martes, 13 de marzo de 2012

Wallilabou


Y después de la estancia en Becquia decidimos no salir
directamente hacia Santa Lucía sino hacer una parada al norte de Sant Vincent
–apostando porque la mala prensa de la inseguridad era cosa del pasado- y
elegimos Wallilabou porque era posible hacer los trámites de salida del país.

A penas 15 millas nos separaban del destino, el viento –como
de costumbre- unos 20 nudos siempre del NE o NNE nos permitió hacer no
demasiados bordos para llegar a una bahía que así, de entrada, nos pareció
preciosa




En la guía avisan que es necesario amarrarse a una boya (más
tarde veríamos más de un velero fondeado con su propia ancla) y que es mejor
dejarse “ayudar/asesorar” por alguien de cierta edad (lo normal es que mucho
antes de llegar a la bahía ya te aborde alguien en una zodiac para ofrecerte la
boya y el servicio de ayudarte –obligatoriamente tienes que dejarte ayudar- por
una módica cantidad… al lado del precio de la boya). Estuvimos de suerte y
aunque no éramos los primeros en llegar había boyas disponibles y nuestro
asistente cumplía los requisitos de la guía. El precio habitual que venimos
pagando por la “ayuda” (lo único que hacen es tenderte el cabo) es de 10 $EC
(unos 3’3€) y en algunos casos con un extra de una cerveza fría. Al menos
nosotros no hemos sido capaces de eludir jamás la “ayuda"!


Os cuento que es habitual que una vez amarrado a tu boya se presente toda una flota de vendedores a domicilio: collares, pulseritas, guías de excursiones en tierra, otros que se ofrecen a llevarse tu basura, vendedores de fruta, de pescado… el único problema es que tenemos unas cuantas rayas (roja, azul) en la pintura del casco por más que vigilamos que no se acerquen sin defensas… gajes del oficio

En fin, que ya estábamos amarrados a una boya y con un cabo
fijado a uno de los pilares, justo frente a un bar con muy buena pinta y nos
fuimos a tierra a investigar el entorno


La bahía es realmente bonita, yo todavía no sé qué se
entiende por “auténtico Caribe” pero nos pareció que aquel rincón estaba menos
masificado que otros y nos sentíamos en la gloria



Nos acercamos hasta el bar y la decoración nos resultó la
mar de simpática aunque un poco… extraña



Hasta que nos acercamos a un edificio y al tocar la pared
¡era de cartón piedra!
Ostras! Resulta que la expresión de que el sitio nos parecía
“de cine” era literal.
Resulta que Wallilabou es uno de los escenarios famosos de
algunas escenas de la primera entrega de la serie Piratas del Caribe. Bien, lo
cierto (y desde ya pedimos disculpas a los fans de la película) no la hemos
visto y no habíamos mostrado especial interés en saber en qué localizaciones se
había filmado (hay mapas de la zona que indican estos lugares del mismo modo
que señalas los sitios mejores para hacer snorkel) y aterrizamos ahí sin idea
de donde estábamos: en un lugar de cine!


Suponemos que el hecho de no haber visto la peli hace que
haya ciertas cosas que se nos hayan quedado sin aclarar, como la presencia de
cientos de teléfonos antiguos abandonados en una de las casas/decorado

y máquinas que no sabíamos que eran ni para qué servían

En cualquier caso podíamos haberlo solucionado fácil porque
el bar hace a diario un pase de la película


Pero con el tiempo que hace que no pisamos un cine… nos
pareció mejor idea esperar a una sala más cómoda jeje

Le preguntamos al dueño del bar (y gestor de las boyas de la
bahía por la que pagamos 30$EC noche) por un lugar para comer; nos explicó que
él sólo preparaba cenas y nos envió a un puesto de fish and chips y nos
imaginamos un lindo restaurante con vistas a la bahía… al llegar resultó ser un
puesto callejero, no le quedaba pescado pero por 15€EC (más o menos 5 euros)
tenían pollo con patatas fritas. El pollo eran tres alitas minúsculas por
cabeza y las patatas fritas estaban frías… o sea, que os podéis imaginar que
comimos de muerte!


Rematamos la comida con una cervecita bien fría en el bar
mirando al Alea en la bahía


Y es que hay que adaptarse a las circunstancias!!!
Por la tarde hicimos los trámites de salida del país –fácil
y sin costo alguno- y los funcionarios nos preguntaron por la seguridad, por
nuestras impresiones del país. Parece que la mala fama entre los navegantes y
en las guías les ha hecho mucho daño y están intentando limpiar la imagen.

Nosotros no tuvimos ningún problema y de no haber sido porque teníamos una cita
en Santa Lucía no nos habría importado quedarnos más tiempo; el lugar vale la
pena. Días más tarde nos encontramos con unos amigos también españoles que
estuvieron 4 días en esta bahía y por la noche les robaron cuatro defensas!!!

Bueno, no es que sea algo realmente grave pero es algo realmente
desagradable… en fin, cosas de la vida.

Llenamos agua (con una manguera de 40 metros desde el
pantalancito hasta el fondeo) y nos dimos una buena ducha (el uso de los
servicios del bar está incluido con el pago de la boya); nos pusimos al día de
internet bajo una palmera


Y la que aquí os cuenta la historia se lo pasó… de muerte!


¡siguiente parada: Santa Lucia!!

1 comentario:

Carles dijo...

Mandarme una caja de estas, si, las de pino con forma de... Es que me muerto... DE ENVIDIA!!!

Carles. /XaoXao