martes, 24 de mayo de 2011

Rumbo al Peloponeso. Táctica y estrategia II


Decidimos poner en práctica nuestra táctica (o estrategia) esta vez por escrito que el camino era largo y yo quería aprender estas artes. El plan erea llegar a Monemvasia -pasando de largo de la isla de Kithera... otra vez será- unas 85 millas en uno de los lugares famosos por el encañonamiento de los vientos. Aquí os dejo una imagen de las habituales (no del momento en que nosotros pasamos!) de la zona para que veaís lo que intento explicar


85 millas con nuestro conocido promedio de 5 millas nos daban unas 17 horas de trayecto; si queríamos llegar alrededor de las 8 de la mañana -de día!- teníamos que salir sobre de las 15h; como amanece alrededor de las 6'30 teníamos un poco de margen si acelerábamos y mucho margen si el ritmo era más lento ya que nosotros seguimos apostando por vela -a poder ser, sin motor- aunque nos movamos a 4 nuditos si las circunstancias lo permiten.

Con papel y boli hicimos un esquema de la ruta a seguir, con sus puntos intermedios, y del viento previsto en función de la hora a pasar por cada uno de ellos para ver cuál era la mejor estrategia.

En la salida se preveían vientos que nos obligarían a ceñir apoyados en el motor durante unas 4 horas, hasta despegarnos de la costa de Creta y a partir de ese momento el viento nos tenía que entrar entre 50/60º F4 con lo que esperábamos ir con ola ya formada y no muy cómoda, pero a vela!

Salimos puntuales a las 15h y con las velas arriba hubo que poner el motor un ratito


La previsión de F3 se iba cumpliendo y el viento entrando en 20º nos hacía poner el motor, aunque finalmente sólo durante dos horas. Si abríamos el ángulo -gran tentación- para ir en ceñida a vela después de las primeras horas habríamos seguido recibiendo el viento en 30/35º en lugar de los 50/60º previstos... así que decidimos "ser tácticos" y seguir no las ganas sino el plan!



La ola que había formada era bastante espantosa -alta y corta y entrando de ceñida- y yo me mareé un poco (bastante) cosa que no pasaba desde hacía meses... pero que aún me pasa de vez en cuando. En estos casos y si el capi me autoriza porque se puede apañar solo, me voy al salón y procuro dormir y dormir.

En cualquier caso y como era una travesía nocturna organizamos las guardias; habitualmente son de dos horas cada uno, pero como estaba pachucha Johan propuso empezar con tres (él) y una (yo) y me apunté sin pensarlo demasiado a la idea!

A las 22.00h me avisó, me equipé, salí y me puso en situación... y se fue a descansar un ratito. El lugar es de un tráfico MUY INTENSO ya que todos los mercantes que van camino de Pireos o Estambul, Mar Negro, etc. pasan por aquí en lugar de hacerlo por el canal de Corintio.

Esta es una imagen de días más tarde, pero que sirve para hacerse una idea de lo concurrido del lugar... como unos grandes almacenes el primer día de rebajas!



La fuerza del viento anunciada (F4) era en realidad F5/6 así que íbamos con dos rizos en la mayor para ir tranquilos. El ángulo previsto del viento (50/60º) era en realidad mejor (70/80º) así que nuestro promedio de 5Mn/h no se cumplía y llevábamos mucho rato por encima de los 6'5, adelantados sobre nuestras previsiones.

Yo me sentía fatal (no para morirme, no para no poder mirar el mar y el plotter... pero fatal) y no encontré mejor forma para concentrarme en algo distinto que el mareo y las ganas de vomitar que ponerme a cantar. En esos momentos no me sirven los 40Principales sino algo monótono -tipo mantra- y no se me ocurrió nada mejor que una canción infantil

¿os la sabéis?


Un elefante
se balanceaba
sobre la tela de una araña
como veía
que no se caía
fue a buscar otro elefante...

y así ir sumando elefantes uno tras otro

En la hora que Johan se tomó para descansar, mantuve el rumbo, controlé un par de mercantes en el AIS y llegué a 146 elefantes en la tela de la araña!

Dos horitas más de sueño -yo duermo siempre muy bien, hasta cuando estoy mareada- y volví arriba. La pantalla del AIS era una fiesta con decenas de mercantes que iban y venían en todas las direcciones.

