto suena muy fashion pero era para aprovechar un poco de dorada que nos quedaba...)


DÍA 14:

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: "fideuà" de dorada

cena: yogourth....



DÍA 15

desayuno: zumo, café con leche, tostadas

comida: ensalada de brotes de alfalfa, maiz... y hamburguesas de patata con dorada

cena: yogourth...





DÍA 16

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: coliflor gratinada con jamón york y huevo duro

cena : yogourth...




DÍA 17

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: crepes de atún con guacamole y tostadas con ibéricos

cena: sandwich de jamón york y queso y fruta


DÍA 18

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: canelones de espinachas

cena: arroz hervido con salchichas












DÍA 19

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: dorada macerada con limón y mostaza y ensalada (seguimos con los brotes de alfalfa)

cena: fideos fritos con lomo a la plancha




DÍA 20

desayuno: zumo, café con leche y tostadas

comida: croquetas caseras de doradas con espinacas y guisantes con zanahoria hervidos

cena: bocadillitos de fuet




DÍA 21

desayuno: café con leche y tostadas

comida: spaghettis a la carbonara

cena: judias verdes con york



DÍAS 22 y 23


los desayunos fueron los habituales pero las comidas (cansancio, mal tiempo, despensa en decadencia) fueron comidas preparadas (que no están mal para un ratito)



Cocinar ha sido para mí una buena forma de llenar el tiempo y de hacer cosas que me gustan, de darle gusto a Johan que ha trabajado mucho. PERO el barco estaba bien preparado para nuestras navegaciones costeras y si tuviéramos que volver a cruzar haríamos arreglitos en la cocina para que las cosas fueran mejor. Más de una vez he abierto un armario y se me ha caído todo encima y Johan me ha encontrado en el suelo, con los paquetes de pasta en la cabeza y yo llorando...


O sea, que ha habído buenos y malos ratos, pero los buenos han sido sin duda los más... y no hemos perdido ni un gramo en la travesía :-(


ahora os dejo, que me ha entrado hambre jeje


ah! si alguien quiere cualquier receta, me escribís un mensajito y la paso sin problemas!


sábado, 7 de enero de 2012

Travesía Atlántica. Versión extensa. 3


LAS GUARDIAS
Habitualmente hacíamos 2 horas de guardia nocturna cada uno, en navegaciones de una sola noche, pero cruzando de Gibraltar a Canarias ya vimos que era algo que no resultaba para trayectos más largos.

Finalmente hemos optado 3 horas cada uno y nos resulta cómodo y llevadero (todo lo cómodo y llevadero que puede ser no poder dormir toda la noche de un tirón)

Supongo que jugamos con la ventaja de que yo me pongo a dormir y no me importa qué hora sea: duermo.

Los turnos son: Johan de 20.00 a 23.00h, de 02.00 a 05.00h
Silvia 23.00 a 02.00h y de 05.00h hasta la hora del desayuno

A veces yo me voy poco después de las 19.00h a dormir –cenamos muy temprano- y a veces –aunque pocas- Johan duerme hasta las 09.00 por la mañana. Con eso y una siestecita a media mañana (yo) o media tarde (él), cubrimos nuestras horas de sueño y nos queda mucho tiempo para compartir a lo largo del día.

Durante las guardias leemos (con un frontal de luz roja), escuchamos música (sólo uno de los dos auriculares y a poco volumen para oír el barco y la noche con el oído libre) hacemos ejercicios –para no dormirnos y mantenernos en forma a la vez- o simplemente contemplamos. Tenemos un temporizador que podemos hacer sonar cada 10 minutos por si alguno cae en la tentación de dar una cabezadita!








PECES VOLADORES

Es cierto que hay montones de ellos en el océano, es divertido quedarse mirando y verlos literalmente volar; claro que a veces, el Alea se cruza en su camino. Dos veces Johan ha sido “agredido” por uno de ellos (uno de rebote se cayó dentro del salón y lo dejó todo perdido de escamas) y los dos fueron devueltos sanos al mar.
Muchos han aparecido muertos en cubierta, pero al menos otros tantos han sido devueltos al mar sanos y salvos , hemos visto a bastantes que de manera increíble (tenemos una regala en forma de T que dificulta el tema) han vuelto al agua por sus propios medios después de aterrizar a bordo.
Los hay del tamaño de una sardina (gorda, pequeña), del tamaño de un boquerón, de un boqueroncillo...









REPARTO DE TAREAS
Como vivimos en el barco de forma habitual, el reparto de tareas no ha sido difícil: hemos mantenido el de la vida normal y sólo hemos hecho pequeños ajustes para la navegación.

Como a mí me gusta –de manera sincera y vocacional- el trabajo doméstico me ocupo de la limpieza y la cocina. Además, ayudo en las tareas de la navegación, actualizo el blog y cumplo escrupulosamente con mis guardias. Johan lleva el peso de la navegación–aparejo de las velas, piloto de viento, análisis de la meteo…-, del mantenimiento y de la comunicación con la BLU; y desde luego, hace sus guardias.

De momento los dos nos sentimos satisfechos y no explotados así que –sin ánimo de exportar la receta- a nosotros nos resulta fenomenal.












AVISTAMIENTOS
Hay mucha gente que nos ha dicho que durante el cruce pone las alarmas del radar y toda la tripulación se va a dormir sin mayores inconvenientes, que el mar es muy grande y la posibilidad de colisión mínima, que la tecnología que tenemos hoy en día lo pone fácil para no tener que velar una noche tras otra.

