hoy SPETSAI, o Spetsés, que de todas las formas lo hemos visto escrito
toca bajar a tierra firme para pasear por esta isla, que tal vez no sea tan especial como Hydra, pero ofrece unos paseos estupendos, playitas minúsculas, tabernas típicas, tienditas de souvenirs, puestas de sol...
Lo normal -desde luego- es utilizar la zódiac, pero desde que compramos la bolsa estanca también hemos usado la modalidad de unas zapatillitas y un pareo y al agua!
La primera vez nos dirigimos al puerto de pescadores y entre los pequeños barcos encontramos un "pantalán" al que atar el cabito, eso sí, un tanto precario y pronto vinieron unos trabajadores a decirnos que allí no podíamos quedarnos.
En Spetsés nos pasó una anécdota que vale la pena compartir.
Estábamos amarrados en el punto de costumbre (a nuestro babor un barco clásico de madera) cuando llegaron dos catamaranes y se situaron a nuestro estribor. Amarraron dejando los cabos muy sueltos y Johan les indicó que tal vez tuvieran que tensarlos un poco para mantener su posición; su respuesta fue clara y alucinante: "nuestro catamarán es alquilado y tenemos seguro a todo riesgo y tu velero es de acero así que difícilmente te vamos a hacer daño!, es una tontería mover nada."
Sin comentarios.
A la 1 de la madrugada me fui a dormir a la bañera. El amarre -como habéis visto en el plano- está muy abierto al norte -el viento habitual en la zona- y ya soplaban más de 15 nudos. A las 2h el viento no bajaba de 20 nudos y los catamaranes estaban completamente apoyados en nuestro barco. A las 3h. Johan decidió que lo más sensato era ir a Puerto Keli (unas 6 millas y bien protegido) así despertamos a la tripu y a las tres de la mañana tocó darse un chapuzón para soltar las amarras y os puedo asegurar que por mucho agosto que fuera y muy calentita que estuviera el agua, hacía frío.
De todas formas lo más difícil fue dar con nuestros amarres en una noche sin luna y no soltar a los vecinos!
Con una tripulación supercompetente salimos de allí sin ningún problema, me recogieron prestos del agua y pusimos rumbo a mejores fondeos.
Nuestro vecino del barco de madera -que también debía velar a causa del viento- miraba la maniobra con preocupación... ahora los catamaranes se le venían encima a él!!
Y colorín colorado... esta isla se ha acabado.
- No es fácil encontrar amarre en el puerto de modo que hay que contar con amarrar en un punto que está abierto al norte (viento predominante)
- Hay gasolinera pero no encontramos donde conseguir campingaz
- El puerto / amarre donde hemos estado no es el mismo al que llegan los ferrys por lo que es "tranquilo"
- Es un puerto MUY frecuentado por grandes yates a motor que vienen de Atenas los fines de semana (se montan fiestas importantes... o sea, musiquilla hasta bastante entrada la noche, nada de disfrutar del silencio mirando las estrellas)
- Hay un par de supermercados pero no es el mejor punto para hacer compras
- Los restaurantes y tabernas más asequibles están próximos al puerto en el que atracan los ferrys... hay que caminar unos 20 minutos!
- En cualquier caso, la visita está más que justificada.