Mi mareo estaba un poquito mejor y pude dejar descansando a los elefantes aunque los millones de estrellas del firmamento no conseguían conmoverme lo más mínimo (¡estaba mejor, pero no buena!). Johan me había pedido que lo avisara cuando tres mercantes que venían derechitos a nosotros desde tres ángulos distintos estuvieran a algo más de tres millas para controlar que nos ven, que nos respetan

De este modo mi guardia tampoco duró las dos horas de rigor, ya acostada podía casi oir la maquinaria mental de Johan: si arrumbo a estribor salvo A y B pero voy rumbo de colisión con C, si arrumbo a estribor... si voy algo más rápido, si quito velocidad... y finalmente pude oírle hablar por la radio con uno de ellos, que sí, que nos había visto, pero que hizo una maniobra a última hora que de no haber hablado directamente con ellos y estar seguros que sabían lo que hacían, nos habría matado del susto!


En mi siguiente y última guardia el viento que nos ha llevado en volandas alrededor de los 7 nudos, desapareció al quedar al abrigo del Peloponeso (de 30 nudos establecidos en el canal pasamos a 3!) Johan ya había recogido y abierto génova un par de veces, cuando subí a la bañera estaba abierta y me preguntó si podía recogerla yo sola si hiciera falta y poner el motor, le dije que sí, ¡claro!
el mareo ya era muy pequeñito y eran poco menos de las 4 de la mañana.

Recogí el génova y puse motor a 1500 rpm y en menos de 30 minutos, cuando salimos de la sombra de una montaña muy alta el viento volvió a aparecer: 8 nudos, 10 nudos, 14 nudos... ir a motor me parecía un pecado y despertar a Johan para que me ayudara a sacar la vela también ¿¿??
¿podría yo solita con el pedazo de génova? ¿sabría sacarlo dejando enrollado un rizo? ¿qué haría Johan ahora mismo?

Pues nada, allá que voy.

Los primeros metros sin problemas pero cuando el viento empezó a empujar la vela, aquello (los cabos) se me fue de las manos (literalmente) y corrí a fijar como pude en los winches, a tensar y ¡voilà! la vela estaba en su sitio, apagué el motor y volvíamos a navegar a 6'5 Mn/h
¿estaré aprendiendo cosas?

Johan se despertó -casi nunca tengo que avisarlo- y se sorprendió de ver la vela y no oír el motor, sonrió... yo creo que contento!

Ya me quedé con el porque nuestro objetivo estaba a la vista y en pocos minutos tocaba preparar el amarre en un puerto nuevo que segun el radar no coincidía exactamente con las cartas (también están haciendo obras y mejoras) y ¡otra vez de noche!

Había espacio sin problema para abarloar fácilmente al muelle en una maniobra sin problemas. Antes de las 06.00h estamos amarrados, con el barco recogido... y listos para ir a la cama!




ejem, ejem... sin comemtarios al respecto de las tácticas y las estrategias: habíamos conseguido hacer en poco más de 14 horas la travesía, casi en su totalidad a vela, habíamos aprovechado bien el viento, tan bien que lo único que no conseguimos fue lo que buscábamos: llegar de día

... ahora a descansar... buenas noches!


lunes, 23 de mayo de 2011

Creta: Chania. Táctica y estrategia I

Salimos de Rethimo con una previsión de viento bastante regularcilla.

¿rumbo?

Nos habían comentado que Chania no era un puerto perfecto para fuertes vientos del norte y que los amarres estaban justo frente a los bares de música por lo que dormir no siempre resulta fácil, pero que era una ciudad preciosa; la otra opción era Souda, puerto superseguro, protegido para cualquier tipo de viento, bien comunicado con Chania (hay buses cada 15 minutos)... y base de la OTAN en plena ebullición por la situación complicada que se ha desatado en Libia.

Durante nuestra última navegación habíamos oído en el canal 16 avisos que nos invitaban a informar de cualquier moviento extraño a los barcos de la OTAN que hay por la zona (no hemos visto ninguno) y habíamos oído y visto sobrevolar el cielo a cazas de guerra pero nada preocupante ni que llamara excesivamente la atención.

