jueves, 27 de mayo de 2010

Leros


Creo que hace días que voy posponiendo redactar este post porque... porque Leros no nos ha gustado demasiado y no me apetece escribir sobre nuestro paso por ella.

Pero justo es que os cuente lo bueno y lo menos bueno, así que aquí estoy!

Leros es muy famosa entre los que navegan por el Mediterráneo porque la mayoría de ellos lo hacen de abril a octubre y dejan el barco "hivernando" en alguna marina seca; pues bien, un gran porcentaje de ellos -casi todos los que eligen para el invierno la zona este del Egeo-dejan el barco en Leros.

Hay dos marinas: la de toda la vida (Lakki-marina) y una nueva (Lerosmarina)

Ambas tienen marina seca y amarres en el agua. La marina seca de Lakki está alejada de la ciudad, en el norte de la isla y es con diferencia la más concurrida aunque parece que la nueva está entrando con fuerza!

Nosotros después de meses -de muchos meses- habíamos decidido pasar una noche en una marina (necesitábamos electricidad para hacer unos bricos y yo aprovecharía para hacer la colada) y optamos por Lerosmarina que parecía más protegida.

Después de un viaje de esos que nos regalamos de vez en cuanto (distancia corta+mucho tiempo disponible= navegación a vela a unos 3 nuditos) llegamos a Leros.

Llamamos por la VHF -como es nueva no aparece en nuestro Pilot y usamos el canal 16- pero nadie responde; tenemos que echar mano del móvil para que nos atiendan y nos digan amablemente que habrá alguien esperándonos para ayudarnos a amarrar (eso es algo que no me ha pasado nunca... ¡qué emoción!)

Johan me explica que en Turquía es normal que te vengan a recibir con una zodiac, te ayuden en la maniobra, se hagan cargo de los cabos... aquí hay dos tipos en el pantalán que nos señalan nuestra plaza; al acercarnos nos cogen los dos cabos que les paso por popa y ¿? amarran muy corto el que no coge viento y laaargo el del lado del viento. Nos vamos de lado (normal) y Johan echa mano del motor para ponernos nuevamente rectos; a todo esto el amable "ayudante" saca el muerto del agua y lo tensa con ganas y -of corse- lo pillamos con la hélice. Él nos dice "vaya, tenéis un problema" y se las pira!!! Johan se dió un "agradable" chapuzón y asunto arreglado.

La marina seca está justo junto a los pantalanes y había muchos propietarios trabajando en sus barcos... el sonido de la radial nos provocaba dentera... y al Alea alguna que otra chispa de futuro óxido en la cubierta (o un rato de trabajo para subsanar el entuerto, grrr).

Casi no puedo lavar la ropa, el wifi era lento, para ir al pueblo había que andar casi media hora... y nos cobraron 34 euros.

Al pagar la cuenta nos preguntaron si nos había gustado la marina... dijimos que no y nos fuimos corriendo a fondear frente al pueblo ¡cómo a nosotros nos gusta!

Al día siguiente nos dirigimos a la bahía que hay en el norte, frente a la otra marina seca, y nos dedicamos a pasear, viendo barcos -menudo vicio- y descubriendo curiosidades.




como esta hélice que parece montada sobre una pieza que puede girar (y que no es la pala del timón).



o este motor eléctico, tipo sail-drive que puede girar 360º


o el mástil en forma de A , sin botavara, que usa un enrollador de génova también para la mayor, que ya habíamos visto antes y que es un sistema que nos gusta bastante




y claro, también conocimos a gente, una pareja de holandeses, ya mayorcitos, que se habían hecho construir un barco en Turquía y tenían montones de problemas. Cenamos juntos en el Alea y nos echamos unas risas de esas que reconfortan por los ratos menos buenos.


Y ya reconciliados con el mundo disfrutamos de la puesta de sol, del amanecer, de la brisa en el fondeo




Y nos regalamos una buena comidita ya en la bañera... que el sol aprieta y ya parece que llegó el verano!



En la carta ya tenemos dibujada la ruta de los próximos días... unas islas pequeñuelas de las que nos han hablado muy bien; por fin volvemos a esos rinconcitos que son los que nos gustan, así que ¡no os perdáis la próxima entrega!!


viernes, 21 de mayo de 2010

¡Al abordaje!!!

Hoy salto la continuación de nuestro cuaderno de bitácora para hablar de ese modo de conseguir estar seguro en el puerto... cuando llegas y ves que no hay sitio para el velero y tienes que pedir a un amable colega si te permite abarloarte a su barco (y claro, si te permite pasar por su barco para llegar a tierra firme).

Así estuvimos en Tabarka (Túnez), nuestro primer puerto -si no contamos nuestro paso por Argelia- en el que estuvimos un mes... hace ya mucho mucho tiempo!





