domingo, 18 de enero de 2009

a comer!!!

Aunque lo habitual es que comamos en el barco (tengo que empezar una sección de recetas de a bordo!!!) nos gusta salir a pasear y tomar algo por ahí.

Túnez está lleno de bares pequeños y acogedores en los que apetece sentarse a tomar un té, en este tipo de bar es fácil encontrar tanto a hombres como a mujeres, en su mayoría jóvenes. Hay otro tipo de bar, más frío en su decoración, en el que únicamente hay hombres, charlando, fumando la pipa de agua, jugando a las cartas o viendo la tele; de estos hay muchos y siempre están llenos. Lo que resulta más sorprendente es que en lugar de estar alrededor de una mesa todos están sentados mirando en la misma dirección: hacia la calle.
Nosotros optamos por los primeros, especialmente porque yo me siento más cómoda.




Los precios son muy variables en función de la zona en la que te muevas y no hay que perder de vista que estamos en enero y que tal vez llegada la temporada alta todo cambie pero ahora encontramos sitios tan económicos que a veces nos planteamos si realmente no saldría más barato comer fuera que hacer la compra y cocinar.

Tanto en Tabarka como en Monastir es posible tomar un té de menta por 0,5 dinnares (0,27€) un café por unos céntimos más (aunque no es muy bueno y aun no hemos descubierto cómo pedir un café largo... sabemos que hay café alongé, café au lait, café capuccino, café directe, pero ninguno es mayor que uno de los vasos de un cortado, nada que ver con un café americano de esos largos y aguaditos -aguachirris para los amigos- que le gustan a Johan) y una Coca Cola por entre 0,7 y 1 dinnar (0,38 y 0,55 €). Sin embargo si vas a lugares más “turísticos” los precios se pueden multiplicar por dos, por tres, por cuatro, etc. En Sousse nos han pedido 2 dinnares por un té, 4 veces más de lo que pagamos cada tarde en la tetería en la acostumbramos a pasar un rato con un buen libro, bueno, y con un crepe de chocolate que está para chuparse los dedos!!

La repostería es impresionante. Además de la famosa repostería árabe a base de almendra y miel –que aquí no es la más habitual-, hay una amplia variedad de bizcochos, hojaldres, tartas (afortunadamente no llevamos una báscula a bordo) y es una tentación que te persigue a todas horas... el precio medio de una ración de pastel es de unos 0,8 dinnares (0,44€)

Comer en un restaurante puede hacerse por unos 12 dinnares por persona (6,6€) si uno se conforma con un buen plato y una bebida no alcohólica (desde luego siempre es posible comer mucho más caro), aunque la opción que más nos gusta es la de un shawarma en la calle, que puede salir por unos 2 dinnares (1,1€)




Eso sí, a veces el problema es que no tienes del todo claro lo que puedes comprar






y otras veces no tienes nada claro lo que te quieren vender!!!!!!!!!


sábado, 10 de enero de 2009

de mercados

Ya llevamos más de un mes en Túnez y en este tiempo hemos tenido ocasión de conocer sus mercados...

A pesar de que no quisimos llenar las bodegas del barco antes de partir, lo cierto es que hicimos una compra importante, especialmente de productos que no sabíamos si encontraríamos con facilidad, o productos que sabíamos que no encontraríamos (salimos cargados de chorizo y fuet!!), pero desde el primer día necesitamos ir de compras.

En Túnez encuentras sin problemas “supermarkets” –junto a los puertos en los que hemos estado siempre hay uno- en los que se encuentran los productos básicos. Hay una línea de supermercados franceses –Monoprix- donde la oferta es mayor. Los precios de la mayoría de las cosas no se diferencian mucho de los españoles (detergentes, productos de limpieza, conservas incluso el aceite de oliva o el vino del país...) únicamente es desorbitadamente más caro el alcohol: una botella de Chivas 12 años cuesta 289 dinnares (150€)
Así que si queréis viajar por aquí y queréis beber, mejor traéis lo necesario en el equipaje!!

En cualquier caso, volviendo a la cesta de la compra, la diferencia principal con las grandes superficies en España es que todavía no encuentras una sección de carnes, embutidos o verduras empaquetadas y listas para llevar y apenas hay congelados: carnes, frutas, verduras y pescado hay que ir a buscarlos al mercado!!!!

