Esa misma tarde nos presentamos de nuevo en casa de nuestros nuevos amigos. Alexis es un verdadero enamorado de la pesca y había invitado a Johan a traer su caña; de todos es sabido que lo de la pesca no es uno de nuestros fuertes y estamos deseosos de aprender.
Si llega a ser Johan el que pesca semejante bicho, no lo pruebo ni con un certificado de sanidad en la mano (así de feo no puede ser bueno) y menos después de ver como tras media hora en el agua seguía vivo y lanzando dentelladas.
La cena fue abundante (pescado fresco, ensaladas, pulpo... hasta langosta) regada con un Rioja que llevamos (el último de la bodega). La charla amena -ella habla un inglés perfecto, él, pese a haber vivido más de 40 años en NY así así, perfecto para que yo no me corte y me anime a hablar- y la velada se alargó horas
Estas experiencias son las que enriquecen el viaje, la que nos hacen sentir parte de una historia que no se escribe sólo paseando por las calles, o fotografiando monumentos... somos gente y gustamos de la gente y conocerlos a ellos ha sido lo mejor de las últimas semanas.
Y, desde luego, nos despedimos hasta el día siguiente en el que tocaba cena en el Alea.
Por la mañana, camino de la Chora, nos encontramos de nuevo a Alexis trabajando las redes con unos amigos pescadores a los que nos presentó. Johan necesitaba electricidad para usar herramientas (al subir la cadena siempre tenemos el problema de que ésta salta de una a otra roldana haciendo difícil recogerla) y los pescadores nos invitan a usar su pequeño taller común...
Amigos traen amigos
Así quedó la pieza después de un ratillo de trabajo.
Y cenamos todos otra vez juntos -entre otras cosas la siempre presente tortilla de patatas, bandera culinaria del Alea siempre que recibimos visita- y charlamos sobre nuestras ocupaciones, nuestras familias, nuestras ciudades, nuestros países.... y quedamos para volver a su casa al día siguiente.
Y tras el susto volvimos a la vida tranquila; las tardes restantes en Kithnos, Johan ha puesto en práctica las enseñanzas de Alexis sin mucho éxito -seguimos sin pescar- pero con mucha afición .
Y cuando por fin tuvimos una buena previsión de tiempo y decidimos que era hora de partir nos fuimos a despedir de nuestros amigos, pero la casa estaba vacía!
Así que podéis imaginar nuestra sorpresa cuando a las 7 de la mañana, ya en la bocana del puerto, mirando atrás, vimos venir a Alexis y Helení en su barquito... nos querían decir adiós y habían previsto que la mejor hora de partir era temprano y habían madrugado para venir a despedirse... con una docena de huevos de sus propias gallinas!
Atrás queda Kithnos, para nosotros la isla de Helení y Alexis.
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Información para navegantes.
El pequeño puerto de Loutra (al este de la isla) tiene una buena protección para cualquier tipo de viento (amarrando a uno u otro lado del muelle según convenga más). Hay servicio de luz y agua pero durante el invierno está desconectado. Hay una fuente pública de la que se sirven los pescadores y que nos permitieron utilizar
Nos han hablado bien de un par de bahías al sur, pero el tiempo no nos ha acompañado para el fondeo
La isla tiene otro puerto al oeste, Meriha, al que arriban los ferrys, bueno para el meltemi pero no para el viento de componente sur que abunda en estas fechas.
No nos han cobrado nada por nuestra estancia, las autoridades nos saludan y no nos cobran... es lo que tiene ser un bicho raro que navega en invierno
En Loutra sólo hay una panadería y algunos bares y restaurantes; para aprovisionamiento hay que desplazarse a la Chora.
3 comentarios:
Realmente ese pez es un Asco, se asemeja a una babosa!!! puaj!!! jajaja besos desde bs.as.
Paula
ESTE ES PEZ SE LLAMA MORENA. EXISTEN MUCHOS EN CANARIAS (LA PALMA). TIENE MUCHAS ESPINAS, PERO ES MUY SABROSO. UN SALUDO DESDE CANARIAS Y ANIMO.
La pesca, como la navegación, requieren cierta práctica. No desesperéis, además, con semejantes viandas a bordo, no necesitáis sobrevivir de lo que pescáis.
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