LAS GUARDIAS
Habitualmente hacíamos 2 horas de guardia nocturna cada uno, en navegaciones de una sola noche, pero cruzando de Gibraltar a Canarias ya vimos que era algo que no resultaba para trayectos más largos.
Finalmente hemos optado 3 horas cada uno y nos resulta cómodo y llevadero (todo lo cómodo y llevadero que puede ser no poder dormir toda la noche de un tirón)
Supongo que jugamos con la ventaja de que yo me pongo a dormir y no me importa qué hora sea: duermo.
Los turnos son: Johan de 20.00 a 23.00h, de 02.00 a 05.00h
Silvia 23.00 a 02.00h y de 05.00h hasta la hora del desayuno
A veces yo me voy poco después de las 19.00h a dormir –cenamos muy temprano- y a veces –aunque pocas- Johan duerme hasta las 09.00 por la mañana. Con eso y una siestecita a media mañana (yo) o media tarde (él), cubrimos nuestras horas de sueño y nos queda mucho tiempo para compartir a lo largo del día.
Durante las guardias leemos (con un frontal de luz roja), escuchamos música (sólo uno de los dos auriculares y a poco volumen para oír el barco y la noche con el oído libre) hacemos ejercicios –para no dormirnos y mantenernos en forma a la vez- o simplemente contemplamos. Tenemos un temporizador que podemos hacer sonar cada 10 minutos por si alguno cae en la tentación de dar una cabezadita!
PECES VOLADORES
Es cierto que hay montones de ellos en el océano, es divertido quedarse mirando y verlos literalmente volar; claro que a veces, el Alea se cruza en su camino. Dos veces Johan ha sido “agredido” por uno de ellos (uno de rebote se cayó dentro del salón y lo dejó todo perdido de escamas) y los dos fueron devueltos sanos al mar.
Muchos han aparecido muertos en cubierta, pero al menos otros tantos han sido devueltos al mar sanos y salvos , hemos visto a bastantes que de manera increíble (tenemos una regala en forma de T que dificulta el tema) han vuelto al agua por sus propios medios después de aterrizar a bordo.
Los hay del tamaño de una sardina (gorda, pequeña), del tamaño de un boquerón, de un boqueroncillo...
REPARTO DE TAREAS
Como vivimos en el barco de forma habitual, el reparto de tareas no ha sido difícil: hemos mantenido el de la vida normal y sólo hemos hecho pequeños ajustes para la navegación.
Como a mí me gusta –de manera sincera y vocacional- el trabajo doméstico me ocupo de la limpieza y la cocina. Además, ayudo en las tareas de la navegación, actualizo el blog y cumplo escrupulosamente con mis guardias. Johan lleva el peso de la navegación–aparejo de las velas, piloto de viento, análisis de la meteo…-, del mantenimiento y de la comunicación con la BLU; y desde luego, hace sus guardias.
De momento los dos nos sentimos satisfechos y no explotados así que –sin ánimo de exportar la receta- a nosotros nos resulta fenomenal.
Como vivimos en el barco de forma habitual, el reparto de tareas no ha sido difícil: hemos mantenido el de la vida normal y sólo hemos hecho pequeños ajustes para la navegación.
Como a mí me gusta –de manera sincera y vocacional- el trabajo doméstico me ocupo de la limpieza y la cocina. Además, ayudo en las tareas de la navegación, actualizo el blog y cumplo escrupulosamente con mis guardias. Johan lleva el peso de la navegación–aparejo de las velas, piloto de viento, análisis de la meteo…-, del mantenimiento y de la comunicación con la BLU; y desde luego, hace sus guardias.
De momento los dos nos sentimos satisfechos y no explotados así que –sin ánimo de exportar la receta- a nosotros nos resulta fenomenal.
AVISTAMIENTOS
Hay mucha gente que nos ha dicho que durante el cruce pone las alarmas del radar y toda la tripulación se va a dormir sin mayores inconvenientes, que el mar es muy grande y la posibilidad de colisión mínima, que la tecnología que tenemos hoy en día lo pone fácil para no tener que velar una noche tras otra.
No ponemos en duda que todo debe ser más que cierto, pero a nosotros –tal vez por novatos o por excesivamente precavidos, o por hiperresponsables, o por responsables sin más- nos parecía que lo oportuno era que siempre hubiera alguien de guardia (pendiente del trimado de las velas y del tráfico, de cualquier cosa que pudiera surgir) y ahora podemos constatar que el tráfico no es intenso pero haberlo haylo.