Pues bien, ahora, en mayo, todo lo que os he ido explicando durante semanas de que estábamos sólos y que todos los puertos eran para nosotros, todo eso ya es historia

Los primeros charter invaden literalmente los puertos; resulta simpático ver cómo cada país debe tener establecida una semana diferente de vacaciones primaverales y así hemos tenido la semana de los rusos, la de los rumanos, la de los alemanes y la de los noruegos!

Y tanta afluencia hay que como un día la previsión de tiempo sea mala, todos nos resguardamos en puerto... y no cabemos

Pero es que en la última semana hemos visto cosas que son para no creérselas

Estábamos en un muro exterior de un puerto de pescadores en el que hay espacio para dos barcos (un francés delante y el Alea al final del muro), el mejor sitio de la ciudad para pasar la noche ya que el muelle del puerto es incómodo con viento del sur y la marina está ocupada por pescadores.

Llega un barco (chárter patronado por noruegos) y con los ojos como platos vemos como se acercan bastante rápido al francés, tres de ellos saltan (asaltan?) al barco amarrado (con zapatos, pisándolo todo) y empiezan a tender cabos de aquí y de allá. Al cabo de unos minutos sale el propietario -estaba haciendo la siesta- y ve la que tiene montada a bordo. Los noruegos saludan sin más y siguen a la suya. Para rematarla, cuando están bien abarloados ven que el francés tiene una manguera llenando su depósito, dicen "hay agua!" cogen la manguera y se ponen a limpiar su cubierta ¿¿¿¿¿¿????????? al cabo de un rato se acaba el agua y empiezan a desmontar la manguera (del francés)... el francés les dice que no es la manguera, que es el crédito de agua que se ha acabado (vaya, que el agua la había pagado él); dicen que bien y le devuelven la manguera.

El francés viene a saludar -y supongo que a descargar un poco su incredulidad- y le digo que vigile la nevera que igual van a buscarse una cervecita y nos dice con media sonrisa que él tiene más miedo que se le lleven a su mujer.................



Dos días más tarde estamos en otro puerto lleno a reventar y los barcos empiezan a abarloarse unos a otros. Después de comer se acercan unos ingleses y nos preguntan si nos importa que se amarren a nosotros por unas horas. Ayudamos en la maniobra -preguntan cómo preferimos, Johan les dice cómo- y todos contentos!

A la mañana siguiente, mientras desayunamos ya preparados para salir, oímos un estrépito en la cubierta y salimos disparados a mirar. Unos franceses se están abarloando a nosotros por el sistema pirata: sin preguntar, sin defensas (ggrrrrr), saltando a bordo
Corremos a poner defensas y les decimos que no son formas a lo que ellos contestan que no hay problema (fijo que para ellos no) que nos están rayando el barco (no problem), que nos vamos en un rato (que se esperan abarloados)

Total, que mientras intentaban que los barco no se tocaran (con pies y manos, nada de defensas o bicheros) nos han arrancado un candelero, cuando lo ven dicen -of course- que no hay problema

Acabamos el desayuno y salimos por patas de ahí!



Hoy hemos navegado algo cuatro horitas, intentando escapar de una tormenta. Llegamos a puerto y no hay sitio!, vemos a un velero austríaco y pedimos permiso para abarloarnos. El patrón nos dice que desde luego y nos ayuda en la maniobra
hoy somos nosotros los abarloados,
pero hemos elegido el método civilizado!

jueves, 13 de mayo de 2010

Kalymnos

Después de disfrutar de un desayuno con el arcoiris en el cielo, más o menos tempranito, ponemos rumbo a Kalymnos para hacer nuestra entrada en el Dodecaneso y decir adiós -aunque sólo por unos días- a las Cicladas.

Las islas más famosas del Dodecaneso son Rodas y Kos; nosotros empezamos un poquito más al norte por lo tanto "perdiéndonos" lo mejor. Tal vez en otoño, después de visitar Estambul, cuando pongamos rumbo al sur para buscar un lugar cálido en el que pasar el invierno (estamos barajando la idea de ir a Jordania!!) podamos conocerlas, pero de momento vamos a hacer un círculo camino de las Espóradas y esta es nuestra mejor ruta... así que ¡hacia Kalymnos!

Desde que empezamos a navegar a finales de enero, no hemos tenido ni un sólo día de lluvia... pero algún día tenía que llover ¿no?

Afortunadamente el viento sopla alejando la tormenta de nuestra ruta; ponemos proa al nubarrón y Johan calcula -y calcula bien!- que nos pasará sin problemas así que ni siquiera nos mojamos más allá de cuatro gotas, lo justo para buscar el traje de agua y vestir de verdaderos marineros por un ratito.




