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a 31 de marzo 2015. Empieza el viaje
Dos
días antes del señalado como día D, conocimos en la marina a una
familia de Alaska (papás y dos niños de 4 y 8 años) que acababa de
llegar con un velero de 14m, también de acero, y que como nosotros
tienen intención de bajar rumbo sur aprovechando el otoño invierno
para estar en Ushuaia con la llegada de la primavera. Ellos van a
salir un poquito más tarde, pero como vamos sin mucha prisa, haremos
todo lo posible por navegar cerquita (en el tiempo y en el espacio)
para poder disfrutar de algunos días de compañía y para saber que
hay una mano cerca en caso de que surja alguna dificultad.
Primer
destino: la gasolinera. Volvimos a Oxean Marina, y llenamos los
nuevos tanques de cubierta, el tanque principal y unos cuantos
tanques de 20l, el viaje es largo y la calefacción va a ser
necesaria.
Primer
fondeo: Huelmo (41°39'13S 073°03'46W). Es una bahía tranquila, con
un pantalán donde hay espacio para varios veleros -en ese momento
había tres- y tres boyas del mismo propietario del pantalán. Como
habíamos estado antes aquí y nos habían invitado a tomar la boya,
volvimos a hacerlo esperando que todavía fuera gratis (lo fue). La
entrada a la bahía está un poco enrevesada por la cantidad de
salmoneras pero dentro todo está tranquilo.
El
siguiente destino fue la caleta Andrade (42°05'95S 072°33'51W) una
preciosa lengua de agua que se adentra en la isla, abierta a los
vientos del norte.
Para
llegar a Andrade intentando aprovechar el viento (ir a vela es
nuestro objetivo prioritario en esta travesía) transitamos por unos
canales más o menos angostos entre islas cuando ¡ay va, pero si son
los Pratis! Ellos navegaban rumbo a Pto Montt, por apenas unos días
no ha podido ser un encuentrito... lo suplimos con una conversación
de esas de sofá, a través de la VHF y nos deseamos lo mejor para
las próximas rutas, ya en sentidos opuestos.
En
Andrade la soledad nos duró poco porque la tarde siguiente llegó un
velero. Con los prismáticos intentando poner nombre a nuestros
nuevos vecinos descubrimos ¡oh, sorpresa! que era el Karma, un
velero de USA con quien coincidimos en San Blas ¡va a ser verdad eso
de que el mundo es un pañuelo!
Ellos
también quieren hacer rumbo sur en la temporada de invierno, así
que queda confirmado: igual estamos un poco locos, pero no somos los
únicos.
Salimos
en una mañana tan brumosa que no tuvimos más remedio que echar mano
del radar, rumbo a Quintupeu.
Os adelanto que la pesca se nos dió mal
en el fondeo -y si regresábamos a Quintupeu era sólo porque nos
habían dicho que había buena pesca- pero que ¡pescamos!... por el
camino. No podemos decir que pez era -porque no lo sabemos- pero
para dar alguna pista, era pescado blanco, con un aspecto similar a
una sierra pero con una aleta dorsal muuuuy grande, con dientes pero
menos que una barracuda y con bastantes espinas (largas y fáciles de
manejar en el plato), de sabor exquisito. Nos ha alimentado más de 8
días... no está mal.
Todo el mundo dice que es complicado pescar en estas aguas y no lo ponemos en duda (solo hemos pillado esta buena pieza) pero desde luego, a Johan, ganas no le faltan. Llevamos a bordo cualquier aparejo que nos han dicho que puede ser válido en la zona; Johan lo intenta al curry mientras navegamos, dando vueltas con el dinghy cuando estamos fondeado, haciendo jigging desde la cubierta, dejando una línea en el fondo por las tardes. Tenemos todo lo necesario para hacer la trampa con la que la gente consigue las centollas. Es cierto que tenemos alimento suficiente en la sentina, pero aun así confiamos en tener proteína fresca a menudo, ya os iremos contando.
¿véis esa cosita pequeña flotando? es Johan en la auxiliar, pescando! |
Desde la cubierta |
Desde la auxiliar |
De
Quintupeu -donde la maniobra de amarrar/desamarrar de tierra fue
fenomenal- nos dirigimos a Mechuque. Era una distancia algo larga y
lo decidimos algo tarde así que tras unas primeras millas en las que
parecía que volábamos llevados tanto por el viento como por la
corriente, las tornas se cambiaron, el viento bajó, la corriente se
puso en contra... y decidimos que era mejor desandar 5 millas que
sufrir 20 y nos refugiamos en Puerto Bonito de nuevo; pasamos una
noche movida ya que el viento se encañonaba en la entrada de la
bahía y con más de 30 nudos hacía que la cosa fuera incómoda...
así que al salir el sol, soltamos la boya y pusimos rumbo a Mechuque
El día
de navegación fue largo y no pudimos hacerlo todo a vela; llegamos
tardecito a la isla pero con la tranquilidad de conocer el fondeo
cuando ¡ostras! Uun velero y un catamarán ocupaban “nuestro
sito”. La guía da un punto alternativo y allá que nos fuimos: más
lejos del pueblo pero mejor fondo para el ancla.