Sin embargo, valoramos: el viento que nos acompañará al salir irá decayendo -no es determinante para elegir la ruta- y preferimos la música disco a la "música" de los reactores, así que pusimos rumbo a Chania.

La línea que dibuja la costa cretense es cuanto menos caprichosa, salpicada de unos cuántos digamos apédices y con los puertos situados al abrigo de estos, de modo que para ir de un puerto a otro es habitual tener que navegar rumbo de componente norte para acto seguido poner rumbo de componente sur, esto no es fácil para un velero cuando los vientos son de norte o de sur (que siempre lo son).

Para llegar hasta Chania desde Rethimo nos pasaba esto: teníamos que empezar con un rumbo noroeste y después bajar al sur... o sea, la mitad del camino en contra del viento!

Al salir tenemos un viento tímido que nos entraba por 15/20º y sabíamos que desaparecería en un máximo de tres o cuatro horas.

Como nos gusta más navegar a vela que a motor y en nuestra ruta de las últimas semanas no nos había quedado otro remedio que recurrir más al motor que a la vela, nada más salir del puerto nos miramos, sonreímos, y decidimos ir ganando norte haciendo bordos (hacer bordos significa para quien no domine esto del lenguaje náutico ir navegando en zigzag para conseguir un buen ángulo de viento ya que no se puede ir a vela con el viento en contra, se necesita un ángulo de un mínimo de 30/35º, de este modo se avanza efectivamente más despacio... pero se adelanta a vela)




A 4 nuditos (velocidad efectiva bastante menos, recordad que no avanzábamos en línea recta) fuimos remontando millas durante casi cuatro horas hasta que alcanzamos el punto más norte de nuestra ruta... y el viento desapareció por completo y no nos quedó otra que recurrir de nuevo al chucuchú del motor



Y en estas que el capi me dice
-he fallado en la estrategia!
y yo me lo miré desorientada sin saber muy bien si estaba pensando en los soldaditos del estratego o en el poema de Benedetti

Con su habitual paciencia me contó que no se trataba ni de amor ni de guerra, se trataba de vela: analizando nuestro viaje se podía ver que con las mismas horas de motor podíamos haber llegado en la 1/2 de tiempo

¿?

ante mi cara de asombro me dijo que necesitaba papel y boli y cenando me dibujó algo aproximado a lo que os paso



Sabíamos que el viento era de componente norte y que iba a durar unas 4 horas; si al salir hubiéramos ido a vela el primer tramo habríamos ido dos horas a motor (apoyados con la vela) y habríamos alcanzado el punto norte y navegado a vela hacia el sur (primero con el viento de través y después de popa) las dos horas siguientes (todavía con viento)

Pero al ir primero a vela (contra el viento, haciendo bordos, con una velocidad efectiva muy baja) tardamos 4 horas y después tuvimos que hacer dos a motor porque el viento ya se había ido.

Con nuestra táctica navegamos 4 horas a vela y 2 a motor; con una buena estrategia, con dos horas de motor y dos de vela habríamos llegado 2 horas más temprano!

Resulta, por otro lado, que esto de planificar la ruta en función del parte meteorológico es algo que "hacemos" habitualmente pero en lo que parece que yo no había caído hasta ahora... sin comentarios!


Todas estas cavilaciones quedaron a un lado cuando se presentó ante nosotros el precioso faro de Chania!


Vimos que había muertos para amarrar (milagro!) y que no había problemas de espacio, pero también pudimos comprobar que sin la ayuda de alguien iba a ser difícil ya que el muelle era muy alto y resultaba imposible que yo saltara a tierra para fijar las amarras de popa.

Echamos el ancla (sí, sí, que había muertos pero ya no nos fiamos de nada y si podemos queremos estar superseguros; además el agua era tan cristalina que no costaba nada ver el bloque de hormigón que hace las veces de muerto y apuntar bien para no tener problemas y sumar: muerto+ancla y que vengan los vientos a por el Alea).



Al acercarnos al muelle puse la mejor de mis sonrisas y empecé a gritar a cualquiera que pasara por la calle "can you help me, please?" y el único que se paró fue un chavalín de unos 12 años que no lo hizo mal del todo aunque después una turista española (gracias!) nos ayudó con el segundo cabo y en un plis plas estábamos amarrados!.