En el cruce, sin contar la zona de tráfico que discurre en las proximidades de Cabo Verde, hablamos sólo de océano abierto, hemos visto (literalmente, no en la electrónica) 2 veleros y 8 mercantes.
Con el primero de los mercantes estuvimos charlando un rato por radio; volvimos a ponernos comunicativos el día de Nochebuena y Navidad. El primero de los dos mercantes con el que contactamos pareció pensar que estábamos locos por llamar para felicitar las fiestas; el segundo –de bandera india- estuvo superamable y charlamos un rato que siempre es de agradecer.
De los 8 mercantes 2 han pasado en menos de 2 millas.
Además hemos visto en el plotter a menos de 10 millas pero no a simple vista a otros 4 mercantes.
Es de suponer que no nos habríamos chocado (sobre todo porque llevando el AIS aparecemos en sus pantallas y se supone que ellos sí hacen guardias y ellos nos esquivan) pero estamos contentos de haber estado siempre con los ojos bien abiertos.
LA PESCA
Llevamos una caña para pescar al curricán con un señuelo que consiste en una línea con tres pulpitos de plástico cada uno de ellos con un anzuelo doble.
Un día Johan ha probado otra línea, con hilo más fuerte y un señuelo de mayor tamaño, que se recoge a mano.
Hemos tardado mucho, hemos leído mucho y hemos experimentado mucho, pero –si a eso le sumamos que en el océano parece que hay más pesca que en el Mediterráneo- parece que ha dado sus frutos.
Nada más salir de Gran Tarajal sacamos la línea, dos horas después teníamos un atuncito en el frigo.
A partir de ahí cada vez que hemos sacado el hilo –unas veces en no más de media hora, otras con la caña echada unas horas- hemos pescado, siempre doradas (o peces de su familia… llampugas, dolphin fish) y de buen tamaño, tanto que cuando pescábamos un día descansábamos dos o tres que es lo que nos costaba comernos la pieza.
No nos cansa en absoluto este pez, es más, lo preferimos al atún; lo hemos cocinado de mil maneras diferentes y siempre nos ha estado delicioso.
Las doradas acostumbran a ir en parejas, una vez sacamos dos piezas de una sola atacada, una pillada en el primero de los tres anzuelos, la otra en el tercero. Como no teníamos ganas de hacer conservas y era demasiado pescado devolvimos a la más chiquita al mar.
Incluso cuando los sargazos poblaban el mar y no hacían más que enredarse en los anzuelos, cobramos una buena pieza (que llegó a bordo entre un manojo de plantas) con el aparejo manual.
El último día pillamos una pieza extraordinaria; también era de ese color tan especial entre amarillo limón y verde lima de las doradas, no debía medir menos de 1’20 y seguro que pasaba de 10 kg. Cuando ya estaba en la popa del barco vimos que la red era pequeña y volví a usar el gancho con el que sacamos el atún. Pero quise pinchar en la boca (¿dónde demonios hay que pinchar a un bicho así) y ¡dobló el tubo de aluminio del gancho y dobló la punta de inox del gancho! Y sí, se escapó… en fin, que tenemos que seguir practicando la pesca de piezas grandes.
Llevamos una caña para pescar al curricán con un señuelo que consiste en una línea con tres pulpitos de plástico cada uno de ellos con un anzuelo doble.
Un día Johan ha probado otra línea, con hilo más fuerte y un señuelo de mayor tamaño, que se recoge a mano.
Hemos tardado mucho, hemos leído mucho y hemos experimentado mucho, pero –si a eso le sumamos que en el océano parece que hay más pesca que en el Mediterráneo- parece que ha dado sus frutos.
Nada más salir de Gran Tarajal sacamos la línea, dos horas después teníamos un atuncito en el frigo.
A partir de ahí cada vez que hemos sacado el hilo –unas veces en no más de media hora, otras con la caña echada unas horas- hemos pescado, siempre doradas (o peces de su familia… llampugas, dolphin fish) y de buen tamaño, tanto que cuando pescábamos un día descansábamos dos o tres que es lo que nos costaba comernos la pieza.
No nos cansa en absoluto este pez, es más, lo preferimos al atún; lo hemos cocinado de mil maneras diferentes y siempre nos ha estado delicioso.
Las doradas acostumbran a ir en parejas, una vez sacamos dos piezas de una sola atacada, una pillada en el primero de los tres anzuelos, la otra en el tercero. Como no teníamos ganas de hacer conservas y era demasiado pescado devolvimos a la más chiquita al mar.