La
parte buena de no tener prisa, es que puedes dedicar el tiempo a
charlar y conocer. Pasamos la mañana del día siguiente visitando a
los otros veleros (los franceses con un monocasco de aluminio recién
llegados del sur, los del catamarán bajarán a P.Williams pero en
junio, nos veremos allá abajo!), la tarde volvimos a dedicarla a
Mechuque.
Buscábamos
más mermelada y empanadas pero no dimos con ellas, pero oímos
música y siguiéndola llegamos a un resturante (recomendado en una
de las guías porque preparan curanto, asado al palo...) Pasamos más
de una hora de charla con Nidia -la propietaria- que nos contó por
ejemplo que en la escuela solo quedan 35 niños escolarizados cuando
hace unos años eran 100 pero que el gobierno trata de mantener vivas
todas las esculas rurales, nos explicó historias del lugar, cómo es
vivir en Mechuque cuando llega el invierno... Si alguien quiere comer
con Nidia ahí os dejamos el mail fogon_nidia@hotmail.com
El
siguiente punto de recalada fue Estero Pindo (42°37'07S 073°29'71W).
La navegación fue p r e c i o s a
Viento
de unos 20 nudos, corriente a favor y el Alea volando feliz,
recogimos la vela solo para dar la última curva de entrada al
fondeo. Había ya anclados un par de veleros chilenos y al rato llegó
un velero con un sueco (que ha hecho los canales en solitario) y otro
de un par de parejas de Bélgica. ¡parecía que estuviéramos en la
marina!
El
lugar tiene un buen fondo para el ancla pero hay que echarla en unos
18 metros. Pasamos un par de días sin problemas.
El
paseo por el pueblo es agradable, hay una de las típicas iglesias de
madera de Chiloé y algunas casas.
Nada más llegar a la rampa donde
dejamos el dinghy nos recibió Ignacio el hijo de la dueña del
“super” al que no nos quedó otra que ir y donde nos hicimos con
un bote de compota de manzana casera. Parece que la manzana es la
especialidad de la isla porque conocimos a otra señora que tenía en
su jardín esta maquinaria
Son
prensas para las manzanas que se convierten así en licor de fruta;
nos contó la señora que apenas comercializan, que son para uso
propio y que acostumbran a dar una botella al día a los trabajadores
“porque si beben trabajan más contentos”. En fin!
Para
dos noches más tardes se anunciaba una baja presión que traía
aparejados vientos fuertes del norte así que queríamos buscar un
fondeo bien protegido. Después de mirar las distintas guías nos
pareció que Ichuac (42°36'91S 073°43'54W) era una buena opción,
solo 12 millas que tocarían a motor pero nos darían buen resguardo.
Al
entrar en el fondeo nos pareció que llegábamos a la campiña
inglesa, qué bonito!!!
Había
una boya pero en un lugar en el que al bajar la marea nos íbamos a
quedar en el fondo. Echamos el ancla un par de veces pero no cogía
así que decidimos ir a Pailad de donde habíamos leído solo cosas
buenas. Saliendo de la caleta pasamos sobre un espacio amplio de
fondo regular de 12m, donde seguro que el ancla cogía bien (el fondo
es de barro supuestamente) pero ya estábamos decididos a cambiar así
que no le dimos más vueltas.
Casi
todo el camino a vela con un viento aceptable nos llevó a Queilén
(42°53'38S 073°28'84W) al caer la noche y como entrar en un lugar
nuevo de noche no es lo recomendable, decidimos quedarnos ahí y
dejar las 7 millas restantes para la mañana siguiente.
El sol
cae rápido y si la aproximación la hicimos con luz (está
absolutamente plagado de salmoneras) el ancla la echamos con la
linterna. El fondo perfecto, el ancla bien cogida al primer intento y
a dormir...
1 comentario:
Que pasada de viaje! Los paisajes son espectaculares!
Gracias por la información de los waypoints por si alguna vez tenemos la suerte de acercarnos por allí! :-)
Seguimos pendiente de vuestra travesía. Buena suerte y buenos vientos!
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