Con
esa previsión de 40 nudos de viento para la madrugada, dejamos
Queilén para recorrer las 6/7 millas que nos separaban de Pailad.
La
guía de los italianos da tres posibles fondeos... y los probamos
todos.
El
primero (42°52'45S 073°35'27) en un bracito que parecía el lugar
más protegido de los nortes; una única piscifactoría a la entrada
y una boya -como casi siempre- en el lugar exacto donde deberíamos
dejar caer el ancla. Le dimos unas vueltitas y decidimos probar
suerte frente a la iglesia.
En
el camino encontramos un velero chileno que levantaba el fondeo del
punto dos del libro (42°51'84S 073°35'40W) y nos dijeron que se
estaba genial, es un recodo y parecía dar buen abrigo; decidimos
quedarnos. Ancla y dos líneas largas a tierra nos dejaron bien
situados. Justo a nuestro estribor el fondo subía rápido pero con
las líneas y el viento de proa no tenía que haber problemas...
aunque los hubo.
Yo
estaba en la más dulce de las siestas cuando Johan me llamó para
decir que estaban entrando 25 nudos de costado y que eso nos
empujaba a la zona de menos calado. Había que soltar los cabos,
levantar ancla y cambiar.
Buff,
con mi arte de remar (nada académico pero la mar de efectivo)
llegué en un plis plas, los cabos tenían unos lazos largos y el as
de guía estaba accesible, en 20 minutos estaba todo recogido y nos
íbamos al fondeo frente al pueblo (42°51 45S 073°35'99W), en un
espacio amplio de 14m de fondo de barro echamos el ancla y allí nos
quedamos.
El
viento por la noche sopló, pero no más de 24 nudos, nos contaron
que unas millas más al sur si se dieron los 40 anunciados, buen
fondeo Pailad.
El dibujo del bajo en el barómetro |
Como
no tenemos ninguna prisa, el día siguiente estaba destinado a
caminar por el pueblito y alrededores. Vimos la iglesia, la escuela
rural -se oía el bullir de los niños- y tomamos la carretera hacia
el fondo del estero.
Unos
2 km más adelante vimos un camino de entrada a una finca que se
anunciaba como Isla Bruja y que tenía un velero dibujado. Johan
dijo que podíamos ir a ver si eran navegantes; alguna otra vez
hemos transitado caminos privados y la gente siempre se ha mostrado
amable... allá que nos fuimos.
Nos
encontramos frente a un precioso Lodge de 4 habitaciones, yacuzzi,
terraza, con vistas al brazo de mar... una preciosidad allí
escondida. Lo gestionan Francisco -chileno- y Marie -de Milwauky- y
son la gente más amable y feliz que os podáis imaginar. Nos
invitaron a un café, charlamos interminablemente, nos contaron cómo
se conocieron, cómo llegaron a aquel rincón del mundo, nos
recomendaron paseos que se podían hacer en el área.
Ellos
también tienen un velero y en sus instalaciones ofrecen servicios a
navegantes (dos boyas de amarre,agua para los tanques, lavandería,
paseos) para más info podeis visitar su página
www.islabrujalodge.com
Nos
recomendaron un paseo por el río (como una hora en la auxiliar),
necesariamente con marea alta para disfrutar avistando pájaros.
¿Teníamos tiempo? Mmmmm, sí, tiempo sí, somos de los que van
despacio.
Asi
que el día siguiente no hubo cambio de fodeo sino paseo por el río.
Esas pequeñas cosas que nos hacen felices. Con un bocata y la caña
de pescar (que no dio fruto) y las cámaras de fotos nos fuimos a
pasar el día. Estuvo genial, y si no ahí van unas fotos!
Los tradicionales cisnes de cuello negro... en este lugar los hay a docenas! |
Montones de Martines pescadores |
No todo fueron pájaros |
Nos sorprendió ver un flamenco despistado! |
Al día siguiente teníamos buen
viento para ir “gratis” al siguiente fondeo, así que le dijimos
adiós a Pailad y pusimos rumbo a Huidad.
