Ya estamos preparando la mochila, volviendo a
buscar un lugar en el fondo del armario para las mangas largas y las bufandas y
buscando los bañadores, los pareos y el protector solar -que en estos meses
hemos perdido todo nuestro moreno-.
Pasar un tiempo “en seco” ha tenido buenos
momentos sin duda -muy buenos- y nos ha dado tiempo para pensar mucho, en
nuestra vida, en nuestro futuro, en nuestros deseos e ilusiones.
Pero ya es hora de volver. La próxima semana os
escribiremos ya desde el Alea, de nuevo en Panamá, en casa.
Pasaremos unos días de readaptación: poner el
barco de nuevo a son de mar, ver cómo responde el cuerpo... y de nuevo hacia
San Blas y de ahí iniciaremos el camino hacia Europa; muchos retos ante
nosotros: conocer nuevos países, programar un nuevo cruce del Atlántico.
Estamos deseando estar de nuevo en nuestro
velero... ya falta poquito.
Y como la cabeza ya está allí, en las aguas
cristalinas, seguimos compartiendo con todos nuestro paso por el paraíso de San
Blas.
Nuestra primera incursión en el archipiélago fue
en la isla de Porvenir. Antes de tener asegurado el fondeo ya teníamos a unas
mujeres junto al barco; habían llegado remando en una de las embarcaciones tradicionales
de los kuna cargadas con preciosas molas (tejidos propios de esta cultura) a
los que no nos pudimos resistir.
A partir de ese momento la presencia junto al
velero de estas canoas ha sido constante: ya fueran niños que venían a darnos
la bienvenida y pedir alguna golosina
Pescadores ofreciendo su mercancía
o incluso familias que venían a cobrar el “peaje”
por permanecer en su comunidad o simplemente para pedir que les cargáramos la
batería de su teléfono móvil.
Las embarcaciones son sencillas: un tronco vaciado
y acondicionado como canoa, de líneas sencillas pero eficientes.
Es habitual verlos navegar a vela a pesar de no
tener ningún tipo de quilla, manejados con una envidiable pericia.
Algunas de las velas son verdaderas obras de artesanía
(y dejan ver a las claras la escasez del presupuesto)
y otras son perfectas naves que llevan a su
tripulación a buenas distancias.
Pero también son muchas -especialmente las
tripuladas por mujeres- las que se desplazan a remo.
5 comentarios:
Para Marzo estabamos organizando nuestras vacaciones en Cuba, viendo las Fotos de San Blas me hacen recosiderarlo todo...
Gracias Silvia
Estamos a la espera de las nueva aventuras a bordo del Alea
Nada de vuelta a Europa. Después de un paraíso como San Blas (yo estuve por allí hace ya casi dos años) la vuelta a Europa puede ser un "chock".
Suerte en todo, compañeros.
Buena vuelta a casa
Una excelente travesía. Felicitaciones por tan hermosa aventura en el mar.
Un viaje y recorrido inolvidable, con esa geografía y con la naturaleza de testigo me parece que es una aventura que deberíamos probar.
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