No ponemos en duda que todo debe ser más que cierto, pero a nosotros –tal vez por novatos o por excesivamente precavidos, o por hiperresponsables, o por responsables sin más- nos parecía que lo oportuno era que siempre hubiera alguien de guardia (pendiente del trimado de las velas y del tráfico, de cualquier cosa que pudiera surgir) y ahora podemos constatar que el tráfico no es intenso pero haberlo haylo.

En el cruce, sin contar la zona de tráfico que discurre en las proximidades de Cabo Verde, hablamos sólo de océano abierto, hemos visto (literalmente, no en la electrónica) 2 veleros y 8 mercantes.

Con el primero de los mercantes estuvimos charlando un rato por radio; volvimos a ponernos comunicativos el día de Nochebuena y Navidad. El primero de los dos mercantes con el que contactamos pareció pensar que estábamos locos por llamar para felicitar las fiestas; el segundo –de bandera india- estuvo superamable y charlamos un rato que siempre es de agradecer.

De los 8 mercantes 2 han pasado en menos de 2 millas.

Además hemos visto en el plotter a menos de 10 millas pero no a simple vista a otros 4 mercantes.

Es de suponer que no nos habríamos chocado (sobre todo porque llevando el AIS aparecemos en sus pantallas y se supone que ellos sí hacen guardias y ellos nos esquivan) pero estamos contentos de haber estado siempre con los ojos bien abiertos.














LA PESCA
Llevamos una caña para pescar al curricán con un señuelo que consiste en una línea con tres pulpitos de plástico cada uno de ellos con un anzuelo doble.
Un día Johan ha probado otra línea, con hilo más fuerte y un señuelo de mayor tamaño, que se recoge a mano.
Hemos tardado mucho, hemos leído mucho y hemos experimentado mucho, pero –si a eso le sumamos que en el océano parece que hay más pesca que en el Mediterráneo- parece que ha dado sus frutos.
Nada más salir de Gran Tarajal sacamos la línea, dos horas después teníamos un atuncito en el frigo.
A partir de ahí cada vez que hemos sacado el hilo –unas veces en no más de media hora, otras con la caña echada unas horas- hemos pescado, siempre doradas (o peces de su familia… llampugas, dolphin fish) y de buen tamaño, tanto que cuando pescábamos un día descansábamos dos o tres que es lo que nos costaba comernos la pieza.
No nos cansa en absoluto este pez, es más, lo preferimos al atún; lo hemos cocinado de mil maneras diferentes y siempre nos ha estado delicioso.
Las doradas acostumbran a ir en parejas, una vez sacamos dos piezas de una sola atacada, una pillada en el primero de los tres anzuelos, la otra en el tercero. Como no teníamos ganas de hacer conservas y era demasiado pescado devolvimos a la más chiquita al mar.
Incluso cuando los sargazos poblaban el mar y no hacían más que enredarse en los anzuelos, cobramos una buena pieza (que llegó a bordo entre un manojo de plantas) con el aparejo manual.
El último día pillamos una pieza extraordinaria; también era de ese color tan especial entre amarillo limón y verde lima de las doradas, no debía medir menos de 1’20 y seguro que pasaba de 10 kg. Cuando ya estaba en la popa del barco vimos que la red era pequeña y volví a usar el gancho con el que sacamos el atún. Pero quise pinchar en la boca (¿dónde demonios hay que pinchar a un bicho así) y ¡dobló el tubo de aluminio del gancho y dobló la punta de inox del gancho! Y sí, se escapó… en fin, que tenemos que seguir practicando la pesca de piezas grandes.









SQUALLS o tormentas por el camino


Ya habíamos leído al respecto, son tormentas que se forman rápidamente, normalmente te alcanzan por la popa, y van acompañadas de lluvia y sobre todo fuertes rachas de viento.


Son fáciles de avistar y seguir a través del plotter de modo que a veces hemos podido esquivarlas pero especialmente los dos útlimos días han sido tan frequentes que nos han pillado sin piedad y nos han dejado sin apenas ropa seca en los armarios (porque en cuanto se acaba la lluvia te vuelves a quitar el traje de agua, que por estas latitudes el calor ya aprieta).


Lo más incómodo y "peligroso" es el viento que acompaña; hemos tenido rachas de 40 nudos y la más fuerte que hemos registrado ha alcanzado los 51.


El principal problema es que tienes que estar rizando y desrizando a una velocidad de vértigo y cruzando los dedos para no llegar demasiado tarde quitando vela... o navegar con poca vela todo el tiempo para estar preparado para la próxima racha (es fácil ver en el horizonte que quedan más por llegar) y en consecuencia bajar un montón tu media de velocidad.













ELECTRICIDAD


Con las placas solares hemos tenido suficiente electricidad para la vida cotidiana. Hemos puesto el motor una hora cada día para recargar baterías coincidiendo con el rato que nos conectábamos con la BLU para enviar y recibir mails a través del Pactor y para charlar con la gente de la Rueda de Argentina. Con eso ha sido suficiente para garantizar una carga adecuada.


Los días que hemos ido con el pilóto auntomático electrónico el consumo de electricidad ha subido considerablemente y hemos tenido que encender el motor un par de horas. El piloto de viento lleva mejor el barco y no consume, pero hemos tenido un problemilla técnico y cuando el viento era demasiado fuerte el piloto no podía gobernar (ya hemos solucionado el problema... otra vez)


Por lo demás sólo hemos navegado a motor una noche en la que estábamos literalmente parados y las últimas 10 horas antes de fondear en Tobago... porque no podíamos aguantar las ganas de dormir parados!!!




... y el último post de la travesía será culinario; un poquito de paciencia y ya llegan las fotos del Caribe!!!