lunes, 26 de septiembre de 2016

San Blas, San Blas

Vamos a tener que empezar pidiendo disculpas porque hemos dejado el blog un poquito abandonado. Los primeros días probablemente debido al mal humor que nos quedaba por el lío del ancla, pero llegados a San Blas solo podemos decir que sencillamente, y como es costumbre, hemos estado hechizados, obnubilados, abducidos por este maravilloso lugar.




Ha sido un maravilloso tiempo de reencuentro con amigos -otros veleros, tantos kunas- y con lugares.









Hemos tenido tiempo de trabajar (un poquito) y Johan ha retapizado todo el velero!!!


Hemos comprado unas hamacas que no han ayudado mucho a que nuestra actividad fuera desenfrenada.



Nos hemos reencontrado también con la gastronomía del lugar y hemos conseguido olvidar la centolla chilena a base de langosta panameña!





Y como siempre hemos disfrutado de tener gente a bordo con la que compartir el escenario mágico y la vida feliz.






Eso sí, fieles a nuestras costumbres, porque si venís al Alea y nos pillais con una cervecita en la mano sabréis que son las 12h 


y si lo que adorna nuestro vaso es un vinito podéis poner vuestros relojes en hora ¡son las 18h!



Cierto que hemos vivido todo esto en la temporada de lluvias, pero pese a los rayos que han caído por doquier, algún que otro culo de pollo que nos ha despeinado y algún chubasco que nos ha ayudado a llenar los tanques de agua... el tiempo ha sido más que aceptable.




El resumen han sido un par de meses felices, felices en los que de alguna manera hemos sentido que habíamos vuelto a casa.





Ahora nos hemos tomado un par de meses de merecidas vacaciones y hemos viajado a Europa a visitar a la familia y amigos. Estaremos por aquí hasta principios de noviembre para volver a San Blas cuando las lluvias ya habrán quedado atrás y los alíseos serán nuestros mejores aliados: buen tiempo y viento para navegar ¿se puede pedir más?, bueno sí, se puede pedir buena compañía ¿te vienes??? Los que ya han pasado por aquí estas semanas lo han pasado así de bien






Ahora estamos en España... y la verdad tiene sus alicientes 


Pero cada tarde, cuando cae el sol... echamos de menos nuestra otra casa, San Blas.


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