Al día siguiente llegó un barco con una pareja de suizos y fuimos nosotros los que ayudamos en la maniobra... ahí os dejo una fotico con la altura de la pared, impresindible tener una pasarela para llegar a tierra!



¿y Chania?

Pues Chania es en nuestra opinión la ciudad más bonita de Creta con diferencia. Ella sola se merece el paseo por la isla.



Es un lugar lleno de vida -no sólo turistas también estudiantes, habitantes, enamorados de la ciudad- con un centro antiguo que invita a pasear sin prisas, con rincones que recuerdan su pasado bajo el dominio turco.



Con callejuelas empinadas, escaleras tras las que se esconde una tiendita o una casa que alquila habitaciones o un barcito con flores y velas en las mesas



con sitios que te hacen olvidar que a unos metros el mar está rodeado de cientos de bares, restaurantes, tabernas.




Pasamos tres o cuatro días en Chania que podían haber sido trece o catorce pero el cruce hacia el Peloponeso tiene fama de hueso duro de roer y cuando se presentó una buena ventana de tiempo no nos pudimos resistir... teníamos por delante unas 17 horas de travesía y si queríamos llegar de día tocaba poner en práctica nuestras tácticas y estrategias.


Pero esto es tema para otro capítulo

domingo, 22 de mayo de 2011

Creta: Rethimo.


En nuestro primer verano en Grecia coincidimos con un velero de alquiler en el que viajaban 8 jóvenes griegos; uno de ellos -el que capitaneaba el barco- era un experto conocedor de las aguas del Egeo y charlando con él sobre lugares a visitar nos comentó que NO nos recomendaba Creta.

Nosotros, cabezones, y a pesar de que el viento nos invitaba día tras día a buscar otra ruta, decidimos llegar hasta aquí... para acabar dándole la razón a nuestro amigo.

Creta es una isla bonita, pero tal vez no ideal para visitarla en velero.

Desde luego la cuestión es más que opinable; en la marina de Agios Nikolaos encontramos muchos veleros que han hecho de Creta su puerto base para moverse por Grecia, incluso uno de ellos había redactado una guía extensa sobre fondeos y lugares de interés (parece que el autor de la Pilot de Imray que manejamos la mayoría tampoco es un entusiasta de Creta a la que dedica bien poco espacio) y que se puede adquirir (creo que gratuitamente) en la marina.

La isla tiene escasos puertos (Sitia, Ag. Nikolaos, Iraklion, Rethimo, Souda, Channia) y distan entre sí un buen número de millas -nosotros estamos acostumbrados a navegaciones más cortas- de modo que si no hay espacio en uno, llegar al siguiente te supone un buen rato más; claro, que seguro que hay quien opina que esa es la mejor forma de navegar: muchas millas por la proa!

Desde nuestro punto de vista es una buena isla para visitar llegando a ella por avión y alquilando un coche ya que tiene muchos lugares de interés, que vale la pena visitar peeeero..........

En fin, que cuando alquilamos el coche y recalamos en Iraklion la ciudad no nos entusiasmó demasiado (aunque el museo arqueológico es precioso y él solo ya merece la visita) y el puerto estaba más que completo, así que al planear la ruta a seguir cuando dejamos Agios Nikolaos, decidimos poner rumbo directo a Rethimo.




Nos separaban de nuestro destino 80 millas así que para no llegar tardísimo (nuestra media habitual es de 5 Mn/h) teníamos que madrugar.

A las 5'30, todavía de noche y con una marina en completo silencio, soltamos amarras. Cuando solté la última pude ver como al final del cabo había un nudo (un ocho para ser más exactos) que no sabemos como llegó ahí (¿fantasmas? ¿duendes?) pero que era evidente que no iba a pasar por el ojo del anillo en el que estábamos amarrados... así que le grité a Johan ¡para el motor! y clonk... frenazo.

Menos mal que no había chispita de viento, que las defensas aún estaban puestas, que el velero vecino no tenía gente a bordo pero sí la pasarela puesta porque estaban trabajando en él... total que en dos minutos yo había saltado a tierra, deshecho el entuerto y nuevamente estábamos embocando la salida.

