miércoles, 14 de diciembre de 2016

De regreso al hogar

¿¿Excusa para haber tardado tanto en escribir la nueva crònica ya de regreso al velero??


Todas y ninguna



 

Os lo creáis o no es fácil que un día se caiga detrás de otro y que ninguna de las miles de buenas intenciones de la mañana se hayan hecho realidad porque vino un amigo y compartiste una cerveza, se te fue el tiempo viendo la puesta de sol, tocó la dura tarea de probar si la hamaca aguanta bien instalada entre el stay y el mástil... o vienen a visitarte y tienes la “dura tarea” de compartir el paraíso...






Pero aquí estamos para hacer un pequeño repaso de lo que ha sido el último mes que ha tenido muchas aventuras.

Llegamos a Panamá después de un largo y cansado vuelo y sin mucho entretenimiento nos fuimos a Panamarina dónde nos esperaba el Alea al que echábamos mucho, mucho de menos. Las dudas sobre si estaría bien se disiparon en un minuto: a bordo todo estaba perfecto y ni siquiera dos meses de humedad tropical habían causado demasiados estragos.

Al día siguiente ya dejamos la marina para ir a fondear en la bahía de Puerto Lindo que para nosotros es como estar ¡por fin! en casa, casa.


Pero apenas unos días más tarde la noticia de que una tormenta tropical se estaba formando en las inmediaciones (algo nada habitual en estas latitudes) se iba extendiendo por el fondeo, corría como la pólvora en los whatsapps de todo el mundo.

Sin ganas de mucho susto, o perros escaldados, léase como se guste, decidimos poner rumbo a la marina a esperar los acontecimientos con el bolsillo un poco más vacio pero con la seguridad de una buena instalación. Amarrados en Linton Bay Marina veíamos cernirse sobre el mar cielos amenazadores


Y llegó -como siempre en la noche- la tormenta que para entonces ya tenía condición de huracán y nombre propio: Otto.

Desde nuestro amarre oíamos ulular el viento y caer el agua como si la lanzaran a cubos, el ruído de las amarras al tensar. Nosotros no registramos más de 35 nudos pero en la propia marina, en otro pantalán menos protegido, llegaron a los 50. En Portobelo, a solo 20 millas -fondeo muy popular pero completamente abierto al viento predominante que acompañaba a Otto- llegaron a los 70 nudos y hasta 20 barcos se perdieron sin remedio.


A la mañana siguiente los únicos síntomas en la marina del desastre eran la falta de servicios: cientos de árboles habían caído y muchos de ellos habían destrozado la instalación eléctrica, postes de luz caídos, cables cruzando la carretera, sin luz, agua, teléfono.



En el fondeo a escasos metros de de la marina, la noche fue mucho más dramática ya que varios barcos garrearon sin que nadie pudiera hacer demasiado por controlarlos... pero afortunadamente la cosa quedó en casi todos los casos en sustos y falta de sueño.

Regresamos al fondeo y empezamos la preparación para una laaaaarga estancia en San Blas.

Fuimos al super y compramos y compramos y compramos



Las sentinas bien llenas de lo fundamental


Buenas conservas caseras por si la pesca no se nos daba por el camino.


Y para reponer de tanta faena... un buen zumo natural


Y ya sin más... rumbo a San Blas que nos recibió como siempre cargado de amigos, palmeras que besan el mar y atardeceres mágicos




Aquí recibimos a Agustín con quien cruzamos el Cabo de Hornos (hace solo 9 meses !!!) que venía a vernos con dos amigos.

Ha sido un placer ir redescubriendo rincones de su mano... ha sido una semana llena de buenos momentos, algún que otro susto (a quien nos venga a visitar ¡no olvidar un buen protector solar!), algún chubasco que nos ha servido para refrescar, barbacoa, snorkel, langosta... en fin... la mejor manera de volver a uno de nuestros lugares favoritos del mundo!!!















Y aquí nos quedamos por lo menos hasta finales de abril. Próximo destino -tras Panamá- Groenlandia. Pero entre nosotros... sin prisas, como siempre, que si no es en el 2017 será en el 2018. Como a tantos otros no nos cuesta llegar a San Blas, lo que cuesta es salir de aquí    





Aviso: aquí el internet es a veces aceptable... y a veces no, pero cuando casi nada va el whatsapp acostumbra a funcionar asì que la mejor forma de contactarnos es a través del +50761424091



Os esperamos... a través de la pantalla o para compartir un vinito en la cubierta viendo caer 
el sol!









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