Los mercados son bulliciosos y en ellos el pescado siempre ocupa un lugar central y privilegiado. Es un placer ir a comprar el pescado fresco por la mañana y poder elegir entre un montón de variedades.







En cuanto a la fruta y la verdura, en esta fecha hay abundantes naranjas y mandarinas a muy buen precio y se pueden encontrar plátanos, manzanas, peras y esta mañana he visto fresas por primera vez. Verdura la que se quiera. Tengo que reconocer que me había acostumbrado a comprar ciertos productos congelados y que ahora he vuelto a lavar y hervir las espinacas!!!! Adiós a la sección de congelados (sólo se pueden encontrar helados) y vuelta a la compra de toda la vida.



Y desde luego están los puestos de carne. Todos ellos se especializan en un tipo de producto (pollo+huevos, cordero, ternera) y a pesar de que exponen la mercancía simplemente colgada de un gancho, esa forma que nos llama tanto la atención, también disponen de neveras –algo antiguas- y la carne es fresca y apetitosa

Ahora, nuestra nevera se ha ido vaciando de los productos que compramos antes de salir y día a día se va adaptando al lugar



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Hace un tiempo que mi hermano viajó al sudeste asiático durante unos meses y en ese tiempo escribió un blog estupendo. En alguna de las entradas, hablaba constantemente de los precios de esto y aquello y recuerdo que le recriminé porque no parecía disfrutar del viaje porque estaba constantemente pendiente de las cuestiones económicas. Hoy entiendo que cuando quieres transmitir el día a día de un país, explicar cuánto cuesta tomarse un té o alquilar una habitación es una información que puede resultar muy útil, posiblemente más que hacer un listado de lugares que visitar, que eso ya lo encuentras en las guías.

Así que voy a hablar de precios. Este post va dedicado a mi hermano. Desde aquí te pido disculpas por la “bronca”: es de sabios rectificar!!!

El atún fresco 7 dinnares / kg (al cambio de hoy 3,85€),
las sardinas a 2,4 dinnares / kg (1,32€)
las mandarinas rondan 1,2 dinnares / kg ( 0,66€)
chuletas de ternera 11 dinares / kg (6€)
pechugas de pollo deshuesadas 6 dinnares / kg (3,3€)
una baguette de 250 gr 0,19 dinnares (0,1€)
un yogouth 0,2 dinnares (0,11€)
15 huevos 2,5 dinnares (1,37€)
1 litro de leche 0,95 dinnares (0,52€)

nos han dicho que por ejemplo en Hammamet todo es más caro... cargaremos las bodegas antes de dejar Monastir y ya os contaremos!
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lunes, 5 de enero de 2009


Hoy no voy a escribiros nada....os lo voy a contar al oído!!!!

Soy; o era, oyente habitual –casi compulsiva- de la radio ¡cómo la echo de menos!, de la cadena Ser, a todas horas, y ya hace algún tiempo llamé a La Ventana (de 16 a 19h) a una sección en la que te dicen qué tiempo hará en una fecha y zona en la que tú estés interesado. Yo quería saber cómo estaría el mar el día de mi primera navegación, con las prácticas del PER…

Les interesó esta loca aventura y a partir de ahí nos han llamado un par de veces para saber si por fin nos hacíamos al mar y la última, el pasado 26 de diciembre, para saber dónde estábamos!!!

Aquí os dejo un enlace con la entrevista, porque aunque me da un poco de pudor, me apetece por una vez que sea mi voz la que llegue a vosotros!!!!

Un beso grandote !!!!!!!!!!

sábado, 3 de enero de 2009

Crónicas desde Túnez: Bizerte

Llegó el día en que se acabó el gas... y nos fuimos de Tabarka.

Podíamos haber intentado ir en autobús hasta Bizerte para comprarlo, pero llevábamos tres semanas en Tabarka y no nos pareció mal volver a desplegar las velas y buscar otro puerto.

Nuestra intención es estar el invierno más o menos tranquilos en un mismo lugar para ir acabando el barnizado del interior, la instalación de las luces, el tapizado de los sofás... pero está claro que tenemos un no-sé-qué nómada que nos empuja de un sitio a otro!!!!