- ¿por qué de norte a sur si la mayoría lo hacen a la inversa? Porque leyendo mucha información parece que los vientos predominantes en la zona son nortes por lo que de este modo podemos hacer (según las estadísticas) un 80% del trayecto a vela... con tiempo suficiente para esperar los días de viento favorable es más fácil que el pronóstico se cumpla.
Otro atractivo para nosotros es que
empezando en el norte la naturaleza va a ser cada vez más y más
espectacular y no al contrario. Muchos de los veleros que llegan
desde el sur, apenas dedican tiempo a la zona al norte del Golfo de Penas
y pasan de puntillas al norte del golfo de Corcovado. Nosotros -que
llevamos 20 días alrededor de Chiloé- estamos disfrutando de cada
rincón con los ojos frescos y despiertos y nos está pareciendo una
zona digna de ser paseada sin prisas.
¿por qué entonces -os
preguntaréis- lo más popular es sur/norte? Supongo que hay dos
razones básicas; la primera que la mayoría de veleros son europeos
y mirando la carta, parece que llegar por el sur es el camino más
corto; la segunda es que si vas de norte a sur ¿cuál es el
siguiente destino? La mayoría de veleros con los que hemos
coincidido han remontado los canales y su próximo destino es
Polinesia. Estando en el sur no te queda más que volver a Pto Montt
para seguir el Pacífico (y por lo tanto en nuestro caso sería hacer
norte/sur para después hacer sur/norte ¿pelín absurdo?...
conocemos varios veleros que lo han hecho), o remontar sudamérica
por la vertiente atlántica y volver al Caribe (si el destino es
Pacífico, volver a cruzar Panamá, etc etc) o ir a Sudáfrica...
¿cuál es nuestro plan? Buena
pregunta, pero tendréis que formularla dentro de unos meses porque
hoy por hoy no tiene respuesta
¿por
qué en invierno? Pues para
empezar porque llegamos a Chile a principios de verano y con el
tiempo que necesitábamos para poner el velero a punto y descansar
de la travesía y hacer del viaje un paseo y no una carrera, así
que si queríamos navegar en verano teníamos que esperar un año.
Además nos parece buena idea estar en el sur a mediados de
primavera y disfrutar del veranito ya abajito. Así que el otoño y
el invierno serán nuestros meses de navegación. Además echando
mano de las estadísticas, en invierno, a pesar de haber menos horas
de luz (el día más corto rondará las 7h), el viento acostumbra a
ser más estable, menos fuerte y nos parece que la nieve es más
soportable que la lluvia. Vamos a ver qué tal.
¿por
qué seis meses en los canales si lo habitual son dos o tres?
Llegar hasta aquí ha sido largo,
que el “premio” fueran dos meses de navegación en uno de los
escenarios más bellos del mundo no nos parecía suficiente. Queremos
disfrutarlo sin prisas.
Conocimos a una familia francesa que
navegó por 7 meses remontando los canales; su filosofía: navegar
solo con buen tiempo; si estando fondeados se presentaba un mal día,
esperaban a tener de nuevo sol para salir a conocer y pasear, si
después llovía de nuevo, esperaban a tener sol para volver a
navegar. Así cada fondeo podía suponer una parada de dos días o
de una semana o más, pero siempre navegaron con condiciones
favorables y siempre disfrutaron de los fondeos; nosotros
intentaremos seguir su ejemplo.
En cualquier caso una premisa está
clara: si nos cansamos del camino y queremos llegar antes... pues
¡aceleramos y ya está!
Y como siempre ya sabéis que nos
encantará compartir una etapa del viaje con quien se anime a venir.
Hoy hacemos un llamado especial a los “slow sailors” y ofrecemos
una navegación de un mes/mes y medio partiendo de Aysén incluyendo
el cruce del Golfo de Penas (costo 60 euros-persona-día si es un
único tripulante; 50 euros-persona y día si son dos). Único
requisito: no andar con prisas!
- Y además, en julio ofrecemos un paseo de invierno ( primera o segunda quincena; una o dos semanas) en los glaciares embarcando en Puerto Natales, para aventureros aguerridos. Desde noviembre hasta marzo, paseos por el sur del mundo incluyendo Ushuaia / Puerto Williams / Ventisqueros y Cabo de Hornos. Para más info (fechas y precios) escribidnos un mail sailingalea@yahoo.es
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