El mar nos recibió escasito de viento y la travesía fue durante todo el día un juego de subir y bajar la vela, poner y quitar el motor pero fue uno de esos días perfectos para seguir adelante con mis clases de vela, que sigo en ello, sin prisa pero sin pausa



A las 12 pasábamos a babor de la isla de Dia donde nos habían indicado que hay un buen fondeo -plan B si quieres ir a Iraklion y no hay plaza- pero nosotros seguimos hasta llegar a Rethimo a eso de las 19,30 (el promedio esta vez fue de 5'7... ¡nada mal!) ya de noche y para variar con el viento más fuerte de toda la jornada.


Encontramos sin problema espacio abarloados al muelle y un pescador nos ayudó con la maniobra así que podíamos concluir que el día había sido perfecto


Amarrados en 35º22'1N 024º28'9E con un calado de 5'5m; hay agua y luz en el muelle y no vinieron a cobrarnos nada en los 5 días que nos quedamos.

Como premio nos fuimos a descubrir la ciudad para celebrarlo, como es habitual, comiendo un gyros (el gyros consite en un bocadillo en pan de pita acompañado de la carne que cocinan al estilo turco -aunque aquí la comparación no está bien vista- que vemos en los puestos de kebbab; puedes comer un gyros por 2 euros sin problema!)


Rethimo es por encima de cualquier otra cosa, una ciudad universitaria: hay muchísima gente joven paseando por las calles, bares, tabernitas, más bares, peluquerías con precios "jóvenes", tiendas de ropa joven... ¡un gustazo!


Tal vez no sea la ciudad más bonita del mundo pero tiene rincones encantadores, una muralla que la preside, un pequeño puerto pesquero (sin demasiado calado y en el que no se adminten veleros de recreo) que a nosotros nos la hicieron muy atractiva!






Aunque queríamos estar unos dos días el viento decidió por nosotros y nos dejó durante casi una semana amarrados a puerto;




ahí nos encontramos con dos o tres barcos con gente que había pasado el invierno en Rethimo y que como nosotros tienen en mente cruzar el charco este invierno (no vamos a caber todos!!!!!!!!!!)



Y como tuvimos tiempo de pasear nos encontramos con esta imagen que para nosotros empieza a ser habitual pero que aun nos arranca una buena sonrisa: en Grecia -no sé en Atenas, pero sí en las islas- no es extraño encontrar un comercio de electrodomésiticos, en este caso, con un aparador tan pequeño o inexistente que le lleva a exponer el producto en plena acera; cuando llega la hora del cierre de medio día, lejos de recoger todo el material para volver a sacarlo tres horas más tarde, lo dejan todo tal cuál (incluidas pequeñas cosas que sería terriblemente fácil coger sin más).

Nos han explicado que la gente no roba nada... ¿por qué iban a hacerlo?



¡NOS GUSTA GRECIA Y NOS GUSTAN SUS GENTES!



martes, 10 de mayo de 2011

Creta: Agios Nikolaos y Knossos



Después de solucionar el problemilla del ancla enganchada, pusimos rumbo a Agios Nikolaos que es bien conocida en la zona como la marina que eligen quienes deciden pasar el invierno en Creta a bordo de sus veleros; por esta razón es recomendable solicitar plaza con suficiente antelación; se llena cada año según nos contaron los amigos que reencontramos allí.

La navegación fue tranquila; unas 24 millas con mar plana y un viento que nos permitía ir a vela... hasta que el viento paró por completo; un ratito a motor para volver a subir la vela cuando el viento regresó, y lo hizo con ganas; justo al llegar a la marina habíamos tomado rizos porque la cosa iba en aumento; probablemente la altura de las montañas que nos rodeaban tuvieran mucho que ver.



Intentamos conectar con la marina a través del canal 72 como nos indicaba la guía pero no había nadie al otro lado; finalemente a través del canal 16 conectamos con la guardia costera que nos indica cómo contactar con la marina y con un vendabal importante entramos por la bocana.

Primero nos asignaron una plaza en la que no cabíamos demasiado bien y pronto nos cambiaron por otra mayor, en un ratito de nada y ayudados por dos personas de la marina (menudo lujo!) estábamos perfectamente amarrados; justo a nuestra popa ¡dos barcos españoles! lamentablemente uno estaba sin los propietarios a bordo y con los otros coincidimos a penas un ratito porque volaban hacia España...

