Ya ha llegado el mes de octubre y todavía nos quedan montones de islas, calas, pueblitos que describir.
tenemos aquí el otoño y todavía nos queda todo un verano por descubrir.
y es que el blog va un poquito por detrás de la vida -cosas de la falta de tiempo o la realidad que corre más que una misma- tanto así que hoy os escribo... lejos del mar.
El 28 de septiembre el Alea salió del agua para pasar unas semanas en seco, porque nosotros, atendiendo a "la llamada de la sangre" hemos dejado el mar y nuestra casa para venir a pasar unas semanas a Holanda donde viven y estudian los hijos de Johan
Pero eso no quiere decir que este cuaderno de bitácora -que si bien no se caracteriza por su inmeditez y que quiere seguir compartiendo la información y las sensaciones que vamos viviendo- vaya a descansar. A partir de hoy podremos escribir más y más seguido (wifi en casa, tiempo libre) y lo haremos intercalando nuestra estancia en tierras holandesas con nuestros recuerdos de los mares griegos.

Y a medio camino entre el allá y el acá, en la crónica de hoy, os cuento qué tal fue lo de salir del agua.
Desde el momento en que decidimos ir tres meses a visitar a la familia empezamos a buscar cuál era la mejor marina para dejar al Alea.
Fernando, del Ralip, nos dijo que él deja su velero desde hace un par de años en Aegina. Allí hay tres marinas secas donde muchos barcos pasan el invierno. Estando en esa isla hablamos con varios propietarios que veleros que dejaban ahí sus veleros.
Recibimos la visita del responsable de una de las marinas -que ya nos había dado una tarjeta con un precio semanas atrás- y nos hace una oferta algo más cara que la inicial pero más parecida a la que nos ha comentado el holandés con quien compartimos amarre. Tras un rato de charla nos mantiene el precio anterior: 500 € subir y bajar el barco y unos 180€ por mes; eso sí, cuando ya hemos dado una paga y señal nos dice que el agua y la luz se pagan a parte, que esto, que aquello...
Seguimos navegando y compartiendo buenos días con amigos

Una tarde fondeamos en Puerto Kheli y salimos a pasear. Tuvimos la grata sorpresa de encontrarnos con nuestros amigos Yves y Marie, propietarios del Hasta Luego, con quienes habíamos compartido buenos ratos en Monastir, Siracusa, Argostoli... y con ellos nos tomamos un "aperitiv" y charlamos.
Nos contaron que unos amigos suyos dejaban el barco desde hacía dos o tres años en Kilada, un poco al norte de donde estábamos y tomamos buena nota de ello así decidimos incluir ese puerto en nuestra ruta para ver qué tal pinta.
Kilada está en la costa del Peloponeso, es un pueblito pequeño pero muy acogedor y tiene una marina seca nueva y que nos pareció desde el primer momento muy profesional.Un travelif nuevo, cunas para todos los barcos (nada de bidones o maderos), listas de precios impresas, personal serio... lo cierto es que nos gustó mucho y nos entraron todas las dudas.
El precio, similar al de Aegina.
Las condiciones de la marina... pues no podemos comparar de primera mano porque no hemos visto las marinas de Aegina, pero la gente con la que coincidimos nos habla mejor de Kilada.
Aegina tiene buenas tiendas de avituallamiento, una lavandería baratita... aquí no hay tantos servicios a mano, pero es tranquilo y acogedor
Aegina está apenas a 40 minutos de Atenas y aquí tendremos como 3 horas para llegar.
Las marinas de Aegina están en el norte, abiertas a los vientos predominantes y Kilada está mucho más protegida...
Conclusión. Hivernamos en KILADA
Hacemos un contrato, fijamos una fecha y empezamos a preparar el barco, para empezar, bajamos las velas, empezamos a vaciar la cocina, toca lavar la ropa
Y llega el 28 y con cierto gusanillo en la tripa nos acercamos al travelif
Nos aseguramos que las cinchas estén en su lugar
y alehop!!! poquito a poco nos reencontramos con la quilla
La verdad es que estamos muy contentos con la patente; es cierto que hemos ido limpiando estropajo en mano cada 10 días durante el verano (bueno, hasta hace unos 20 días, sabiendo que íbamos a sacarlo del agua nos relajamos un poquito) pero el casco salió más o menos limpito y sin grandes barbas ni demasiado caracolillo... hasta aquí todo OK.Al cochecito y a buscar nuestro espacio.