Ya
estamos felices y contentos fondeados en las turquesas aguas de San
Blas. Todavía un poco sorprendidos cuando al sacar la cabeza por la
escotilla nos encontramos con arenas blancas y cocoteros. Todavía un
poco desacostumbrados al calor que no se va ni dentro del agua.
Todavía adaptándonos al regreso.
Escribo
después de unos días del cruce del Canal porque necesitaba dejar
reposar los enfados y las perplejidades para que el relato me quedara
un poco menos visceral... porque al final el cruce tuvo sus
dificultades y no me pareció correcto escribir cuando estaba tan
encendida.
Ahora,
a la vista del cocotero, más tranquila... ahí va el relato.
Johan
tiene un amigo holandés que tenía un par de amigos navegantes y con
tripulación de buen curriculum embarcada el viernes para la cena, el
sábado a las 7h estábamos esperando al advisor.
Todo
fue rodando suavito y sin altercados. Íbamos a pasar junto a una
motora de paseo -que ofrece a los turistas la experiencia del cruce
del Canal- amarrados a ella sin tener que hacer
nada más que disfrutar (abarloarnos a la motora y relajarnos).
nada más que disfrutar (abarloarnos a la motora y relajarnos).
Así
cruzamos las tres exclusas que llevan al lago Gatún en un día
nublado pero con poca lluvia, con tiempo de comer, reír, hacer
fotos... rápido y sin contratiempos, a las 15,30h estábamos en el
lugar de espera para las últimas exclusas. Con tiempo de sobra para
acabar el cruce del tirón no había ni advisor que nos acompañara
ni barco con el que compartir exclusa de modo que tocaba fondear y
esperar a las 14h del día siguiente.
Johan
pidió ir a una boya como la vez anterior, no es lo más cómodo pero
habíamos leído de gente que había tenido problemas en el área
destinada a fondeo de los veleros. Nuestro advisor consultó con el
jefe que le dijo que tocaba fondear. Nos hizo aproximarnos mucho a
tierra, dejando atrás un bulto de arena que nos permitía echar el
ancla en 13 metros y diciendo que soltáramos cadena cuando la sonde
marcaba 19... quien manda, manda.
A las
20h embarcó el nuevo advisor -simpático y divertido- y a las 21h
nos dijo que podíamos empezar con la maniobra de levantar el ancla
para estar en el sitio sin prisas.
Llave
del molinete y cadena arriba. Teníamos echados unos 65 metros y
cuando faltaban unos 25 por subir... nada. El molinete echando humo y
el ancla en el fondo completamente encallada. Probamos a tirar de
aquí y de allá, a girar el velero, a esto y a aquello. Nada. El
advisor nos dijo que más de un velero había tenido problemas; que
él una vez pidió ayuda a un remolcador y con la potencia de sus
motores consiguió liberar el ancla. Llamó a uno y con cabos a
nuestra cadena intentó soltarnos. El remolcador echaba humo!!!! en
un momento dado ¡clonck! nos movemos unos 100 metros ¿estamos
sueltos? Lo que nos habían contado es que en el fondo del lago -que
es artificial- todavía ha muchos árboles y entendimos que estábamos
enredados en alguna raíz y pensamos que el remolcador había
conseguido romper el árbol en dos.
Volvimos
a intentar subir el ancla y en el mismo punto el mismo resultado.
NADA.
El
advisor nos dice que ya hemos perdido el turno de cruce y que lo
único que se le ocurre es que cortemos cadena y perdamos el ancla.
Se me pusieron los pelos de punta ¿estaba loco o qué? ¿perder la
Rocna así como si nada???
Como
ya no había nada que hacer hasta el día siguiente dejamos las cosas
como estában. Conseguimos que desembarcaran a la tripu que el lunes
tenía que trabajar (es complicadísimo mover gente dentro del Canal
que es territorio super restringido) y -acongojados- nos fuímos a
dormir.
Por la
mañana intentamos mover el barco, salvar el ancla... nada.
Desde
el Canal no nos contactaban (ni para nueva fecha, ni para propuestas
de solución, ni para intentos de diálogo) y estábamos como en un
tiempo muerto un tanto tenso...
Después
de mil llamadas de teléfono lo único que alcanzamos a tener claro
fue:
- que oficialmente habíamos perdido el cruce y en consecuencia teníamos que pagar de nuevo... pero que por el informe a nuestro favor del advisor “nos perdonaban” el nuevo pago
- que no iban a hacer nada para averiguar por qué nuestro ancla -que estaba en el punto exacto en que ellos nos obligaron a echarla- no podía subir (ni un buzo ni nada de nada)
- que era nuestro problema conseguir tres personas para los cabos porque eso era condición sine qua non para cruzar
- que la única forma de embarcar a la gente si es que la conseguíamos era meidante un bote del Canal: trayecto de 5 min. costo de 165 dólares.
Depresión,
depresión, depresión.
Después
de dos años de ausencia tampoco es que conozcamos a medio Panamá y
conseguir a tres personas que tuvieran dos días libres entre semana
tampoco era lo más sencillo. El whatsApp echaba humo...
Unos
días atrás habíamos conocido a Mariló (entablamos conversación
en la parada del bus porque nos dimos cuenta que las dos llevábamos
los mismos zapatos comprados... en España!) una voluntaria que
trabaja en un precioso proyecto de educación ambiental (vale la pena
que echéis un vistazo a su web www.centroeltucan.org) y fue ella
quien finalmente nos vino a ayudar con tres voluntarios franceses
(GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS)
La
última tarde no hacíamos más que imaginar un tronco colgado de la
Rocna, algo que podía solucionarse... y finalmente Johan que nunca
había bajado 20m con la botella, se puso el neopreno y bajó a ver
si teníamos algún resquicio de esperanza.
