martes, 10 de abril de 2012

Santa Lucía 2ª parte

(seguimos con pocas posibilidades de conectar a internet de modo que el blog avanza lentito, a ritmo caribeño! sea como fuere... aquí va otra entrega, hoy escribiendo en una cafetería de St Kits!)


Dejamos atrás Soufrerie -después de que Johan fuera a un peluquero local que le cortó el pelo sin usar una tijera (sí diferentes y abundantes tipos de cuchilla) dejándolo guapo y arregladito- para ir a buscar fodeos solitarios.

Tengo que decir antes de seguir adelante que mi idea preconcebida era que Santa Lucia y Martinique iban a ser las islas menos interesantes; tal vez porque en ellas acaban dos importantes regatas y las imaginaba mucho menos "auténticas" (es difícil escapar de esa tonta idea de lo auténtico que vendría a ser el equivalente a pensar que la España "auténtica" está llena de toreros... pero es difícil). Y es cierto que Santa Lucía está llena de resorts bastante exclusivos; solo que eso no ha sido un problema en ningún momento. Todos ellos tienen unas playas cuidadas y limpias, sembradas de palmeras de esas que uno sueña encontrar cuando viene a estas latitudes, y todas esas playas son de uso público; la contrapartida, los bares son también bastante exclusivos y caritos, pero ¡siempre hay cerveza a bordo!

Dicho esto sigo con la ruta!

Nuestra primera parada fue Anse Castanet... mmm... una maravilla de playa, aguas cristalinas y nada más que hacer que pasear, leer o mirar el paisaje







Siguiente parada, Anse Cochon -divertido nombre- que resultó ser muy popular para hacer snorkel y dónde llegaban a diario excursiones de día; hay tres boyas a las que amarrar -creo que las usan habitualmente los barcos que vienen a pasar el ratito, pero nadie nos puso pegas para utilizarlas- y ahí pasamos un par de días porque el hecho de poder meterte en el agua y en menos de diez brazadas estar rodeado de cientos de peces de miles de colores. Aquí descubrí que el snorkel es una de mis ocupaciones favoritas y que se puede ser feliz con la cabeza debajo del agua.
Además aquí recibí la noticia de que había sido de nuevo tía. Una excusa estupenda para celebarlo por todo lo alto ¡bienvenido al mundo David!

Y aunque parezca imposible en el Caribe y más en una isla especialmente popular como Sta. Lucia... es posible encontrar playas desiertas
Pero no todo va a ser playa y palmeras... nuestro próximo destino fue Marigot Bay. Aquí hay dos marinas, la principal que estaba llena y una pequeña (apenas el pantalán de un restaurante) con la que no pudimos comunicar, de modo que nos quedamos en una de las boyas que hay en la bahía.
El acostumbrado responsable/ayundante vino a echarnos un cabo (nunca mejor dicho) y nos pidió 50 $ EC por la boya que regateamos hasta 40... no quiso darnos recibo y no había como saber si nos cobraba lo correcto ni siquiera si era la persona que nos debía cobrar. En cualquier caso, pasamos la noche sin problemas en un lugar bonito y recogido

Y aprovechamos la tranquilidad para regalarnos una noche de baile y buena comida, que hay que saber cuidarse y divertirse de vez en cuando :-)


Desde Marigot pusimos rumbo a Castries, la capital de la isla, donde nos habían dicho que podíamos encontrar buenos restaurantes para reponer la despensa que empezaba a dar signos de escasez!.
En la carta señala que hay un puerto al que llegan los grandes cruceros pero que es posible fondear al final del mismo. Cuando llegamos dos megacruceros estaban amarrados y tímidamente echamos el ancla en un rinconcito, parecíamos de juguete al lado de estos "monstruos" de ni sé cuántas plantas. Los pilotos del puerto pasaron junto a nosotros más de una vez sin quejarse de nuestro fondeo así que entendimos que todo iba bien aunque nos informamos de la hora en que salían los grandotes y Fernando se quedó a bordo para supervisar que todo fuera bien. Sin problemas, con sus hélices de proa, motores de aquí y de allá, salieron -y por la mañana entraron los nuevos- sin levantar a penas ola y sin molestarnos en absoluto.
Pudimos hacer las compras en un buen supermercado y pasamos la noche solos en la bahía, con un bar de karaoke a apenas unos metros que nos amenizó la estancia!
Y la última escala en Santa Lucía fue en Rodney Bay. Como necesitábamos llenar los depósitos de agua y nuestros amigos a bordo querían disfrutar de la fiesta musical que cada viernes anima las calles de esta ciudad, fuimos a puerto. En el camino nos abordó esta simpática barquita con la intención de vendernos algo (vendían casi de todos). Mientras ellos charlaban yo aproveché para hacerles una foto; minutos después -cuando quedó claro que no queríamos comprar nada- Fernando sacó su cámara y casi lo despedazan por querer fotografiarlos... en fin, que esta foto es un robado en toda regla!