Aun así nos encontramos con por lo menos 8 barcos con los que habíamos coincidido en alguna otra ocasión.

La marina nos costó 20 euros diarios y tenía un estupendo servicio de duchas y baños, lavadora (uso por 3 euros) y secadora (otros 3 euritos) además -y como no podía ser de otro modo habiendo muchos ingleses hivernando- se organizaban semanalmente numerosas actividades, especialmente caminatas ya que la isla es ideal para ello, pero también barbacoas, horas del té, intercambio de libros, de películas... un buen lugar para pasar el invierno aunque según nos comentaron con determinados vientos el swell (la ola que se forma dentro del puerto) puede ser muy desagradable (o sea, como en Rodas!)


El pueblo de Agios Nikolaos tiene algún rincón entrañable y bonito como el pequeño puerto de pesca que forma un lago tranquilo (no puede accederse con el velero: hay un puente que veta el acceso y no hay calado suficiente) pero la ciudad vivía ese ritmo tranquilo de quien espera el verano.



En cualquier caso es un buen punto para alquilar un coche y dedicarse a recorrer el interior de esta isla y así lo hicimos

El primer día de los dos que dedicamos a conducir lo pasamos en las montañas del interior, salpicadas de pequeños pueblos que dan al paisaje un aire bucólico precioso (aunque los pueblecitos no tengan nada especial cuando los visitas), siempre apuntando hacia la cima.



Hicimos una escala en un pequeño monasterio que definitivamente no está acostumbrado a que los turistas hagan una visita. Una monja, viejita, algo encongida, nos preguntó -en griego y con un manifiesto asombro- qué buscábamos; con señas conseguimos hacerle entender que sólo visitar el lugar; suspiró, nos abrió la puerta de la Iglesia... ¡y se transformó en la más eficiente guía turista que jamás hayamos conocido! Nos enseñó cada estancia, nos hizo meter las narices hasta en los sitios claramente privados, nos comentó hasta el último cuadro, nos enumeró a cada uno de los apóstoles... sí, todo en griego, no entendimos nada pero nos transmitió mucho y se ganó un sitio en nuestra nómina de personajes entrañables!


Y por fin, la nieve empezó a ser la protagonista del paseo



Y sacó ese niño que aun llevamos dentro (los tres)


Y aunque la temperatura no era nada fría parecía que nos habíamos trasladado a la Navidad otra vez


De nuevo a nivel del mar pasamos un rato paseando por las ruinas de un poblado en Gurnia, que data del 1500 a.C. (3 € la entrada y cierran a las 15h), lo cierto es que se conservan lo que entendimos deben ser los cimientos sobre los que se levantó una gran ciudad. Iniciamos una interesante discusión sobre si era preferible hacer pequeñas "reconstrucciones" para transmitir mejor idea de cómo era en realidad el lugar o dejar las cosas tal y como se habían excavado...



Y para acabar el día fuimos a visitar el Egeo visto desde la costa sur de Creta, en la ciudad de Ierápetra, que a pesar de tener una pequeña fortificación no nos atrajo demasiado, aunque fuimos capaces de arrancarle una bonita foto!




Decidimos ir a conocer Iraklion y desde ahí las ruinas de Knossos también con el coche puesto que el puerto de la capital de la isla no siempre tiene plaza disponible, se avecinaban unos días de mucho viento y las distancias hasta la siguiente marina segura eran demasiado largas para hacerlas cómodamente en un día... y Pilar nos dejaba ya y tenía que asegurarse de poder tomar el avión (aunque la verdad nos pareció que seguro prefería perderlo).

Y así llegamos con todas las ganas del mundo a perdernos por un rato en el mundo de Tesseo y Ariadna


Cuenta la leyenda que Pasifae, esposa del rey de Creta, Minos, enfadó a Poseidón que la castigó a tener un hijo deforme -mitad hombre, mitad toro- el Minotauro.
Para ocultar al monstruo, Minos hizo construir un enorme laberinto en el que lo alojó.
El Minotauro necesitaba que se sacrificará un joven cada mes, de cuya carne vivía.
Años más tarde, los atenienses asesinaron a otro hijo de Minos que inmediatamente declaró la guerra a Atenas que en aquel momento no era una gran ciudad y no podía opener resistencia



En un intento de pactar, los atenienses consiguieron que se cancelara el ataque a cambio de entregar 7 jóvenes y 7 doncellas para ser sacrificados al Minotauro, entre ellos Tesseo, el hijo de Egeo, el rey de Atenas.