Y con ese cielo tan especial y tan bonito que deja atrás la tormenta nos aproximamos a Kalymnos

Algo menos de 30 millás, todas a vela, con un buen viento entrando por la aleta hacen que la travesía sea perfecta, pese a las cuatro gotas, no como la de un barco holandés con el que nos cruzamos y charlamos un rato a través de la radio y que tienen que ceñir un largo camino...




Y al fondo adivinamos las casitas que ya no son blancas y azules!



Cuando entramos en la zona del puerto... nada cuadra con el dibujito de nuestra guía; supuestamente hay una nueva marina que en realidad no existe aunque sí hay nuevos amarres para yates-que sólo veremos más tarde al pasear a pie- en un lugar que según la Pilot es para pescadores; total que vemos dos veleros abarloados a un muelle y para allá que nos vamos

Defensas preparadas, amarres por todos los lados -que nunca se sabe si acabarás del derecho o del revés y yo me pongo de los nervios si no tengo todos los cabitos preparados!- y apuntamos a un huequito

¿cabe ahí el Alea?

El que será nuestro nuevo vecino -con un barco con bandera sueca- nos dice que es OK; le decimos que medimos 44 pies y el mide (dando pasos que nos parecen un poco chiquitajos) y dice que hay 15 metros de espacio (nosotros hacemos 13.40). Entramos de proa porque él nos ayuda con los amarres pero nos entendemos regular (queremos que fije el cabo pero nos lo devuelve, el utiliza otro bolardo del que nosotros queríamos) y vamos haciendo como podemos.

Al acabar la maniobra vemos que nos han sobrado unos 25 cm delante y otros tantos detrás, no hemos amarrado el barco, lo hemos empotrado!!!

echamos un poquito atrás la motora que hay a nuestra popa, el sueco adelanta unos centímetros y listos para tomar la cervecita con cacahuetes que nos hemos ganado, aunque a mí me apetece más una tila.


la foto está tomada al día siguiente, con nuevos vecinos y un poquito más de espacio!



Las vistas son muy distintas a las que estamos acostumbrados en las últimas semanas: estamos amarrados junto a una carretera por donde circulan motos y más motos, coches, autobuses... el ruido nos deja un poco atontados, pero es lo que tiene ir descubriendo nuevos lugares, que no todo puede ser vivir con el sonido de las cabras de fondo.




Mientras estamos comiendo en el salón podemos ver la gente paseando por la calle y mirando los veleros con curiosidad; un grupillo se para frente al Alea y golpea suavecito el casco, posiblemente estén discutiendo si es de acero, de aluminio, de poliéster...

Johan saca la cabeza y saluda, los pobres se quedan un poco descolocados y empiezan a disculparse pero pronto los puedo oír charlando amistosamente y al cabo de unos minutos Johan asoma la cabeza para decirme que esa noche estamos invitados a cenar en un pueblo del interior que se llama Ellies... que si tal bus que si cuál hora...

Estamos en casa de Marie, canadiense casada con Georgios, un griego, que pasa medio año en su país y medio año en Kalymos y que ahora ha recibido la visita de dos parejas también canadienses que pasan 15 días en su casa.

Con una mezcla de francés (son todos de Quebec), inglés, griego... pasamos una noche estupenda y desde luego completamente fuera de lo previsto al levantarnos; si quieres, cada día puede regalarte una sorpresa.

Dos días más tarde vendrán todos al Alea a cenar la ya tradicional tortilla de patatas (aquí estoy esperando una subvención del Ministerio de Turismo por promocionar la comida del país entre las gentes del mundo) y entre risas, vino y ouzo, quedamos para vernos en un par de años en Canadá ¡quién sabe!!



En Kalymnos nos quedamos 5 o 6 días, no es en absoluto una de las islas que más nos hayan impresionado, pero nos gusta pasear, conocer y si miras bien, todo tiene su gracia




Hay un pequeño museo -sólo abre por las mañanas hasta las tres de la tarde y la entrada es libre- tiene un montón de terracitas con vistas al mar, iglesias que visitar, colinas que subir y bajar


En toda Grecia y en todo este tiempo nos hemos acostumbrado a ver a toda una familia en una motocicleta y en el 95% de los casos sin casco, pero nos llamó mucho la atención ver lo bien que se adaptan los turistas a las costumbres del lugar (en la foto una familia francesa)



Aprovechamos que hay numerosos comercios y que se puede encontrar casi de todo para hacer una nueva funda para la vela (como los carriles Harken hacen que la mayor acabe con una pieza de inox, la funda original se había rasgado y Johan ha cosido una nueva y ha conseguido que le pongan un refuerzo de cuero en el lugar que roza el inox), hemos llenado las botellas de gas (hay una empresa que rellena las botellas... unos 3km en bicicleta) y hemos ido de excursión en autobús a varios rincones de la isla

En resumen, que de momento el Dodecaneso no nos ha impresionado demasiado... pero aun nos quedan muchas islas por descubrir y los días aquí han sido divertidos.