No estuvo mal eso de disfrutar un día en la marina ¡hacía ya tanto tiempo que no amarrábamos!
el lugar tiene un montón de tiendas naúticas donde poder comprar esa cosita que siempre hace falta y hay supermercados, pudimos llenar una botella de campingaz y encontramos una lavandería y la gente disfrutó de la fiesta en el pueblo.
Pero al día siguiente volvimos a nuestra situación más natural que es la del fondeo, esta vez frente a Pigion Island en la misma bahía de Rodney, frente a un barcito que prometía ser acogedor
Un precioso letrero modernista nos recibió y por un momento me pareció que estaba en un rinconcito de Barcelona... con sabor caribeño (y no viceversa)

El lugar, regentado por una inglesa, ofrecía unos cócteles riquísimos, unas vistas preciosas, para la noche se anunciaba música en vivo y vimos pasar platos muy apetitosos... era nuestra despedida de Santa Lucía y no pudimos resistir la tentación

Fue el perfecto colofón para despedirnos de una isla que nos había sorprendido gratamente y si los vientos nos dejan volveremos al barcito de Pigion Island cuando iniciemos en unos días la ruta hacia el sur. A veces, la vida te regala momentos inesperadamente felices si sabes estar preparado para recibirlos.

Las navegaciones de esta semana fueron cortitas ya que nos movíamos a penas unas millas, ahora teníamos frente a nosotros el cruce hacia Martinica. Todo el mundo nos había dicho que al llegar a este punto la navegación sería mejor porque el ángulo de la ruta con respecto al viento más común era más propicio.
Todos estábamos deseosos de una buena navegación... y la tuvimos!

jueves, 29 de marzo de 2012

Santa Lucía 1ª parte

Os escribo desde Antigua donde hemos pasado unos días inolvidables pero con un acceso a internet muy difícil (no es que me haya olvidado de nuestras crónicas) así que intentamos ponernos las pilas y seguir con nuestros relatos, esta vez con una isla que nos ha sorprendido mucho y muy gratamente!

Salimos de Sant Vincent sabiendo que nos enfrentábamos a una travesía larga y según la literatura no demasiado fácil. El viento de NE y una fuerte corriente en el canal que se forma entre las islas prometían un camino tortuoso a lo que hubo que sumar un chubasco tras otro.






Habíamos visto algunos veleros que optaban por subir directamente desde Becquia, subiendo Sant Vincent por la cara de barlovento y ganando un mejor ángulo para no luchar con la corriente. Nosotros optamos por ir a motor el trocito que nos quedaba de sotavento -con unos paisajes preciosos- y al salir del abrigo de la isla la idea era hacer un bordo lo más pronto y lo más largo posible para ganar este antes de que la corriente arreciara.

Johan y Fernando entablaron una larga y supongo que constructiva discusión sobre cuál era el mejor momento de tomar el bordo (que si el ángulo tal debe ser cuál para que el momento sea idóneo, que si eso puede ser cierto pero no tiene en cuenta el factor corriente, que si yo haría así y yo asá) que pasó por una fase de lápiz y papel, exponiendo cada uno su parecer y sus motivos... el resumen fue que cuando la corriente se puso a empujarnos desde el oeste (nosotros queríamos alcanzar el sureste de Santa Lucía) con unos 2/3 nudos de fuerza no hubo forma de avanzar (lo hacíamos a menos de 3 millas/hora y mientras yo pedía que cambiáramos el puerto de arribada por dos Pitons que presentaba un ángulo más favorable, ahí seguían ellos con los ángulos y las pruebas y el querer aprender...

