miércoles, 1 de julio de 2015

Fondeados con previsión de 70 nudos

Esta vez era fundamental que los árboles a los que hiciéramos firmes los cabos fueran muy muy buenos. Si un fondeo tiene buenos árboles, de esos robustos y que crecen verticales, significa que el viento no entra tanto como para acabar con ellos; eso es bueno. Si el fondeo está entre altas laderas de montañas -y más si éstas están peladas- la cosa pinta mal porque fácil se pueden producir rachas. Aquí teníamos unas laderas altas y semipeladas (mal) pero buenos árboles (bien).

Llevamos la proa casi a la playa y dejamos caer el ancla. No sin esfuerzo (a veces lo ideal es ir con el machete para abrir camino pero a mi no me gusta la idea) llegamos a cuatro árboles de esos que te dejan satisfecho del resultado.



Aun así mirando la meteo, durante una parte de la tormenta el viento nos iba a entrar más de un costado; Johan tomó un quinto cabo (por cabos no será!) y lo llevó justo de través. Cinco cabos y el ancla... tenía que servir.




A las 17h hablamos con Miguel y el parte se mantenía, o iba a un poquito peor (las rachas llegaban hasta los 70).

Volvimos a cubierta, decidimos sacar la segunda ancla por la popa (el ángulo más desprotegido, aunque teóricamente por ahí no debía haber viento, ya teníamos cinco cabos y dos anclas); recogimos el bímini, aseguramos la funda de la vela, repasamos los cabos, quitamos cualquier cosa que no estuviera fijada en la cubierta, ya dentro vaciamos y repasamos la bolsa estanco de supervivencia (eso da sustito, pero hay que ser prevenidos: bengalas, bebida, comida energética, radio estanco portátil, pilas de reserva, pasaportes,etc etc) y cruzamos los dedos porque no había más que hacer.
Johan decidió suspender la sesión de cine nocturno (era importante oír lo que pasaba, oír el viento, oír los cabos) y con suerte, porque un rato más tarde, ya noche cerrada oímos un grito (¡humano!). Salimos a la carrera y vimos un pesquero entrando a la bahía y que debía haberse sorprendido al casi “comerse” uno de nuestros cabos. Ellos amarraron muy pegados a la pared.
A las 10 de la noche nos fuimos a “dormir”. Felices de tener alguien a quien abrazarse al otro lado de la cama.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tal pasasteis la noche?

Anónimo dijo...

Estais vivos?

Nash dijo...

Como van esos 70 nudos?.... dan miedo......