Han sido muchas millas y con ellas muchas horas de experiencia que han de servir para mejorar cositas cara al próximo salto: el cruce del Atlántico
No somos gente que se aferre a los planes -que son eso que sirve para ir trazando un camino, no para crear un canal estrecho por el que moverse sin ver a un lado y a otro- así que sumando expectativas y experiencias hemos sacado conclusiones y modificados proyectos.
el Alea es un buen barco, noble navegando, esto nos lo había demostrado en más de una ocasión y por eso vamos tranquilos: nosotros la cuidamos y ella nos cuida (sí, sí, en femenino, digamos que ella es una barca de vela).
Estábamos acostrumbrados a ceñir y ceñir y ceñir por lo que la navegación con vientos portantes ha sido un tanto novedosa. Dicen que ceñir no es de caballeros, pero con el viento de popa y las olas de costado el viaje tampoco ha sido precisamente cómodo. Hemos visto que el piloto automático corrige continuamente, mucho, y que eso hace que nos movamos más de lo necesario y que el timón trabaje más de lo necesario. En el cruce, esperamos que la mayor parte del trabajo recaiga en el piloto de viento, pero en cualquier caso queríamos solucionar el problemilla así que
hemos puesto el piloto en un modo menos sensible con lo que las correcciones son menores
hemos cambiado la ubicación del compás electrónico por el que se rige el piloto; al ser un casco de acero no podía estar en el interior del barco y optamos por instalarlo en el arco de las placas solares (en la literatura se recomienda que esté a dos metros del acero). Al estar en una posición con cierta altura, las oscilaciones del barco cuando hay olas grandres le afectaban mucho más (y en consecuencia también al piloto). Ahora lo hemos instalado en el palo, más centrado y menos alto y de momento los resultados son buenos
El piloto de viento se ha portado bien pero necesitaba de unos retoques en alguna de las partes del mecanismo y hemos instalado el sistema que nos permite modificar el ángulo del rumbo desde la bañera sin tener que ir a la popa del barco.
El Gennaker ha vuelto a trabajar tan bien como de costumbre pero el génova, a ratos, pedía a gritos que lo atangonáramos (o sea, que toca comprar un tangón)
En nuestra estancia en varadero hemos:
- puesto nueva patente
- cambiado las bases de los candeleros y comprado candeleros nuevos (superbonitos! mi regalo de cumpleaños)
- instalado un aparatito entre el quitavueltas del ancla y la cadena que hace que el ancla siempre suba en la dirección correcta (antes tenía tendencia a subir girada)
- hemos comprado nuevos obenques (estamos en proceso de cambio, de momento ya llevamos 7 cambiados!)
- antes de partir pintaremos la cubierta
- hemos cambiado los tubos de los tanques de aguas negras
- hemos recosido el protector solar de la génova
- hemos limpiado, endulzado, barnizado...
Por lo demás... Alea parece en forma para surcar el océano
La tripulación y el cruce
En principio habíamos ofrecido las plazas del cruce a cambio de un monto económico, pero mucha gente nos ha hablado -estamos seguros que con razón- de lo difícil de una convivencia tan intensa, en un espacio tan pequeño, durante tantos días, sin posibilidad de “escape”. Sabemos que estadísticamente hay de todo en la viña del señor y como en la travesía del Mediterráneo tuvimos una suerte loca con los tripus -gracias otra vez a los tres por hacerlo todo fácil- nos daba la impresión de que la mala suerte podía estar acechando.
El resumen es que nos dio por pensar que tal vez chartear la travesía no era la mejor manera de afrontar un viaje que esperamos que sea especial (especialmente bonito!).
Entonces decidimos recurrir a gente que conociéramos y que supiera navegar, alguien con quien supiéramos de antemano que, salvo imprevistos, la convivencia sería agradable, de quien podríamos aprender un montón y a quien podríamos confiar el velero durante las guardias sin perder el sueño; hablamos con Clara y Lidia (sí, dos chicas y las dos merecedoras de toda la confianza y más) pero claro, con el curriculum que se gastan las dos, pues ya tenían otro velero en el que cruzar.
Y la consecuencia lógica de la suma de los dos puntos anteriores es... que nos vamos los dos solitos!
Sabemos que eso tiene inconvenientes (nos va a tocar hacer muchas horas de guardia, si alguno de nosotros se indispone el otro se queda un poco solo ante el peligro) pero sin duda muchas ventajas:
no dependemos de las fechas disponibles de quien nos acompañara
podemos salir en cuanto la meteo nos parezca buena y el barco esté preparado
podemos ir aquí o allá (podemos modificar si nos cuadra mejor el puerto de llegada) y podemos ir directos o parar en Cabo Verde (que posiblemente es lo que hagamos)
La convivencia va a ser fácil (tenemos experiencia en el tema)
El habituallamiento va a ser más sencillo.
El resumen de todo este rollo:
Hemos hecho alguna pequeña mejora en el barco y estamos pendientes de un par de compras (la más destacada el tangón) y estaremos listos para partir!
Ahora sólo queda ir tachando días hasta que decidamos partir, los dos; eso sí, nos vamos solitos, pero os llevamos repartidos a todos por las sentinas, ya lo sabéis
4 comentarios:
Buena decisión! Sereis libres de hacer lo que os dé la gana, y no solo esto, sino que esta que será la primera vez, que sea especial! ya estoy esperando la foto del... paso de ecuador con los dos bebeindo una copa de Cava.
Las próximas que las habrá, habrá cola para enrolarse en "la" Alea.
Buena proa. ...i Salut!!
Carles / XaoXao
Vaya, Silvia!
Ya que nos lleváis a todos virtualmente, podríais acomodarnos en un lugar mejor que la sentina... :-)
Muy buena travesía y que la disfrutéis a tope.
Abrazos.
BON VIATJE ..... desde Bocairent (Valencia)
Saludos. ¿En qué puerto están haciendo los trabajos? Le escribo desde Tenerife. Si hay posibilidad les voy a echar una visita.
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