Incluso cuando los sargazos poblaban el mar y no hacían más que enredarse en los anzuelos, cobramos una buena pieza (que llegó a bordo entre un manojo de plantas) con el aparejo manual.
El último día pillamos una pieza extraordinaria; también era de ese color tan especial entre amarillo limón y verde lima de las doradas, no debía medir menos de 1’20 y seguro que pasaba de 10 kg. Cuando ya estaba en la popa del barco vimos que la red era pequeña y volví a usar el gancho con el que sacamos el atún. Pero quise pinchar en la boca (¿dónde demonios hay que pinchar a un bicho así) y ¡dobló el tubo de aluminio del gancho y dobló la punta de inox del gancho! Y sí, se escapó… en fin, que tenemos que seguir practicando la pesca de piezas grandes.
SQUALLS o tormentas por el camino
Ya habíamos leído al respecto, son tormentas que se forman rápidamente, normalmente te alcanzan por la popa, y van acompañadas de lluvia y sobre todo fuertes rachas de viento.
Son fáciles de avistar y seguir a través del plotter de modo que a veces hemos podido esquivarlas pero especialmente los dos útlimos días han sido tan frequentes que nos han pillado sin piedad y nos han dejado sin apenas ropa seca en los armarios (porque en cuanto se acaba la lluvia te vuelves a quitar el traje de agua, que por estas latitudes el calor ya aprieta).
Lo más incómodo y "peligroso" es el viento que acompaña; hemos tenido rachas de 40 nudos y la más fuerte que hemos registrado ha alcanzado los 51.
El principal problema es que tienes que estar rizando y desrizando a una velocidad de vértigo y cruzando los dedos para no llegar demasiado tarde quitando vela... o navegar con poca vela todo el tiempo para estar preparado para la próxima racha (es fácil ver en el horizonte que quedan más por llegar) y en consecuencia bajar un montón tu media de velocidad.
ELECTRICIDAD
Con las placas solares hemos tenido suficiente electricidad para la vida cotidiana. Hemos puesto el motor una hora cada día para recargar baterías coincidiendo con el rato que nos conectábamos con la BLU para enviar y recibir mails a través del Pactor y para charlar con la gente de la Rueda de Argentina. Con eso ha sido suficiente para garantizar una carga adecuada.
Los días que hemos ido con el pilóto auntomático electrónico el consumo de electricidad ha subido considerablemente y hemos tenido que encender el motor un par de horas. El piloto de viento lleva mejor el barco y no consume, pero hemos tenido un problemilla técnico y cuando el viento era demasiado fuerte el piloto no podía gobernar (ya hemos solucionado el problema... otra vez)
Por lo demás sólo hemos navegado a motor una noche en la que estábamos literalmente parados y las últimas 10 horas antes de fondear en Tobago... porque no podíamos aguantar las ganas de dormir parados!!!
... y el último post de la travesía será culinario; un poquito de paciencia y ya llegan las fotos del Caribe!!!
6 comentarios:
Ai silvia... estos relatos hacen que nos sintamos dentro del barco ...
sigue asi! quedo al a espera del post culinario!
j.
Magníficas crónicas, como siempre.
Gracias por compartir vuestra aventura.
Yo espero ansioso vuestras crónicas del Caribe
Un abrazo a los dos
ESTEBAN
Hola Silvia. Tu no habrás llorado pero a mi se me han rayado los ojos leyendo tus crónicas. Ya formas parte de mis ídolos, bueno ambos. Yo aunque no le ame, también navegaría con tu chico a cualquier parte. Transmite seguridad. Suerte y mucho ron. Luismi de Tenerife
/hola chicos!!! Que bueno saber que ya estan del otro lado. Que buenos todos tus relatos. Aca desde el trabajo se hace todo mas llevadero. Les mando un beso enorme y ya voy a contarle a Juanca como les fue
Besos
Me gusta muchisimo todo lo que relatan y las hermosas fotos....
lEO TU COMENTARIO Y ME DAN GANAS DE IR A COMPRAR ALLÁ EN GRANADA, NO TIENES IDEA DE COMO ESTÁ LA CANASTA ACÁ EN BUENOS AIRES, ME DOY CUENTA QUE VAMOS CAMINO A LA LOCURA MÁS DE 3 EUROS VALE UNA DOCENA DE HUEVOS, ASÍ QUE A DISFRUTAR, A VIVIR Y REGATEAR
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