miércoles, 16 de mayo de 2012

Antigua 2ª parte






Se fue Fernando... y llegó Rosa... y llegaron los barcos de Julio y Maribel y Antonio y Bibi. Estábamos en una isla preciosa y rodeados de amigos ¡días felices asegurados!

El primer destino, regresar a Green Island. Éramos tres barcos similares (de tamaño, los tres de acero) y fue divertido navegar “en conserva” (que significa ir juntitos de un sitio a otro,
prácticamente a la vista los unos de los otros) charlando por la radio, que si yo he pescado y tú no, que si voy un poquito más rápido que tú, que si tú te conoces las boyas... en fin

Llegamos a Green Island, al fondeo grande frente al arrecife, y daba risa vernos a los tres en busca de nuestra boya, con alguien en proa, bichero en mano, parecíamos tres Quijotes a lomos de tres Rocinantes

Al día siguiente por la tarde regresamos (esta vez a remo) a la isla a pasear y saludar a sus lagartos y más tarde cambiamos el fondeo por el que está al sur de la isla (el que visitan los paseos del día) donde un velero con la quilla al sol nos recordaba que por estos lares hay que navegar con un ojo siempre puesto en la sonda

Y -cómo no- me cansé de estar en remojo; incluso madrugaba para ir a hacer snorkel antes del desayuno!!

Hemos visto peces manta (saltando sobre el agua) y hemos nadado junto a un grupo de uno 15 calamares (sin palabras, qué elegantes!, yo con un poco de miedo de asustarlos y que me ducharan con su tinta... son preciosos, no sé si podré volver a comer calamares a la romana),
con peces de tantos colores, metidos en cuevas de mil formas, con coral muerto pero también con coral que empezaba a revivir, una mañana me pase un buen rato a escasos centímetros de una pequeña tortuga que me miraba con tanto asombro como admiración sentía yo por ella... si Los Roques y San Blas son mejor que esto creo que voy a perder el sentido en algún momento

Para completar la escena, teníamos un pajarillo adoptado; se venía a comer las migas del desayuno (sin ningún rubor) de un barco a otro... hasta que nosotros le ofrecimos magdalenas en lugar de pan: se vendió fácil y se hizo tripu fija del Alea, tan confiado él que después del comer se iba al fregadero a beber agua dulce sin ningún problema!

Y como la idea era explorar nuevos fondeos, seguimos navegando hacia el norte donde hay una zona de mucho arrecife y echamos el ancla los tres fantásticos junto a Pelican Island; es divertido porque cuando miras las cartas la zona de poco calado que ocupan los arrecifes aparece dibujada en amarillo (el mar azul, la tierra firme verde) pero cuando llegas navegando no ves más que agua allí donde debería haber “amarillo” así que aunque fondeas en un espacio protegido
entre la tierra y el arrecife... parece que estés flotando en medio
del mar.

El color del agua: impresionante

En cuanto estuvimos todos bien situados nos fuimos bien equipados a ver los fondos. Gafas y tubo de snorkel, palas de bucear y alehop!

Mi “acuario” favorito sigue siendo el de Green Island (porque no necesitaba de la auxiliar para llegar, bastaba con nadar cinco minutos) pero tengo que reconocer que nada comparable con este, nos dejó a todos entusiasmados, felices...

En fin, que os paso unas fotos para que veáis los efectos que puede produciren una persona el venir unos días al paraíso... estáis avisados...

navegar puede provocar una intensa e irreprimible FELICIDAD

Si a esto le sumamos que un día comíamos un arrocito en un barco, al siguiente un pescadito en el otro, al de más allá una tortilla de patatas en buena compañía...

Y seguimos al norte! Hay una gran barrera de coral que se puede entrar por un par de pasos... o bordearla prácticamente hasta el oeste de la isla y desandar (o desnavegar el camino) por el lago interior que se forma; nuestra idea era llegar a Bird Island y Parham y los otros dos veleros seguían para alcanzar Deep Bay. Finalmente, después de mucho ceñir, decidimos quedarnos (¡los tres!) en Dickinson Bay por una noche. Es un lugar recogido, buen fondeo, presidido por un gran
resort -muchas actividades acuáticas: vela ligera, motos de agua- y a pesar de todo tranquilo.