Por la mañana pagamos nuestra estancia y avisamos a la Garde Nacional de nuestra intención de partir: todo a punto

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Los precios del puerto de Tabarka son los más económicos que hemos encontrado en Túnez. A pesar de que las guías hablan de amarres para 70 veleros, lo cierto es que no hay muertos y los barcos se sitúan junto al muelle directamente y se abarloan hasta de cuatro en cuatro. La mayoría son pesqueros locales y barcos dedicados a llevar a los turistas a bucear.

Para nuestro velero (13,44m) el precio que nos dieron era de 59 dinnares por semana (al cambio del momento 35,4€); por un mes completo 179 dinnares, 107€; todo ello en temporada baja.

Sin embargo al ir a pagar nos dijeron que el agua y la electricidad se pagaba a parte y que el importe de un mes era de 45 dinnares por cada consumo. (90 dinnares, 54€). Es una práctica habitual en Túnez por lo que al informarse del precio de una estancia conviene preguntar por agua y luz.

Las duchas –que no estaban estupendamente limpias pero se podían utilizar y tenían abundante agua caliente- se pagaban a razón de 1 dinnar por uso.

Aun así es posible estar un mes por 180€ aprox.

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La previsión del tiempo era buena para los siguientes 3 días, con vientos entre 10 y 20 nudos... sin embargo no encontramos de una brizna de ese viento que anunciaban todas las páginas web meteorológicas que consultamos y tocó ir a motor!!!!!

La primera misión fue repostar gasoil y de ahí abandonamos el puerto.

El olor del gasoil era mucho más fuerte que el que se utiliza en Europa... para mí era un olor bastante insoportable.

Si a eso le sumamos que en la bahía había bastantes olas cruzadas y el barco se movía un poco para todos sitios... ME MAREÉ.

Todo lo que no me había pasado en el primer viaje pese a las tormentas me pasó apenas 5 minutos después de dejar Tabarka.
Me olvidé de que hay que vomitar a sotavento, me olvidé de que no debía asomarme por la borda sin la línea de vida...
Me pasé el día en la cama y decidimos que no íbamos directos a Monastir. Haríamos noche en Bizerte.





Llegamos a Bizerte, después de la que supongo una navegación tranquila de la que yo no me enteré, alrededor de las 10 de la noche. Nos instalaron en un pantalán flotante a la entrada del puerto y los trámites fueron rápidos. Nos dio tiempo de buscar un sitio de comida rápida para cenar algo.









El día amaneció con sol.
En el pantalán de aduanas había un barco austriaco que había tenido problemas serios navegando: el génova estaba completamente rasgado y la escotilla de proa había desaparecido y sacaban el agua a cubos, tenían las velas en el pantalán, montones de ropa secándose al sol, los colchones en cubierta... Eran tres tripulantes con pocas ganas de conversación y mucho trabajo!!!

Pasamos el día paseando por Bizerte. Nos gustó la ciudad amurallada, el puerto de pescadores, los mercados, las calles más amplias y con mucha actividad... nos pareció que tampoco era mal sitio para pasar un mes, trabajar y conocer con tranquilidad la zona.













Fuimos a capitanía para solicitar amarre para un mes y nos dijeron que era imposible. Es un puerto con mala protección cuando el viento es del Norte y todo apunta a que habían tenido problemas graves con alguna tormenta reciente y no admitían más veleros a pesar de que veíamos algún espacio disponible.

Tras nosotros llegó el capitán del velero austriaco. A todos los problemas que podían verse a simple vista, había que sumar que tenía el motor averiado. Necesitaba amarre para el tiempo que tardara en ir a su país, conseguir los repuestos y regresar. Se lo negaron y le dijeron que podía quedarse en el pantalán de aduanas (completamente expuesto al viento) bajo su propia responsabilidad o dejar el puerto. Vimos que no valía la pena insistir, si finalmente se conseguía una plaza para quedarse debía ser para el velero con problemas, así que pagamos dos noches y nos fuimos a dormir temprano para salir el día siguiente hacia Monastir.

En vista de que podíamos encontrarnos con puertos llenos, consultamos por Internet Hammamet, Al Kantaoui y Monastir, anotamos los teléfonos y llamamos para solicitar amarre. En Monastir nos dijeron que no había problema...

Atrás dejábamos el faro de Bizerte con ganas de haberle dedicado más tiempo a esta ciudad pero, eso sí, con dos botellas de gas llenas!!!!