Bajó,
subió e hizo un gesto de elocuente negación con la cabeza: no había
nada que hacer. Parece ser que había una barcaza de madera -grande y
vieja- en el fondo en el que soltamos el ancla. El remolcador, con
toda la fuerza de sus caballos- lo que hizo no fue partir un árbol
sino un barco y al arrastrarnos enganchados a la proa de la barcaza
finalmente ésta se volteó y el ancla quedó sepultada bajo kilos y
kilos de madera. No quedaba otra que cortar cadena.
A las
10h ya teníamos a Marilo y a los chicos a bordo. A las 12h embarcó
el advisor más empático y conciliador que encontró el canal para
aplacarnos... tomó muchas notas, prometió muchos informes...
esperamos noticias.
A las
13h nos dijo que podíamos cortar la cadena. Saqué el album de fotos
donde están las imágenes del día que la Rocna llegó al Alea...
para que todos supieran que no era un trozo de hierro lo que se
quedaba ahí abajo si no un trozo de nuestra casa, de nuestra
aventura, de nuestra vida.
Johan
cogió la cizalla y cortó. Yo no pude evitar llorar y llorar...
quiero a cada pedacito del Alea y adoraba ese ancla que nos ha dejado
dormir tranquilos sin importar lo fuerte del temporal.
El
cruce lo hicimos solos, recogiendo los cabos que te pasan de tierra,
tensando y recogiendo según el agua sube o baja, de algún modo
felices de estar del lado Caribe.
En el
camino instalamos la Fortress de repuesto y llegamos a Colón donde
desembarcó la tripu.
Después
nos hemos venido a San Blas. La verdad es que el entorno relaja. Ya
hemos compartido un fin de semana con cuatro amigos que han venido a
vernos y tener tanta buena onda a bordo se contagia.
¿me
he olvidado ya de la Rocna? NOOOOOOOO.... ya hemos tenido dos frentes
de esos que pasan rapidito pero te dejan caer los 35 nudos de viento
sin pensar y la Fortress se ha portado como una campeona... pero no
le tengo la confianza que le tenía a la Rocna, no duermo a pierna
suelta...
En
fin, que el agua clarita, los arrecifes poblados de los más lindos
peces, las puestas de sol, nos han de ir sanando las heridas.
Es
verdad que lo importante es que estamos bien y que la vida sigue...
pero duele, todavía duele que habiendo hecho a pies juntillas lo que
te han mandado nadie se haga cargo de las consecuencias. Hemos
perdido una Rocna de 33kg y 23 metros de cadena. Fondeamos donde nos
dijeron, pero parece ser que la responsabilidad es toda nuestra... en
fin, ya sabéis: quien manda, manda.
Vamos
a estar en San Blas hasta el 15 de septiembre antes de ir a visitar
un ratito a la familia para regresar el 15 de noviembre. Ahora más
que nunca, recibir gente con ganas de pasarlo bien es un bálsamo
¿alguien se anima?
7 comentarios:
Johan Silvia
Que lástima lo que han pasado, tengo una Rocna y también la atesoro. Espero que puedan reponerla pronto!! Un abrazo y disfruten de San Blas.
1.000 leuros al fondo del mar......duele!
Lo prometido es deuda! Nos vemos en diciembre??
Saludos y animo!!
Agustin
Joe que faena... bueno al menos ya está cruzado. A ver si nos vemos cuando estéis por España.
Saludos y buenos vientos!!!
Desde el total desconocimiento del Canal y su normas
¿ Estaba el pecio indicado en la carta ?
¿Hay alguna responsabildiad al respecto por parte del canal?. Me refiero si no esta indicado.
Es por dar ideas a ver si conseguís algo.
Suerte
Grumetillo
Hola!!! nos conocimos en el barco de Ornela, una noche compartiendo couscous con pulpo, zanahorias con tahini y langostas, se acuerdan? Consegui hacer mi viaje a Miramar, fue una aventura pasando noche en isla Carti, otra en Porvenir y llegando a viento frio despues de unas paraditas del motor de la lancha que nos llevaba a mi y a los 5 ventofrianos casi congelados por la lluvia!jaj. Despues de pasar unos dias encantadores en Palenque donde me adoptaron, fui rumbo a Achiote y justo conoci a Mariló la linda! Hablando con ella de varias cosas, caimos en cuenta que ella tbn les conocia a ustedes!!jeje, mundo chiquito y lindo cuando se conecta la gente linda! Me dio mucho gusto conocerlos y escuchar sus historias de viaje. Les mando las mejores vibras y ojalá en algún momento nos volvamos a cruzar por allí o allá. con gusto me añadiria a la tripulación del Alea ;) Abrazos pa ustedes, saludos a Kuna Yala. Karina
Ha Johan en Sylvia, wat een verhaal, ik zou ook huilen als ik mijn Rocna achter moest laten! Maar gelukkig zijn jullie veilig en wel aan de carieb kant. Wat zijn de verdere plannen?
Wij gaan volgende week terug naar Nieuw Zeeland en zeilen dan volgend jaar richting Japan als alles goed gaat.
Weer genoten van het mee lezen, alle goeds, veel plezier in Europa en tot mails.
besos Jacomine
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