Finalmente se impuso la realidad (había un velero intentando ganar este y pasó más de una hora sin avanzar una milla) y salió un arco iris para felicitarnos por optar por el dejarnos llevar y no luchar contra los elementos




Y el mayor premio fue llegar a una bahía realmente impresionante, presidida por dos montañas preciosas y con un fondeo resguardado y tranquilo en el que no se permite echar el ancla pero hay boyas en perfectas condiciones



Como de costumbre, desde lejos ya nos abordó la zodiac de nuestro "ayudante" para indicar en qué boya podíamos amarrarnos y ayudarnos con el cabito

El muchacho -la mar de simpático y con un gorro la mar de... grande?- nos cobró los consabidos 10 $EC y nos dijo que el precio de la boya eran 40 $EC noche
Más tarde vendrían los responsables de las boyas (una organización que se ocupa de preservar los fondos de el sur de la isla) y nos dijeron que por nuestra eslora nos correspondia pagar 54 $EC; les dijimos que nos habían dicho 40 y el tipo dijo
- mmmmmmmmmm, pues 40 (así de facilito)
-¿nos puedes dar un recibo?
- por 40 no (así de clarito) pero si os quedáis 2 noches mañana no paso a cobrar.
- Ok, que viva el Caribe
Aquí recibimos a Simone y a Pilar que venían de Londres y a Roser desde Vilafranca del Penedés. Las chicas (con la colaboración y el cariño de Brendan y Lluis) nos trajeron un ebook ¡sí! podemos volver a leer.
En ese momento pensé que el cielo se había iluminado y que no había nada que pudiera hacerme más feliz.
Unos días con vosotras nos han hecho ver que ni mil ebooks son comparables a compartir el tiempo con gente alegre, con ganas de vivir, con ganas de pasarlo bien. Lluis y Brendan, habéis estado a bordo todo ese tiempo... os queremos un montón a los 5!
En fin, que como nos habían dicho que había una bonita excursión que hacer desde Soufrerie, contratamos un taxi para todos y si las muchachas aparecieron en el bar en el que nos habíamos citado a las 11h a las 11'15 ya las habíamos metido en el coche -mochilas incluidas- y estábamos rumbo al jardín bonático... esto es aprovechar los días desde el primer momento.
El jardín botánico es la palabra exuberante en estado puro... me robó el corazón el cartel con el que te reciben a la entrada y como lo que me pedían es algo que puedo compartir con vosotros... ahí os dejo unas imágenes para disfrutar con los ojos








La siguiente parada fue una visita al volcán con aguas sulfurosas. Podías optar por los baños de barro y la visita al cráter o sólo lo primero y nos quedamos con los bañitos... Para que veáis que somos guapos de todos los colores (jeje) aquí estamos en pleno mejunje
¡qué cuerpecitos!
y para acabar a la sala de aclarado
El último punto del orden del día era ir a visitar unas cascadas. El entorno es precioso y tuvimos la suerte de estar solitos durante nuestro baño. Aunque la foto no lo pueda transmitir ¡el agua que caía de las paredes era templadita, dado su origen volcánico!

¿se puede pedir más?

¡yo no!
De regreso nos comimos un roti de pescadito regado por cerveza local y nos volvimos al barco para que nuestras amigas pudieran instalarse cómodamente. El día había sido perfecto y terminó de una manera estupenda...

viernes, 16 de marzo de 2012

NOS QUEDAMOS EN EL CARIBE!!!



Después de mucho pensar, de oír consejos, de leer... hemos decidido quedarnos una temporada por el Caribe



Estamos al ladito de lugares tan bellos y únicos que no queremos correr y dejarlos atrás



Venezuela (Los Roques), Panamá (archipiélago de SAN BLAS) y despues Centroamérica, Cuba, Puerto Rico...



Si pincháis AQUÍ podréis ver con detalle la ruta y las fechas. Los Roques y el archipiélago de San Blas son nuestros destinos más deseados. Arenas blancas, tortugas, mar azul turquesa, culturas ancestrales que se mantienen vivas, tranquilidad... Como siempre, el vieje será mejor si lo hacemos en vuestra compañía ¿alguien se apunta unos días?


El plan de ir al norte sólo queda aplazado así que desde aquí pedimos a todo el mundo que sea respetuoso y cuide el medio ambiente para que el deshielo se frene en la medida de lo posible... que por años podamos soñar con visitar una Groenlandia orgullosa de sus glaciares.


De momento seguimos en nuestra línea: aprovechando el momento, procurando no correr, intentando ser felices.

martes, 13 de marzo de 2012

Wallilabou


Y después de la estancia en Becquia decidimos no salir
directamente hacia Santa Lucía sino hacer una parada al norte de Sant Vincent
–apostando porque la mala prensa de la inseguridad era cosa del pasado- y
elegimos Wallilabou porque era posible hacer los trámites de salida del país.