Sin otra opción los jóvenes fueron enviados en un barco con las velas negras en señal de duelo; si conseguían salvarse matando al Minotauro, regresarían a Atenas con las velas blancas izadas.



En Creta, Ariadna, hija de Minos, se enamoró de Tesseo y decidió ayudarlo entregándole un puñal mágico y un ovillo con el que podría señalar el camino y huir del laberinto si conseguía su objetivo de matar al monstruo.

Tesseo solicitó ser el primero en entrar y con la ayuda de Ariadna, acabó con el Minotauro y logró salir del laberinto.







Los jóvenes atenienses, acompañados de Ariadna y su hermana Fedra, partieron hacia Atenas y tras un viaje accidentado recalando en Nassos para huir de una tormenta; al ir a partir fue imposible dar con Ariadna que se había perdido en la isla. Tesseo, llevado por el dolor de haber perdido a su amada, olvidó arriar las velas negras y cuando Egeo vio regresar el velero entendió que su hijo había fallecido y se lanzó al mar que ahora lleva su nombre.

Tesseo fue recibido como un héroe y proclamado rey de Atenas

La edificación más emblemática de Cnosos era el palacio, con sus 17.000 metros cuadrados y más de 1500 estancias, fue el principal palacio de esta civilización que alcanza su punto culminante en el 1.600 a.C.


el lugar fue descubierto en el año 1900 por Sir Arthur Evans que -parece que hubiera oído nuestra discusión del día anterior- se dedicó a reconstruir buena parte de sus hallazgos para dar mejor idea de cómo debieron ser en su época (nosotros seguimos albergando dudas sobre cual es la mejor solución)

En cualquier caso fue maravillosos poder trasladarnos a otra época, increíble asumir que estuviéramos hablando de más de 3500 años de antigüedad






La tienda de las instalaciones estaba cerrada (¿inventario?); la villa de Ariadna no se podía visitar (falta de personal); en Iraklio el museo estaba cerrado por obras y sólo podía visitarse una pequeña exposición temporal (que en cualquier caso nos pareció ESTUPENDA)...

This is Greece, para lo bueno y para lo malo!

Y para acabar nuestra estancia en esta zona de la isla, nos perdimos para tomar un ouzo en un pequeño pueblito perdido... en el que según la torre de la iglesia, parece que puedes elegir la hora en la que quieres vivir





domingo, 8 de mayo de 2011

rumbo a Creta. Sitia

Y ¡por fin! Creta frente a nosotros!

Por delante unas 45 millas (o sea, que no hacía falta madrugar para llegar de día) así que planeamos salir a las 09.00h, que para nosotros no está mal.

La previsión de tiempo era regularcilla y según lo que habíamos ido viendo en los últimos tramos navegados... no muy fiable; no quedaba claro que pudiéramos ir todo el camino a vela pero sí una parte, cruzamos los dedos, soltamos amarras y partimos.

El día, soleado y agradable para navegar. El viento flojito pero la mar estaba plana así que probamos con las velas; a veces teníamos que apoyarnos en el motor pero a media mañana se estableció un viento perfecto para volver a disfrutar de un día de vela, así que cada uno nos dedicamos a lo nuestro con... sí, con sumo placer




El Alea a deslizarse sobre el gran azul



Pilar a manejar la rueda... que le gusta, le gusta



Johan a sentir el viento en la cara sin dejar de controlar la situación...


y yo a pasar páginas de mi libro...
que es que no hay nada que me guste más que leer mientras navegamos.



Nos cruzamos con un velero suizo (ya empezaban a verse otros veleros navegando) y decidimos que había salido de Sitia a donde nosotros nos dirigíamos y que por lo tanto nos habían dejado un sitio perfecto en el muelle; por ahí no había que preocuparse.