Seguimos sin pedirle más a la vida!



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Info para navegantes

  • el puerto no se corresponde con lo que aparece en nuestra guía ni en nuestro plotter, vale la pena buscar información actualizada.
  • Hay luz y agua en los amarres pero no funcionan; nos dicen que a primeros de mayo todo está en marcha: hay servicios y se paga por la marina; como nosotros estamos ahí a finales de abril, ni una cosa ni la otra
  • Hay comercios para comprar casi de todo (desde alguna náutica, supermercados, telas...)
  • Puesto que el gas se compra rellenando las botellas es un buen lugar para llenar las botellas de campingaz (también las de gas griego, of course) que no hay como conseguir por estos mares.
  • La marina está bien protegida y tuvimos vientos importantes sin problema alguno
  • La bahía de Vathi que aparece como un reclamo por su buena protección para el viento del norte, apenas tiene calado y espacio para muy pocos barcos

miércoles, 5 de mayo de 2010

Levitha

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Otra vez estamos los dos solos a bordo... ha sido muy bonito e interesante tener visita -nuevas historias, nuevas caras, risas, manos para ayudar!- pero no nos importa volver al silencio de nuestras navegaciones compartidas.

Ponemos rumbo a Levitha, la más oriental de las Cicladas en una mañana tranquila.

No hay demasiado viento y probamos por primera vez a poner las velas a orejas de burro... ¡no se va nada mal! (aun me animaré a cruzar el Atlántio!)

Levitha es una isla en la que sólo vive una familia; tienen su casa y regentan una pequeña taberna. Es un lugar popular para los veleros puesto que es un buen punto para hacer más corta la travesía que lleva a las islas del Dodecaneso.

Hay un fondeo al suroeste y boyas de amarre (cuidadas y gestionadas por la familia de la isla) en la bahía del sudeste; como el viento va subiendo a medida que nos acercamos pensamos que tal vez será más fácil fondear pero finalmente probamos con las boyas




Para mí es la primera vez que veo este sistema y ando con los nervios tontos (seguro que no me sale ni a la de tres... yo de pequeña no fui lo suficiente a la feria a pescar pescaditos en una tinaja); nos han dicho que es facil porque las boyas tienen un cabito más o menos largo que se pesca fácil con el bichero, pero..............

Primer intento: paso cerca con el bichero pero ni toco el cabo
Segundo intento: casi pesco el cabito, ya, sí, lo tengo... se me escapó
Tercer intento: un poquito más a babor, ya casí, sí, sí, LA TENGO!!!

Johan es un solete y no se ha quejado nada, al contrario me dice que no tenemos prisa y que podemos practicar todo el tiempo del mundo.

Así que después de mis esforzados trabajos y de la paciente asistencia del capitán: estamos amarrados a nuestra primera boya, tranquilos, completamente protegidos del viento!



Hay un barco más -un velero charteado por unos suizos que hablan español y con los que ya coincidimos en Amorgós- y un par de pescadores; nada más.

Preparamos la auxiliar y bajamos a tierra; el barcito cerrado (todavía no es temporada) pero nos encontramos con uno de los hijos que nos indica que podemos ir a saludar a la casa y que allí nos indicarán qué paseos podemos hacer.

En la casa nos atiende la nuera del pater familias, una joven agradable que está con su bebé. Nos cuenta que la familia se compone de un matrimonio ya algo mayor y sus tres hijos aunque uno de ellos -su esposo- vive en Patmos y solo va a la isla a ayudar cuando se le necesita y en verano. La población estable son 5 personas.

Reciben subvenciones para mantener la isla habitada -según nos contarán más tarde otros navegantes- y viven de lo que cobran de las boyas (7 euros en temporada baja), del rendimiento del bar y del ganado que crían; también vemos huertos bien cuidados que les facilitan las verduras.

Tienen placas solares pero no hay cobertura para el móvil!!! por lo demás la casa es amplia e incluso disponen de una capilla.




Nos indican que hay un paseo hacia la cima de la montaña de algo más de una hora, arriba se disfruta de una vista impresionante de la bahía





Y se pueden ver las ruinas de las fortificaciones levantadas en otros tiempos por los piratas... que sabían bien dónde encontrar un refugio seguro donde ocultarse!




Por lo demás en la isla sólo hay cabras



cabras con cabritillos



cabras muy señoras



cabras elegantes




¡y alguna que otra oveja!!




Por la noche, a pesar del fresquito, no pudimos reprimir la tentación de pasar un buen rato en cubierta mirando al cielo. Jamás de los jamases habíamos visto tantas pero tantas estrellas.

Y a la mañana siguiente, para hacer nuestro paso por Lévitha un poco más inolvidable, nos recibió el día con un arco iris


No se puede pedir más