A penas 15 millas nos separaban del destino, el viento –como
de costumbre- unos 20 nudos siempre del NE o NNE nos permitió hacer no
demasiados bordos para llegar a una bahía que así, de entrada, nos pareció
preciosa




En la guía avisan que es necesario amarrarse a una boya (más
tarde veríamos más de un velero fondeado con su propia ancla) y que es mejor
dejarse “ayudar/asesorar” por alguien de cierta edad (lo normal es que mucho
antes de llegar a la bahía ya te aborde alguien en una zodiac para ofrecerte la
boya y el servicio de ayudarte –obligatoriamente tienes que dejarte ayudar- por
una módica cantidad… al lado del precio de la boya). Estuvimos de suerte y
aunque no éramos los primeros en llegar había boyas disponibles y nuestro
asistente cumplía los requisitos de la guía. El precio habitual que venimos
pagando por la “ayuda” (lo único que hacen es tenderte el cabo) es de 10 $EC
(unos 3’3€) y en algunos casos con un extra de una cerveza fría. Al menos
nosotros no hemos sido capaces de eludir jamás la “ayuda"!


Os cuento que es habitual que una vez amarrado a tu boya se presente toda una flota de vendedores a domicilio: collares, pulseritas, guías de excursiones en tierra, otros que se ofrecen a llevarse tu basura, vendedores de fruta, de pescado… el único problema es que tenemos unas cuantas rayas (roja, azul) en la pintura del casco por más que vigilamos que no se acerquen sin defensas… gajes del oficio

En fin, que ya estábamos amarrados a una boya y con un cabo
fijado a uno de los pilares, justo frente a un bar con muy buena pinta y nos
fuimos a tierra a investigar el entorno


La bahía es realmente bonita, yo todavía no sé qué se
entiende por “auténtico Caribe” pero nos pareció que aquel rincón estaba menos
masificado que otros y nos sentíamos en la gloria



Nos acercamos hasta el bar y la decoración nos resultó la
mar de simpática aunque un poco… extraña



Hasta que nos acercamos a un edificio y al tocar la pared
¡era de cartón piedra!
Ostras! Resulta que la expresión de que el sitio nos parecía
“de cine” era literal.
Resulta que Wallilabou es uno de los escenarios famosos de
algunas escenas de la primera entrega de la serie Piratas del Caribe. Bien, lo
cierto (y desde ya pedimos disculpas a los fans de la película) no la hemos
visto y no habíamos mostrado especial interés en saber en qué localizaciones se
había filmado (hay mapas de la zona que indican estos lugares del mismo modo
que señalas los sitios mejores para hacer snorkel) y aterrizamos ahí sin idea
de donde estábamos: en un lugar de cine!


Suponemos que el hecho de no haber visto la peli hace que
haya ciertas cosas que se nos hayan quedado sin aclarar, como la presencia de
cientos de teléfonos antiguos abandonados en una de las casas/decorado

y máquinas que no sabíamos que eran ni para qué servían

En cualquier caso podíamos haberlo solucionado fácil porque
el bar hace a diario un pase de la película


Pero con el tiempo que hace que no pisamos un cine… nos
pareció mejor idea esperar a una sala más cómoda jeje

Le preguntamos al dueño del bar (y gestor de las boyas de la
bahía por la que pagamos 30$EC noche) por un lugar para comer; nos explicó que
él sólo preparaba cenas y nos envió a un puesto de fish and chips y nos
imaginamos un lindo restaurante con vistas a la bahía… al llegar resultó ser un
puesto callejero, no le quedaba pescado pero por 15€EC (más o menos 5 euros)
tenían pollo con patatas fritas. El pollo eran tres alitas minúsculas por
cabeza y las patatas fritas estaban frías… o sea, que os podéis imaginar que
comimos de muerte!


Rematamos la comida con una cervecita bien fría en el bar
mirando al Alea en la bahía


Y es que hay que adaptarse a las circunstancias!!!
Por la tarde hicimos los trámites de salida del país –fácil
y sin costo alguno- y los funcionarios nos preguntaron por la seguridad, por
nuestras impresiones del país. Parece que la mala fama entre los navegantes y
en las guías les ha hecho mucho daño y están intentando limpiar la imagen.

Nosotros no tuvimos ningún problema y de no haber sido porque teníamos una cita
en Santa Lucía no nos habría importado quedarnos más tiempo; el lugar vale la
pena. Días más tarde nos encontramos con unos amigos también españoles que
estuvieron 4 días en esta bahía y por la noche les robaron cuatro defensas!!!

Bueno, no es que sea algo realmente grave pero es algo realmente
desagradable… en fin, cosas de la vida.

Llenamos agua (con una manguera de 40 metros desde el
pantalancito hasta el fondeo) y nos dimos una buena ducha (el uso de los
servicios del bar está incluido con el pago de la boya); nos pusimos al día de
internet bajo una palmera


Y la que aquí os cuenta la historia se lo pasó… de muerte!


¡siguiente parada: Santa Lucia!!