Al pasar sobre el primero de los cabos de Creta el viento giró en redondo; con los días veríamos que para navegar en Creta es muy importante tener en cuenta el efecto que provocan las altas montañas sobre el viento; en otros lugares la orografría es más regular, pero en Creta hay elevaciones muy importantes que hacen que el viento se comporte de forma especial: puedes tener calma total al abrigo de un buen pico y un viento impresionante al pasar frente al valle que forman dos montañas: nuevos lugares, nuevas experiencias. Nos gusta aprender.

Y tras unas 7'30 h. de camino la meta estaba a la vista.

Sabíamos por las guías y por amigos que ya habían navegado estas aguas, que el puerto era bastante aceptable y como no dudábamos de tener un huequito, íbamos tranquilos.


Pero al llegar, mucho sitio no había, apenas un huequito junto a la Guardia Costera; nos acercamos para preguntarle a las autoridades si nos daban permiso para ser sus vecinos y con su visto bueno tiramos el ancla. Johan puso mucho cuidado -los barcos que había a nuestro alrededor estaban sujetos por muertos- para no pillar ninguna cadena, dejó caer el ancla muy lejos -que no nos importa nada largar metros de cadena- y con la ayuda de unos pescadores en un momento estábamos amarrados al muelle ( 35º12'4N 026º06'6E, calado 5,5m)




Sitia es una ciudad de una medida medianita, lo primero que hicimos fue dirigirnos a la Guardia Costera (a las oficinas, dando toooooda la vuelta a la bahía, un poco escondida, un tanto inaccesible) que como siempre en los últimos puertos miraron con lupa los papeles y los pasaportes y nos sellaron el cuadernillo y ¡a pasear!



Ya en la primera aproximación nos llamó la atención una bonita taberna (sin mucha clientela) que estaba recomendada por cuanta guía uno se pueda imaginar y que se llamaba Zorbas.

Así que decidimos sucumbir a la tentación y nos fuimos a cenar. Al llegar no podíamos creer que el Sr. Zorbas -cómo si de la imagen de una película se tratara- estaba solito en la sala, recostado en una silla de enea, con los pies apoyados en otra silla... ¡roncando!

No sabíamos si molestarlo despertándolo o si dejarlo sin el poquito negocio que se vislumbraba para esa noche de marzo de un día laborable. Decidimos quedarnos. Tosimos flojito para llamar su atención... después tosimos un poquito más fuerte... y Zorbas despertó envuelto en mil disculpas.

Cuando se sale a cenar fuera sólo de vez en cuando la cena está mucho pero que mucho más rica: una ración de cordero a la parrilla, otra de cordero al horno, unas verduritas, una buena dosis de retsina y buena compañía.

¡sí! somos unos seres afortunados, no lo vamos a discutir!



Al día siguiente, con una previsión de viento nuevamente aceptable, nos levantamos para poner rumbo a Ag. Nikolaos. Como siempre la maniobra de levantar el ancla. Yo en el pozo de la cadena (en el camarote de proa ya que no hay acceso desde el exterior), Pilar indicando la situación de la cadena y Johan a la rueda.


Cuando quedaban unos metros para recoger
¡nnnnnnnnn! la cosa no sube

Por más esfuerzos, cálculos y especulaciones, aunque habíamos largado más de 50 m de cadena y dejado caer el ancla casi en la mitad del puerto, habíamos pescado algo

Subí a ver qué era y qué pasaba. No habíamos cogido una cadena (eso es más o menos fácil) sino una señora ancla de esas grandotas de toda la vida, que algún pescador habría soltado para hacer de muerto de su barquita...

Lo bueno: el molinete había podido con nuestra cadena (10mm) nuestro ancla (33kg) y la bestia que traíamos de regalo.

Lo malo: no parecía sencillo deshacerse del "monstruo"

Para Pilar era su primera vez (para nosotros la ni nos acordamos) de modo que estábamos "contestos" de poder enseñarle algo nuevo (ejem, ejem) y Johan con un cabito (nos hemos comprado una pieza inventada expresamente para estas situaciones, en cuanto la estrenemos -que la estrenaremos- os contamos qué tal funciona) y yo a la rueda, después de no pocos esfuerzos conseguimos liberarnos y POR FIN empezar la jornada de navegación.

Vamos, que esto de navegar, a veces, te sube la adrenalina!

Próximo puerto Agios Nikolaos