A la mañana siguiente nos despedimos -de momento- de nuestros amigos y fuimos hacia Parham. Fondeamos frente a Parham, es una bahía con muy poco calado -pasamos algún punto en el que la sonda señaló menos de 3 metros- de aguas inmóviles, junto a una zona industrial muy poco atractiva. La suma de todo ello: éramos el único velero.

La guía dice que en la ciudad de Parham se pueden ver por las calles más gallinas que personas... es verdad

Al pasear por sus calles nos volvió a la cabeza el concepto de “auténtico” y sí, podemos concluir que Parham es una ciudad auténtica puesto que no recibe turismo y sus gentes viven al margen
del modus vivendi general de la zona.

Tiene una bonita iglesia, un cementerio que se extiende a lado y lado de la carretera (parecía que alguna lápida fuera a invadir la calzada), canchas de baloncesto para los críos, un par de supermercados, bares sin mucha pretensi. Aprovechamos para hacer unas compras

Y preguntamos en un pequeño restaurante por internet; nos dijeron que no había un lugar público en toda la ciudad pero -después de hablar entre ellos, madre e hijo- que no nos preocupáramos y que acompañáramos al chico.

Caminamos sin entender demasiado por las calles del pueblo hasta llegar a su casa.

Nos invitó a pasar, puso su ordenador en marcha, nos dejó entrar en su sencillo dormitorio y allí, sin entender muy bien el gesto de generosidad espontánea, estábamos consultando a toda prisa nuestro correo para importunar lo menos posible.

Volvimos al restaurante a tomar algo ya que no se nos ocurrió mejor manera de devolver el favor, un favor o tal vez un gesto que ni en sueños se nos había pasado por la cabeza ¿invitaríamos n osotros a un turista a entrar en nuestra casa para que pudiera consultar el correo? No,
sin duda no... gracias Kevin! Esperamos que la vida no te arranque a bofetones la buena fe.

Buff, qué bonito es esto de vivir experiencias que te sorprenden a cada rato.

De ahí nos fuimos a pasar la mañanita siguiente frente a Long Island, una isla ocupada por un resort donde no me importaría pasar unas vacaciones, aguas claritas, manglar, arrecife... Rosa y yo nos fuimos de expedición con la auxiliar: ahogamos el motor y tuvimos que volver a remo; cosas que pasan

Dejamos Parham para ir a Deep Bay. Es una bahía al noroeste de la isla, hay que tener cuidado al entrar porque hay un naufragio en el centro. Es un buen fondeo, con una playa bonita, un hotel -no tan bonito- y la posibilidad de ir a St. John's (la capital de la isla) en bus.

Ahí pasamos un par de días tranquilos; nadando, paseando, charlando en la bañera -intentamos con ahínco arreglar el mundo- disfrutando de la compañía Rosa que ella sola es capaz de llenar un día de sonrisas.

Una mañana se fueron Rosa y Johan de compras y yo me quedé en el barco.

St. John's es una ciudad “grande/pequeña” que se ve asaltada por dos y hasta tres megacruceros al día. La gente de los cruceros pasea por la ciudad, se va de excursión a Falmouth, de paseo del día a algún bonito fondeo... la imagen de los cruceros es -cuanto menos- curiosa en una ciudad tan chiquita

¿cómo es St. John's? Más o menos así

Yo aproveché para cortarme el pelo (afortunadamente no me dejé hacer una foto del “después”) y si olvidamos los kilos de lacas y el repeinado que incluía el precio (8 dólares US) fue una experiencia estupenda

Y Rosa decidió que era hora de irse (pero ha prometido volver) , y nosotros queríamos llega a St Marteen, hicimos los papeles de salida (70 $EC de tasas, lo más difícil dar con el sitio; los papeles de entrada nos habían costado 45 $US... pero entre esto y aquello habíamos hecho una escapadita a Barbuda que se merece por sí sola una entrada en el blog, porque fue...

Muchas de las fotos de este post son de Rosa, toda una fotoperiodista.
Gracias guapa!

1 comentario:

Fasanro dijo...

Tube una experiencia rara cuando estube en Anguila, pregunté, ¿Porqué nadie cerraba las casas ni de día ni de noche? Me contestaron que en la isla hay una carcel por que es requicito, pero hacía ya muchos anyos cojieron un muchacho robando y era el único que la había vicitado.